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Retrato de Pintor (III)

Richard Diebenkorn. “Seawall” Óleo sobre lienzo. (1957) Museo de Young, San Francisco USA.

Richard Diebenkorn. “Seawall” Óleo sobre lienzo. (1957) Museo de Young, San Francisco USA.

Pasa el día escuchando a Mozart. Ese montón de cintas grabadas que se trajo del viaje a Europa. Los dineros se han vuelto cortos y está casi en bancarrota. Pintar ya no es solo un oficio, es una cruda necesidad. Algunas veces siente que ya son muchos tumbos, los que ha dado en la vida, de un lado para otro persiguiendo una carrera de pintor que se muestra esquiva.

A la vuelta de Nueva York, no encuentra acomodo posible y echa de menos sus sueldos seguros de cuando estaba en la milicia. En los Marines. La fotografía aérea, que le permitió tener una visión del terreno, del campo y sus parcelaciones, sus colores y sus contrastes. Inspiración de tantos cuadros soñados y también de una visión abstracta que cada día se le mete más en su pintura. La figuración y la abstracción pelean en su cabeza.

“Richard Diebenkorn.” Fotoretrato del retrato con autorretrato a lápiz (1986). En “The Art of Richard Diebenkorn de Jane Livingston, University of California Press, 1997. Fotoret. de S. para luisjimenezridruejo.com

“Richard Diebenkorn.” Fotoretrato del retrato con autorretrato a lápiz (1986). En “The Art of Richard Diebenkorn de Jane Livingston, University of California Press, 1997. Fotoret. de S. para luisjimenezridruejo.com

Mientras unas cosas y otras vienen y pasan; de algo hay que comer y de alguna manera hay que pagar los materiales y el alquiler del estudio. Le ha dado muchas vueltas, y una idea de su mujer se le viene encima: un taxi. Trabajar como taxista solucionaría sus problemas; mientras llega una buena, o aceptable, proposición académica entre las varias a las que ha optado. Lo malo de los trabajos eventuales es que, a veces, se convierten en definitivos. Si el montante cubre las necesidades provoca el olvidar algo tan volátil como son los dineros del arte.

Richard Diebenkorn, taxista y pintor. Será posible? La pintura es lo que importa. Ese cuadro de Matisse, “Vista de Notre Dame”, le tiene obsesionado, una y otra vez se enfrenta a él, como lo hizo cuando lo vió en su inicial visita al MoMA en Nueva York. Le gustaría encontrar una solución pictórica para visualizar esos campos y esas parcelas de tonos tan suaves y tan diferentes. De la manera que los vió desde los aviones, en los vuelos de cartografía militar.

“Presencias en el estudio de Maypearl.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com

“Presencias en el estudio de Maypearl.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com

En Matisse cree ver una buena solución estética, la apertura de un camino. Ya tiene nombre para una serie completa y soñada: “Ocean Park”. Los títulos vendrán después; o simplemente los numerará, como hizo con otras series anteriores: “Alburquerque”, “Urbana”…series de pinturas tituladas y enumeradas, como los lugares donde se crearon y se trabajaron. Ahora California, después, quién sabe?

De algo si está seguro: nada de lo que ha hecho, hasta ahora, le satisface totalmente. Tantas visitas a los museos, aquí y en Europa, lo único que le producen es frustración de no alcanzar las metas que aprecia en los grandes pintores. Todo lo que quiere es pintar. En realidad, ve la enseñanza como una manera de sustentar esa vida pictórica; de la que siempre ha discutido con sus alumnos y sus compañeros. Esto le ha costado perder amistades y posibilidades en un mundo que no le agrada, la academia. Mientras tanto, las dudas le corroen, está en la abstracción y hace figuración, que no muestra en público. Los críticos se dan cuenta, le cuelgan el sambenito de “indeciso” y le acusan de dudar demasiado. Richard no se defiende, sigue en sus trece, hace lo que quiere y busca, investiga, trata, ensaya bajo la sombra continua de la credibilidad del propio trabajo.

“Yo no entro en el estudio con la idea de ‘decir’ algo.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com.

“Yo no entro en el estudio con la idea de ‘decir’ algo.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com.

Escribe: “Yo no entro en el estudio con la idea de “decir” algo, lo que hago es ponerme frente al lienzo en blanco y poner unas cuantas marcas arbitrarias en él y eso me hace iniciar una especie de diálogo.” Su pasión por la expresividad de la abstracción le viene de las visitas a los museos. A veces, imagina sus cuadros colgados junto a las obras de los grandes maestros. El diálogo es con ellos y consigo mismo. Aquel viaje a Rusia fue determinante. Moscú, Leningrado. El Hermitage, su pobre iluminación sobre las pinturas, apenas un punto de luz sobre los cuadros que acusa el brillo de los barnices. Todo escaso de ideas museográficas. Grandes errores de exhibición. Cuadros escondidos, un Felipe IV de Velázquez, algún Rembrandt…el Tríptico Marroquí de Matisse dividido entre las dos ciudades. Quién toma esas decisiones? Quién maneja sus recuerdos? Y, después de todo, que importa: su porvenir, su vida, están en juego…Un acomodo, ni grande, ni suntuoso; unos pocos dólares para manutención y poder seguir. Pintar, pintar, pintar…

Luisma, 15 de marzo de 2011

Richard Diebenkorn, Ocean Park #70 (1974). Óleo y carboncillo sobre lienzo. Des Moines Art Center, Iowa, USA.

Richard Diebenkorn, Ocean Park #70 (1974). Óleo y carboncillo sobre lienzo. Des Moines Art Center, Iowa, USA.

“Las Palabras Y El Viento Internético”  (Adendum a la reedición del post: Retrato de Pintor III  2011)

Las palabras se las lleva el viento (cosa sabida…). Pero solo hasta que el viento internético, que da la impresión de que lo puede todo, las sitúa en una nube (la nube internética, grande ya, enorme) donde quedan almacenadas hasta nueva ocasión. Algo que las generaciones anteriores a “nosotros” no sabían que se podía llegar a hacer. Somos del 45… Hiroshima— con complejo de culpabilidad y necesitamos, por lo tanto, no solo nuevos héroes, sino también, nuevos dioses. Para la admiración que yo tengo por este gran pintor norteamericano, californiano, he estado poco efusivo y no muy ardiente en el panegírico. Pero, mi consideración es máxima por este hombre de la generación anterior a la “nuestra,” nuestros padres pictóricos y artísticos, incluso en lo literario. Alguien me dijo, alguna vez, que el arte es saber escribir, también. Su capacidad de enseñarnos, en su propia obra; todo lo que ellos recibieron en el siglo de las luces, nos ha permitido llegar hasta la altura, donde está ahora el listón. Tan alto que, en los últimos cien años nadie ha conseguido, todavía, traspasarlo y entrar en ese jardín deshabitado al que todo el mundo, incluso seres de otros mundos, pujan por llegar. Hasta lo de hoy, asomarse por encima de la tapia, sí, …entrar en el jardín, aún no. Todo el mundo arrima el hombro, pero, nadie ha sido tocado por la varita mágica. Uno de los que más cerca estuvieron fue el maestro Diebenkorn, y al que, sin embargo, le repelía el concepto actual de la academia, el de todo el Siglo Veinte: aprender a “copiar” para cambiar la realidad posible de aquello que no necesita cambios, porque es algo que “ya ha sido hecho.”

En larga toga negra el espíritu de Richard Diebenkorn en pie “sustribado” (por fin un salmantinismo auténtico) en la puerta de Batuecas de Maypearl, es recibido por otros espíritus entre los que destacan el de Hemingway y Nabokov, Charlie Rivel y Miliki, Javier Pereda de la mano con Caravaggio. Nótese, al fondo a la izquierda a Javier Marías, sólo, recién llegado, también con la larga toga negra. El general napoleónico Bernadotte y otros, vienen llegando por entre la maraña. Photo: luisjimenezridruejo.com 2024

En larga toga negra el espíritu de Richard Diebenkorn en pie “sustribado” (por fin un salmantinismo auténtico) en la puerta de Batuecas de Maypearl Ranch, es recibido por otros espíritus entre los que destacan el de Hemingway y el de Nabokov, Charlie Rivel y Miliki, Javier Pereda de la mano con Caravaggio. Nótese, al fondo a la izquierda a Javier Marías, sólo, recién llegado, también con la larga toga negra. El general napoleónico Bernadotte y otros, vienen llegando por entre la maraña… Photo: luisjimenezridruejo.com 2024

Diebenkorn cogía impulso y saltaba a lo nuevo y resolvía hacerlo hacia atrás, frenéticamente (realidad—abstracción—realidad…) Y continuamente, tanto que los críticos le conferían el carácter de “confusión mental.” Estudió la naturaleza y decía, como Da Vinci: “Creo que no hay líneas rectas en la naturaleza.” Cuán cerca estoy del verdadero interior del jardín deshabitado, no sé si voy a llegar a tiempo… Y si resulta que eso es lo que hay al otro lado? Sería tremendo, fantástico, alucinante. El significado de la vida! Estudiar desde todos los puntos de vista, incluso desde el aire. Como militar, Diebenkorn fue un especialista en fotografía aérea! Como pintor, al igual que muchísimos de nosotros, también fue un rendido admirador de Matisse y su espíritu, al que todos esperamos, aquí en el “reducto conventual” de Maypearl, Texas (término de Waxahachie), para una próxima y alargada visita. Mientras yo sigo haciendo fotografía y pintando en mi estudio, rodeado de espíritus… ninguno parece malévolo. Algunos han hecho larguísimos viajes desde lejanas galaxias….

Luisma, Maypearl, TX                   30 de Enero del 2024

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Retrato de Pintor (XVI)

Retrato de Jackson Pollock, usado para el cartel anunciador de la retrospectiva especial en la Cadena TV-CBS-USA, en 1952. Photog: Tony Vaccaro (Getty).

Retrato de Jackson Pollock, usado para el cartel anunciador de la retrospectiva especial en la Cadena TV-CBS-USA, en 1952. Photog: Tony Vaccaro (Getty).

“Lo mejor de esta vida es que nada dura mucho.” Frase que atribuyo al escritor de Ohio: Donald Ray Pollock, sin ninguna relación con el pintor del mismo apellido, si no es la de pensar eso mismo y decirlo en público. Parece que Pollock, el pintor, también la usaba a menudo, quizás intuyendo en su propio caso, su particular espada de Damocles. O la relación de haber trabajado, ambos, en oficios de “cuello azul” durante sus años mozos. Acaso más en la situación del escritor, camionero hasta los cincuenta, de edad—cuando publica su primer libro y además con gran éxito internacional—que el hecho del pintor, trabajador en una papelera y ‘janitor’ (conserje-limpieza-mantenimiento) en el Museo de Pintura No-Objetiva, precursor del Guggenheim-New York, hasta donde ‘saltó’ directamente, obteniendo una beca “Guggenheim Fellowship” para dedicarse exclusivamente a la ‘Gran Pintura’. Por supuesto, quedaron colgando de las paredes del añoso museo, babas de los críticos y envidiosos comentaristas de siempre, los que atribuyeron su triunfo a su relación “personal” con Peggy Guggenheim. Sus éxitos en New York, París, Londres y la Bienale de Venecia, le hicieron llegar muy pronto a la fama y el reconocimiento mundial. Indescriptible debió ser la sensación de pasar de pasar y pasar el aspirador limpiando las salas, a verse colgando su pintura en ellas…

“Convergence” 1952 Pintura de Paul Jackson Pollock. Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, USA

“Convergence” 1952 Pintura de Paul Jackson Pollock. Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, NY USA

La vida de Jackson Pollock (Cody, Wyoming 1912- East Hampton, NY 1956) fue todo lo que queramos decir: Sorprendente aporte a las artes plásticas, archifamoso al final de su camino, reconocido mundialmente…Todo, menos un camino de rosas en una vida, lamentablemente, muy corta y ajetreada. Siempre de salud precaria y abrumado por el alcoholismo una y otra vez, y una existencia en derrota emocional, en muchas ocasiones inexplicablemente autodestructiva, por no hablar del accidente automovilístico que le costó el tránsito final, a los 44 años y en plenitud de su arte. No mucho tiempo antes y ansioso de tranquilidad, con el éxito de su pintura se trasladó a una solitaria zona de playas, al norte de New York City. “Me gusta estar en los Hamptons porque puedo ver el mar y el mar no puede verme a mí.” Una biografía, aunque llena, demasiado rápida…

“Maraña # 3” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“Maraña # 3” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Confieso que…la razón, o una de las razones—posiblemente la primera, aunque parezca mentira—fue el color dominante de muchos de los lienzos de Jackson Pollock en sus pinturas, incluido la base cruda del propio lienzo Era un color que ya para mí quedó denominado: “gris-Pollock”, el mismo color gris del papel de “envolver” (empaquetar) de las carnicerías y pescaderías del Mercado de Abastos de Salamanca, en España. Un gris que, para entenderme con otras gentes, yo llamaba: “perla” o “secante” Sobre todo los lienzos iniciales que ví, en reproducción fotográfica, en revistas americanas de Arte y Decoración, de los años sesenta del pasado siglo—el famoso y todavía hoy no bien ponderado Siglo XX—era donde copiábamos perspectivas de decoraciones para mansiones modernas de millonarios neoyorquinos y admirábamos colgados en sus paredes a De Kooning, Pollock, Frankenthaler, y todos los demás, para presentarlas en la Escuela de Decoración y Diseño, como originales de nuestro caletre, con “nuevos” colores:  grises-Pollock, purpuras-Rothko, azules-Diebenkorn…y aquellas diferencias provocaban el estilo personal y decidían por dónde íbamos a ir en nuestra futura obra personal. Lo sorprendente es ver y apreciar la inspiración e influencia de nuestros maestros cuando empezábamos algo nuevo o distinto de lo que ya habíamos hecho y como a su vez nuestras gotas salpican a los que vienen después. El año pasado veía con fruición señales claras de mi influencia en las fotografías de un artista chino, en su entrevista (en un muy correcto inglés) hablaba de triple plano de abstracción y mencionaba usar el estilo de medición de la luz (‘al cero’) gracias a un “fotógrafo español, que trabaja en USA.”   

“Lavender Mist 1950” Pintura industrial sobre lienzo. Jackson Pollock Colección MoMA (New York)

“Lavender Mist 1950” Pintura industrial sobre lienzo. Jackson Pollock Colección MoMA (New York)

No estoy muy seguro de que Pollock llegara a conocer estos  bosques terciados del norte de Texas—tras haber viajado mucho por todo su país—pero no me extrañaría; cuando tu imaginación se pierde en “The Enchanted Forest” de Jackson Pollock (‘el bosque encantado’ pintura de 1936) sin necesidad de ver ningún otro, a salvo de lo que  podamos encontrar más allá de Andrómeda y todas aquellas galaxias prometidas por la luz y la música que quedó para siempre y entonces, en las maderas de Stradivarius y Guarnerius y en los papeles pautados de Vaughan Williams. A mí, también me quedó la frustración del “violín bien temperado” y la guitarra del “Chota”, mi profesor de Flamenco… y tantos miles de otros artistas, con los colores, ideas, sueños, representaciones, juicios de sus pensamientos y los pensamientos de sus ocasiones, tonalidades, visos y en suma: motivos. Fuera cual fuese la herramienta en la extensión manual de su cerebro. La esponja de mar, los pinceles personales que descargaban exactamente el gesto líquido… No parece fácil adaptar la espátula, ni el cuchillo de empastar a la “Action Painting”. Los chorros delicuescentes del tubo de color y el vertido burbujeante, casi de sidra en vaso alto, llevaron a los amigos a ponerle un mote, un poco siniestro; le llamaban: “Jack, the Dripper” (Jack, el Salpicador).

“Maraña # 5 “Esperando, a Velázquez y Goya”(Photog: luisjimenezridruejo.com

“Maraña # 5 “Esperando, a Velázquez y Goya”(Photog: luisjimenezridruejo.com

Discutía continuamente con De Kooning y los del grupo de artistas que repoblaron los Hamptons, sobre un “quítame allá esas pobres pinceladas…” De esa forma buscaba un convencimiento, lejos de la apreciación del “gran público” que no siempre tenían. En ausencia de Pollock, De Kooning siempre le tildaba de #1, en un mundo de dos…y cuando todos esperaban su propio nombre, el holandés-americano citaba a Picasso y Matisse. De todas maneras el humor de Pollock no era su fuerte, a menos que fuera en los momentos—por demás frecuentes—en los que discurría por los derroteros del “In vino veritas” y, por ejemplo, reconocía su admiración por Picasso; o por la pintura de De Kooning, del cual alababa siempre sus “majestuosos amarillos….”

“Alquimia” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim- Venecia

“Alquimia” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim-Venecia, Italia

Bosques, campos, arroyos, pantanos, esa era su influencia de la naturaleza y es igual, o parecida, a la que tengo aquí en el sur, en Texas. Supuestamente, nuestro pintor dice: “I am Nature.” (Soy la naturaleza misma!)  Y, le contestaría: ‘Como fotógrafo, tienes que trabajar duro para encontrar la abstracción que el pintor crea de la nada con su “action painting.” El propósito de la fotografía es encontrar la abstracción donde el fotógrafo solo tiene, en principio, una realidad obligada; susceptible de ser cambiada por la mente en abstracción, por supuesto. De ese dicho, la fuente de sus imágenes, la única variación con la bucólica neoyorquina es la geografía y lo “social”…como si fuera poco! La abstracción con Pollock toma una nueva vía de entendimiento que parece permitir una connivencia de cierto realismo o figuración al modo accidental de la “trouvaille” y que, en su momento, fue el eje de las mayores críticas y sus diatribas con los críticos que no habían aceptado todavía el expresionismo abstracto.

“Enchanted Forest” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim Museum, New York 

“Enchanted Forest” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim Museum, New York

 

“El Bosque Encantado/Animado” 2023 (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“El Bosque Encantado/Animado” 2023 (Photog: luisjimenezridruejo.com)

A pesar de su triunfo y sus grandes exposiciones, Jackson Pollock nunca quiso salir de E.E.U.U. ¿Quién sabe porqué, y si no sería su gran timidez? Aun así, su obra está presente en todos los grandes museos y viajará llevándole a los espacios intergalácticos, para ser apertura de la página de definición del Arte— o de su final, según se tercie— en cada civilización que salte a la palestra de los tiempos. Todas lo hacen, tarde o temprano. Amén. 

Luisma, Maypearl, TX      30 de Junio del 2023              

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El rincón del estudio

“Es un buen sitio para escribir, o para soñar, despierto. “ Photog: luisjimenezridruejo.com

“Es un buen sitio para escribir, o para soñar, despierto. “ Photog: luisjimenezridruejo.com

También lo llamo el rincón de las begonias, o el faro, o la oficina del estudio. Cuando alguien me pide ‘recado de escribir’, o sea una de mis plumas ‘Pilot’ o uno de mis cuadernos ‘Legal’ amarillos, siempre contesto: ‘mira a ver en el rincón de las begonias’. Es un buen sitio para escribir. El rincón huele bien, a nada; no sé por qué aquí los olores son sutiles y a veces inapreciables. Mucha luz natural, todo el estudio, doce ventanales grandes tienen la culpa y en el rincón una sola lámpara, justo en la bisectriz; uno de esos barrotes de hierro colado para cerrajería. No es muy agraciada y solo la uso para dejarla encendida de noche, cuando estoy fuera y para volver de lo obscuro, es como un faro, se ve desde todos los puntos. El rincón, a decir verdad, confortable no lo es mucho, pero creo que se piensa mejor dentro de una relativa dureza e incomodidad; con una silla de madera “country style” sin cojín de asiento. Si lo veo bien, es el sitio de la casa donde paso muchas horas de las llamadas: “muertas”, que siguen estando vivitas y coleando, todavía, y que me duren…

“…las begonias de mi rincón—buenas modelos fotográficas…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“…las begonias de mi rincón—buenas modelos fotográficas…” Photog: luisjimenezridruejo.com

Puestos a la contemplación de la naturaleza, el estudio es el sitio desde donde mejor se mira, se ve o se ensimisma uno. Merece la música, pero no necesita la televisión, lugar agradable donde los haya, lo que en castellano lígrimo llamaríamos ‘el cuarto de estar’; se supone que, de estar sentado, aunque no sea obligatorio. Acostumbrado a ensoñaciones, desde él vigilo la oceánica pradera, sueño despierto con la luz y las sombras que traspasan los ventanales. Todo puede ocurrir, al despejarse las nieblas de mi cabeza…allá hacia el sur, hacia el Golfo, en lontananza, donde las nubes y los horizontes, siempre lejanos, se confunden… Palos y velámenes de barcos a todo trapo, navegando, bergantines, navíos de guerra de otras épocas, hendiendo las proas en las olas verdes y emergiendo entre las bocanadas de espuma. Imágenes que se acentúan en los días de tormenta, siempre a lo lejos; atardeceres tenebrosos mirando el horizonte final, el más oscuro con sus truenos y sus rayos verticales, los llamados ‘fusilazos’ o ‘tejanos’ por los del otro lado del Rio Grande, al que ellos llaman: el Rio Bravo, o la Raya. Esos rayos y truenos que se buscan entre si y que con sus rebotes y retumbes, hacen que la cosa tal parezca los cañonazos de una antigua batalla naval, o una pelea con piratas del Caribe, a los alcances de la península del Yucatán Para este tipo de imaginación más vale sentarse y escribir la historia, antes de que el gozo se vuele, arrastrado por los vientos de la realidad.

“…distancia entre el rincón de las begonias y el de la rehabilitación…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“…distancia entre el rincón de las begonias y el de la rehabilitación…” Photog: luisjimenezridruejo.com

El otro sitio de estar en el cuarto, seguiremos llamándolo: ‘estudio’, también puede decírsele: porche, aunque solo cuando está abierto a los aires, moscos y bichos, es decir: casi nunca. Habitaciones así no son muy comunes, salvo en grandes mansiones, yo siempre las llamé: galerías. Claustros también podía ser, si los ventanales coronaran en arco. Vale, vaya mi voto final por llamarle: el mirador; aunque no dé a ninguna calle, ni sea un segundo piso. Al menos en este escrito atestado de minucias, si acaso da al borde, sin playa, del océano de hierba con islas de bosques lacrados por la maraña. Tanto el uno como la otra tan difíciles de traspasar incluso con la vista. A mí me encanta mirar y cuanto más abiertos sean los horizontes, mejor. Espacio, ambientes, son cuatro y medio metros de ancho y dieciocho de largo; esta es la distancia entre el rincón de las begonias y el de la rehabilitación y las colchonetas del yoga, el lado opuesto del porche; marcando la eslora de mi buque de navegación galáctica. Estas horas, cualesquiera en el estudio, tampoco se pueden tildar de ‘muertas’. Los ‘descansos’(ironía) se hacen en un tresillo de piel muy batallado, de cara a un piano “moderno”, electrónico, que lleva dentro una orquesta y mil posibilidades; incluso debajo de su pastilla, duermen el sueño de los justos, otros instrumentos musicales en sus cajas y estuches. Dos violines, una viola, una guitarra, una trompeta y una corneta (o será un corno inglés?)…Pero esa es otra historia.

“…ese otro mundo de mi discurso…” Photog: luisjimnenezridruejo.com

“…ese otro mundo de mi discurso…” Photog: luisjimnenezridruejo.com

Volviendo a ‘mi’ rincón, sitio de estar y escribir, con su silla “country” de maderas torneadas, aceptablemente incómoda; rodeada de begonias, un par de familias y solo ellas, un jardín interior de tiestos. Ah! Bueno… y un pequeño plato de cactus enanos…vaya usted a saber!  Cosas de S. (léase: Ese Punto). Es mediodía, curiosamente es la única hora de todas las del día que necesita una explicación. Para mí, la mejor hora de luz, de las mil de este rincón. Me dicen “las lenguas de doble filo” que existe una hora llamada: amanecer, de la que me cuentan maravillas…no sé, no conozco, es demasiado temprano para mí. El largo mediodía a la española es mi hora. Aquí, en el llamado Norte de Texas, se empeñan en decir: la tarde—the evening—demasiado pronto, qué diablos! Es puro mediodía. Esas horas son las buenas para “retratar” este rincón, el de las begonias. A refilón, con las ya mentadas tres luces, tan majas y resultonas. Begonias, “troopers” o “beefeaters”, guardianes mentales de la entrada a ese otro mundo de mi discurso fotográfico y pictórico.

“La tarde—the evening […] Esas horas son las buenas para “retratar” este rincón…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“La tarde—the evening […] Esas horas son las buenas para “retratar” este rincón…” Photog: luisjimenezridruejo.com

A todo esto, se me ha olvidado por dónde voy—habitual situación—y de que va este escrito. ¡Ah! Sí, las begonias de mi rincón…han sido y son buenas modelos fotográficas, ni se mueven, y por ende pictóricas. La música y mis ruidos están de cristales para dentro. De cristales para fuera un silencio humano y animal casi continuo. Cierra los ojos, uno se puede montar una película…sospecho que, aunque aquí no hay caballos a los que oírles los cascos, ni sonidos metálicos de ruedas carreteras, radios de madera al eje de hierro y las llantas de lámina que arman tanto ruido como el piafar de los caballos de aquellas diligencias que ya no existen. Añadir unas gotitas, silbadas, de música de Ennio Morricone…

“…para volver de lo oscuro, es como un faro…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“…para volver de lo oscuro, es como un faro…” Photog: luisjimenezridruejo.com

Sospecho, decía, que en el rincón de las ensoñaciones se bañan todas mis náyades, musas, o serán ruidosas “cheerleaders” quizás?  Todos esos sonidos se están disipando ya y lo que realmente oigo son los ruidos silenciosos, increíblemente suaves y amortiguados de esos mastodontes con ruedas, con sus cromados y tubos bruñidos plateados, que de vez en cuando pasan por esta carretera, la FM 66 (Farm to Market Sixty-Six) que queda a tres árboles de la casa. Aún a esta distancia, lo que más se oye son las voces atenuadas de los conductores y la música country-western que se escapa por las ventanillas abiertas. Estos camiones monstruosos son los navíos de la pradera. Sé que algún día se cumplirá mi sueño, que no es montar a caballo en Texas, pese a todos los pesares, y si montar en uno de estos supercamiones y hacer una bonita singladura, darme un garbeo por mi nación tejana. Ensueño, aquí: sueño de día (daydream). De momento, y hasta entonces, el villano en su rincón,..

Luisma, Maypearl (TX)      30 de Noviembre del 2017

 Re-editado el 29 de Mayo del 2023

Nota: Este post es una re-edición de hace cinco años; las cosas no han cambiado mucho desde entonces…mucha luz, muchos ventanales y una sola lámpara en el rincón, como antes, la cual ahora no es una simple bombilla, es un diseño metálico de un balón de futbol. Bajo los focos, mi pintura avanza con dificultades pasajeras, pero, mi fotografía está en su mejor momento—desde hace años—y parte de la culpa (¡?) la tiene este estudio, este rincón esta luz—interior y exterior—mis sueños de otras galaxias, viaje(s) a Andrómeda cada poco y “visitas” desde allí que quedan “reflejadas” en mis avances fotográficos. El pasado sigue valiendo la pena y S., también. Los espacios se multiplican, pero el villano sigue en su rincón. –LJR

Retrato de pintor (XV)

Javier Pereda Piquer (photog: luisjimenezridruejo.com)

Javier Pereda Piquer (photog: luisjimenezridruejo.com)

Javier Pereda Piquer. Una masa imponente. Solo tengo que cerrar los ojos y ponerme en modo: “recuerdos” y veo a Javier avanzando hacia mí; en una mano aferrando algún “folder” y blandiéndolo, como si fuera una espada, o un pincel. Pensándolo bien, si fuera daga, incluso una cimitarra, hubiera hecho un gran rey de espadas, de la baraja. Y, el pincel…Pereda no necesitaba de tal adminículo, realmente, yo lo he visto resolver un cuadro, con un cepillo dental!  Iba a paso de ballet, por cualquiera de los pasillos de aquel claustro de arcos encristalados; siempre a paso quedo, dragando el suelo—casi como un esquiador de fondo— pero airoso como un barco de vela o como su tía-abuela, la cantante Dña. Concha Piquer. “Mi tía Concha no era una cantante, era una tonadillera, y fue la mejor. Punto.” Estábamos en la Facultad de Bellas Artes, en la Universidad de Salamanca (España) hace ya un increible montón de años. Javier era una masa imponente, en el mejor sentido de conjunto de las dos palabras. Las dos le cuadraban, juntas y separadas. Masa, enorme caudal de cultura y conocimientos e imponente por su volumen de atracción, algo así como un centro grandioso de gravedad. Sin ni siquiera decir una palabra, solo moviéndo levemente aquella cabeza grande, “cezanniana”, perfecto retrato de los dos, Paul Cezanne y Javier Pereda. Y, sin embargo, sus pinturas poco tenían que ver. Hubiese sido demasiado, demasiado bonito para ser auténtico.  

Ahora que yo también estoy cojo, con bastón, por las malicias del Parkinson afectándome al ciático, y obligado al paso quedo y la navegación lenta de un andador—al que, sarcásticamente, apodo “mi Ferrari” —me doy cuenta de lo que debía ser moverse, masticando dolores, o pintar formatos grandes sin estar sentado, o hacer tantas otras cosas, de ‘mala manera.’ Pero, sobre todo en su caso, dominar una audiencia. Las audiencias se dominan con la palabra y el cuerpo en pie. Y, hablar de arte— esa importante parte de hacerlo—es algo para lo cual él estaba excepcionalmente dotado. Solo mirándole y escuchándole, en su inevitable transmisión, se aprendía muchísimo. En su caso, veíamos el trasunto de la verdadera academia, la griega clásica. Y una imagen, saliendo de la ducha, con su enorme toalla blanca terciada al hombro, que siempre me recordaba algún legendario senador o filósofo griego, o el dueño y señor de alguna de las seis mil islas.

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Pero, además y como parte de aquella gran personalidad, Javier pintaba y también su pintura, como él, era atractiva y lo sigue siendo aún; si bien, debo reconocer que no he visto una sola pintura de él desde hace más de veinte años; digo ver, al natural, palpar si se quiere, aunque sí en fotografía, en la que igualmente transmiten. Una excepción: tengo, o tenía, un pequeño cuadro, 40×50 cm. acrílico sobre papel, de su serie de las playas. Un regalo magnífico, una de las que él llamaba sus “acuarelitas”. Me lo había dedicado, una lástima, lo perdí, extraviado o sustraído, en uno de mis últimos “movimientos” americanos. Lo que perdimos con Javier, que murió demasiado pronto, (no sé quién dijo que todos morimos demasiado pronto), fue un total y extraordinario amigo, y un admirable maestro de pintura y artes plásticas. Por alguna razón, me viene a la cabeza la palabra: descomunal.

“La sombra de Pereda.”  (photog: luisjimenezridruejo.com)

“La sombra de Pereda.” (photog: luisjimenezridruejo.com)

Ya por entonces, me anunció que yo podía llegar a ser un buen pintor porque, a pesar de mi tendencia a la pereza pictórica (¡?), eso me decía, “un buen fotógrafo ya lo eres” (sic). Y, rápidamente, me colocaba como zanahoria delante del burro, la famosa frase de Picasso: “…que cuando bajen las musas, te encuentren trabajando”. Trataba siempre, machaconamente, de hacerme aplicar las lecciones de mi sistemática fotográfica (intuición sin mucho estudio previo y rapidez en las decisiones) y llegar a componer el color con el pincel y los dedos untados, evitando el uso de la “paleta” y las pruebas de color, “uno no puede estar equivocado siempre”. No era un maestro de técnicas, era más un gran maestro de ideas y motivación. Como pintor, dominaba el color y por tanto era un pintor rápido; eso le permitía atacar lienzos de grandes tamaños. Su más célebre frase era una respuesta sobre sus dudosas horas de pintura. Debido a sus múltiples tareas de académico (fue catedrático y decano de Bellas Artes), político, hombre de negocios, padre de familia y cien otras cosas que él llamaba “sus labores”.  “¿Y tú Javier, cuando pintas?” — “Por las mañanas”— (tomado de Carlos Pascual).  

Pereda es de los pocos artistas a los que he oído proclamar, en un repleto salón, con voz altisonante: “…la pintura es mentira!!  Y quedarse tan tranquilo, como si hubiera soltado una receta de cocina, que también lo hacía. ¡Y, pobre de aquél que osase discutirlo! Le caía encima con todo su peso de sabiduría y facilidad para la diatriba y el convencimiento propio y ajeno. Una delicia. En el retrato de un pintor como Javier Pereda, lo de menos es su propia pintura, su cocina técnica, su forma de componer y justificar su mundo. Que también. En su retrato, lo que más interesa es la impresión personal y su ser humano, del pintor; lo que probablemente explica y justifica todo. Revisando sus pinturas, cosa que no hacía desde una pila de años atrás (me apenaba mirarlas), me he dado cuenta de lo mucho que me ha influido y como la mayoría de mis problemas pictóricos, aun con el paso de los años, se solucionan poniendo los ojos en sus pinturas. Los americanos usan una palabra que suena muy bien en una circunstancia como esta: “Amazing”—‘Estupendo’, una de mis palabras favoritas en inglés.

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Retratar es también ponderar y alabar. Lo que mayormente tengo que agradecer a Javier son, a lo largo de los años, sus descargas de fusilería, a veces perpetradas por compañeros, o compañeras, mejor dotados. “Anda guapa, enséñale a este señor como se pinta”. O por él mismo, personalmente en su momento y siempre con su pintura y sus textos, contra mis miedos inveterados en la práctica de las artes. “Miedo en esto no se puede tener. O te sale o no te sale”. Es lo mismo que podría decir un torero, quizás con menos peligro físico ¿Quién sabe? Javier Pereda Piquer, nació y murió en Madrid (1947-2003). Durante tres cursos de la primera promoción de la Facultad de Bellas Artes de Salamanca (España) Javier, Carlos Pascual (otro gran pintor) y yo, vivimos juntos en mi casa de Azafranal, a dos pasos de la Plaza Mayor. Los vecinos que no me conocían, señalaban: — Ahí, en el tercero, viven dos profesores y un alumno de Bellas Artes, el más mayor, Ridruejo, es el alumno…Lo que no haya en Bellas Artes! —Años y recuerdos felices que se fueron con ellos, pero que nunca se han borrado de mí —Por tí, Javier…”Vaya por Ud. Maestro!”—

Luisma, Maypearl, TX       29 de Abril del 2019      Re-edición… 2 de Marzo del 2023

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Mirar y Ver

Cathedral, photo by Pepe Nunez Larraz

José Núñez Larraz. “Catedral”. Salamanca 1975 “…la nieve se mide en su reflejo en el blanco del cielo, y los grises se atemperan con el filtro rojo…”

“La composición es la manera más potente de ver.” Edward Weston.

Aquí en América, parecería que todos los caminos conducen a Texas. Allí en Europa, todos los senderos acaban, tarde o temprano, en Granada—todo es posible— a las puertas del Palacio Rojo… Y aquí estoy, de nuevo, de frente a la gran pradera, mirando—ensoñación diurna—, y esta vez parece que para los restos—al menos así me gusta pensarlo. Vine a este país para ver y esto es volver al punto de partida. Un  segundo aterrizaje que no es en la gran ciudad; ni Houston, ni Dallas, aunque estoy más cerca de Dallas, treinta minutos de autopista y quince de carretera comarcal de ángulos rectos, todo ello sin apenas curvas, típico Texas. En Dallas, pasa todo lo mismo que en New York, la única diferencia es, de un lado a otro: veinticuatro horas de paquetería exprés, para tener encima de tu mesa un prototipo de algo y su documentación pertinente para firmar… Aunque no sé muy bien a qué, o adónde, es una distancia ni buena, ni mala, sino todo lo contrario. Estoy en el interior de la campiña tejana y en muy pocos días ya con ella en el corazón. Me ha ganado la paz de la llanura. Ya solo me falta ponerme a pintar otra vez, o atacar concienzudamente el proyecto fotográfico que me ronda de continuo. Visiones de otras galaxias, otras dimensiones, de “otros mundos” que, quizás, yo no veré. Pero, me puedo permitir el lujo de imaginar…  Con mucho, lo más ambicioso que he intentado nunca, en ningún campo del arte, o de la vida. Mirar y ver, condiciones no faltan. “Veremos… que dijo el ciego de las coplas.”

Esto lo escribí, más o menos, hace diez años. En esta década he hecho muchas cosas. en lo relativo a pintura y fotografía, y en números: “ballpark” (que es como se dice en inglés: “aproximadamente”, refiriéndose al número de asistentes a un estadio deportivo, es decir: “a ojo”) habré pintado unos cincuenta cuadros, entre acrílicos sobre lienzo y algunos sobre papel y madera. El último cuadro que pinté al óleo, en mi vida, titulado: “Karen. Plaza Mayor”, es de 1984—fue décimo finalista a premio nacional de pintura—es grande y un gran cuadro. Todo lo que he hecho en el campo del grabado, aun siendo muy de mi gusto, fue hecho en Europa—falta de tiempo y tórculo—el siglo pasado, parece mentira!  En fotografía, los números son impresionantes, incluso para mi propio leal saber y entender. En toda mi vida fotográfica he usado, veinticuatro cámaras distintas, conservo doce de ellas, en perfecto estado de revista—no sé muy bien porqué —aunque sé que no las voy a usar nunca más; tres son digitales: una vieja Canon A 500, pequeña, “turística”, de las primeras digitales, 3.2 megapíxeles, enseguida obsoleta. Con ella hice unas 900 fotos. Una Nikon D60, Zoom 55×200, 10.2 mp. – heredada de M., el padre de S. Después de cinco años en mi uso, tuve que retirarla para comprar un nuevo modelo, con muchas más posibilidades y megapíxeles; más adecuada a los proyectos que tenía en mente. Había hecho ya con ella 7299 fotos. La última, la actual, la que uso a diario, es la Nikon D7100, una cámara fuerte y elástica, seis años ya y ningún problema; poco peso y magnificas prestaciones. Con sus 24.1 mp., puede con todo lo que le pido (por ahora). Magnífica, en estos seis años “hemos” hecho: 25216 fotos, sin quejas…

Luis Jiménez-Ridruejo. “Karen. Plaza Mayor”. Salamanca. 1984. Óleo sobre tabla. (Es el colmo de la pretensión: fotografiar una pintura.)

Luis Jiménez-Ridruejo. “Karen. Plaza Mayor”. Salamanca. 1984. Óleo sobre tabla. (Es el colmo de la pretensión: fotografiar una pintura.)

“Mira a ver”, en ese mapa de Texas… (dudoso empleo de mirar y ver, juntos, no suena bien) … Maypearl (“Perla de Mayo”) es el sitio donde vivo, a once millas de Waxahachie, así se llama el pueblo más grande y cercano, situado sobre las dos grandes rutas que van hacia el sur, desde el centro de Dallas.  Llano, a más no poder y con alguna colinita que otra—ancho es Texas! Uno no podría imaginar, ni por lo más remoto, a un Cid Campeador redivivo cabalgándose estos territorios. Poco polvo, algún sudor y todo el hierro en los establos/garajes. La montura de hoy es el “truck” de cuatro ruedas y un montón de caballos de los otros; el “yip”, la “camioneta”, o lo que los Tex-Mex llaman, castellanizándolo: la “troca”, algo de cabina y el resto es espacio de carga. Vehículo indispensable para labores y subsistencia en estas distancias; aunque tengas a la puerta un Cadillac, o un Mercedes, la troca no puede faltar. En la épica americana todo era mirar y ver.

Algo para mirar. Precisa y sorprendentemente, hoy encontré un libro en ella, debajo del asiento. No me lo esperaba. Ansel Adams “400 fotografías”. Lo rescaté de la “pickup truck” y he estado pasando, foto tras foto, todas sus páginas en un estado de embeleso total. Que gran fotógrafo para tan gran país! Seis décadas de fotografía en su más pura esencia. Para mí, un viaje rápido por las más prístinas bellezas naturales de Estados Unidos, algunas tengo fotografiadas con mi cámara; conozco ya bastante de este enorme país. Parques naturales, montañas y más montañas, llanuras y más llanuras, celajes eternos, aguas interminables… En blanco y negro, la verdad primaria de la fotografía, pese a quien pese. La reconciliación con la composición natural y la incontestable diferencia entre luces y sombras. La emoción y la dificultad de los grises. En Ansel Adams está toda la fotografía de hoy, de ayer y de siempre.

Ansel Adams. “Dunas Océano”. California. 1963 “…algunos dicen que esta imagen es abstracta, pero en aquel momento yo no era consciente de semejante definición…”

Ansel Adams. “Dunas Océano”. California. 1963 “…algunos dicen que esta imagen es abstracta, pero en aquel momento yo no era consciente de semejante definición…”

Hacia años que no pasaba un momento tan agradable y tan ejemplar viendo y admirando fotografía. Incluso saltándoseme las lágrimas al recordar admoniciones y detalles técnicos, tantas veces solventados en mi instrucción con otro gran maestro: Pepe Núñez Larraz. Magníficos fotógrafos, los dos. Siempre echando de menos a la persona que me enseñó a ver, partiendo de la simple mirada. Lo que Ansel Adams llamaba: visualización y Núñez Larraz llamaba: ver. Es el quid del artista fotógrafo: saber ver la foto cuando la tienes delante. Ese trabajo instantáneo y ágil, previo a echarte la cámara al ojo y disparar. Y el sinnúmero de reglas y conocimientos necesarios para el envite.

Mientras pinto y no pinto, la fotografía complementa mi ambición de expresividad artística. La cámara siempre me acompaña y me saca de apuros para conservar las vistas seleccionadas por la mirada. Raramente uso la fotografía para pintar, y nunca realísticamente, son amores distintos. En esta ocasión estoy viendo Texas de una manera totalmente diferente que, hace más de veinte años, cuando llegué a estos nuevos mundos por primera vez. Una mirada más sentimental y más vívida, menos atónita. Entonces, todo era nuevo y mi fotografía proyectaba una visión desde un punto de vista español. Algo que ahora no me ocurre. Mi visualización se ha vuelto americana. Me he dejado la vista en el conocimiento del país y de sus luces. Sigo siendo un fotógrafo español, pero contengo también la visión americana.

Luis Jiménez-Ridruejo. “Autorretrato mañanero en las ventanas ENE del estudio, o los reflejos ilógicos de Julio” 2022 (Fotografía). “La fotografía es lo que quieres, o puedes, ver con el entramado pasajero de luces y cristales… sólo para entender que la realidad universal, no existe.”

Luis Jiménez-Ridruejo. “Autorretrato mañanero en las ventanas ENE del estudio, o los reflejos ilógicos de Julio” 2022 (Fotografía). “La fotografía es lo que quieres, o puedes, ver con el entramado pasajero de luces y cristales… sólo para entender que la realidad universal, no existe.”

Podría hacer una extensa relación de fotógrafos americanos que me han ayudado a comprender esta “realidad” y sus luces. Solo voy a citar los que me han calado más profundo: Ansel Adams, Edward Weston, Minor White, Ernest Hass… Tengo una especial predilección por Adams y no podría decir porqué. Como nunca olvidaré las enseñanzas universales de Núñez Larraz—Pepe Núñez— gran fotógrafo, gran persona. Con todo mi cariño al maestro, también sé que nunca podré pagarle, con el recuerdo, lo que hizo por mi: adiestrarme a ver. Él me dio herramientas y reglas, y también me ensenó a romperlas. Siempre que miro a través del objetivo, veo el taxi amarillo de Hass, y sé que veo como a él le hubiera gustado que viese.

Luisma, Maypearl , TX   3 de Noviembre del 2013  // Reedición: 1 de Agosto del 2022

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Retrato de Pintor (VIII) Fernand Léger

Retrato de Fernand Léger ( 1881-1955)

Retrato de Fernand Léger ( 1881-1955)

“No existe lo abstracto o lo concreto. Existe un buen cuadro y un mal cuadro. Una pintura que te conmueve y otra que te deja frio. La pintura tiene valor por si misma, como una partitura musical, como un poema.” (F. Léger)

Nunca supe, hasta hace muy pocos años, que Madonna y yo— sí, sí, la cantante—compartíamos gustos pictóricos y una sesgada relación personal; todo ello sin llegar al conocimiento personal mútuo—cosa que no me hubiera importado lo más mínimo—. La “monstruosa” cantante y artista es fan acendrada del pintor Fernand Léger, llegando incluso a poseer obra del pintor francés —ella se puede, o se podía, permitir ese lujo total. Hace diez años, vendió—siete millones de dólares para su fundación Ray of Light—el cuadro: “Tres mujeres” en Sotheby’s. Lo de la relación personal fue el hecho de haber sido, mi segunda mujer—la americana—, profesora de Madonna, en bachillerato, cuando todavía se la conocía como señorita Ciccone (Madonna Louise Ciccone), en el Brooklyn neoyorkino, de hace ya demasiados años.

 

“Three Women” (detail), Fernand Léger, 1920, oil on canvas.

“Three Women” (detail), Fernand Léger, 1920, oil on canvas.

La verdad es que me hubiera gustado conocer, personalmente,  a Fernand Léger. Desgraciadamente, murió cuando yo tenía diez años. Hacerme una idea, un retrato del artista y del hombre, exige dos formas de intentarlo: una puede ser buscar fotografías del pintor que también era cineasta; solo para encontrar que, en lo físico, se daba un aire a Walt Disney. Nada que ver, Disney era un halcón de la derecha americana y Léger un comunista francés, algo casi tan pintoresco como un comunista español. Los dos compartían el aire bonachón y el bigotillo propio de la época de entre guerras mundiales, aquel que en la imagen del artista “guaperas’’, se asignaba al actor Clark Gable.  La otra manera de retratarlo sería escrutar y rastrear la imagen de su espíritu en toda su obra y, sobre todo, leer y estudiar sus magníficos escritos sobre arte; fundamentalmente: “Funciones de la pintura”, una obra maestra.

Uno no sabe a que carta apostar con un personaje como Fernand Léger. Pintor adelantado a su época, moderno hasta llegar a ser el epítome de lo moderno, o quedarse en el Léger escritor; posiblemente uno, si no el mejor, de los grandes escritores sobre arte de todos los tiempos. Su “Funciones de la pintura” es, para mí, el más importante texto que jamás haya leído ( y releído a menudo) escrito por un artista. No me canso de aconsejarlo. En mi paso, tardío, por la academia estudiantil, solo un profesor me habló, repetidas veces, y me aconsejó a Léger: Carlos Pascual, gran profesor y, sin embargo, magnífico pintor.

 

Fernand Léger, “Mechanical Elements”, 1920, Met Museum NYC

Fernand Léger, “Mechanical Elements”, 1920, Met Museum NYC

Difícil de conjugar el hacer arte y escribir sobre ello. Descubrir las posibles razones de esta conjugación es problema harto complicado. Con Léger, habría que adentrarse en su biografía y en su tiempo y llegar a conocer porqué alguien nace con el don de la escritura. Lejos de mí el proclamar que el artista para una cosa es artista para todo; ojalá fuera así—otro gallo nos cantaría—y no habría tanto “cantamañanas”, críticos ganapanes, académicos de medio pelo…resbalando y patinando por las laderas de la Historia del Arte. Fernand entendió y plasmó perfectamente el hecho artístico y las influencias de lo individual y personal en el arte, propio o ajeno.

Fernand se fue a París, desde su Normandía natal, justo al principio del siglo XX. Quería estudiar Bellas Artes pero no le aceptaron, supongo que había que ser un consumado dibujante clásico (como en la Escuela de S. Fernando, en Madrid) y se convirtió en “oyente”, permitiéndole ello un mayor y más libre uso de su imaginación, encorsetada y constreñida por las rígidas directrices escolares. Tres años vacíos e infructuosos, según sus propias palabras. Se hizo un pintor “serio” y dedicado, hacia sus veinticinco años. Todo lo que pintó en aquella época lo destruyó más tarde.

 

Fernand Léger, “Railway Crossing,” 1919

Fernand Léger, “Railway Crossing,” 1919

Se adhirió luego a la vanguardia parisina de los Archipenko, Chagall… empezó a hacer Cubismo—“Tubismo”—por sus figuras cilíndricas, alguien lo llamó. La guerra mundial del Catorce, le encontró haciendo abstracción. Resultado: se alistó, dos años. Casi murió en la batalla de Verdún, en un ataque con gas mostaza. Así que, para la Segunda Guerra Mundial se vino a los Estados Unidos, Yale University, impartió clases fantásticas, pintó murales, hasta le decoró el apartamento a Nelson Rockefeller. A resultas de aquel viaje, al volver a Francia en 1945, se afilió al Partido Comunista. Le debieron “sentar mal” los USA. Aunque él, más que marxista fue un apasionado humanista. Tuvo una vida artística muy productiva en Europa y Sudamérica. Murió en 1955, a los 74 años.

Léger alguna vez dijo: “Mis ojos fueron hechos para borrar todo lo que es feo”. Me adscribo a ello. Hombre y pintor con tantos detractores como seguidores; no hace falta decir de que lado estoy. Muchas de sus pinturas me conmueven cada vez que las miro. Aparte de lo que he aprendido de él. Esta es mi visión de Fernand Léger y, después, que cada cual haga sus propias interpretaciones. Se pongan como se pongan: “yo ya no me voy a bajar del carro.” Moriré, como si fueran las famosas botas, con las abstracciones puestas…

 

Luis Jimenez-Ridruejo, “Afterthought #2”, acrylic on canvas, 13”x10” . luisjimenezridruejo.com

Luis Jimenez-Ridruejo, “Afterthought #2”, acrylic on canvas, 13”x10” . luisjimenezridruejo.com

Para gustos están los colores, no?  Pues sí, aunque de una década a esta parte, puedo cambiar el refrán y hasta alambicarlo—para disgustos no están los colores—porque, a veces, en pintura—como en la vida real—los colores te pueden dar más disgustos que un hijo tonto…y, el cielo nos libre!  La fotografía, con no apretar un botón: Todo arreglado…Ay! Si todo fuera tan literal, y tan simple, seríamos mucho más felices… No?

“El color es necesario para la vida…como el agua , o el fuego.”(F. L.)

Luisma, Pittsburgh,  15 de Septiembre del 2013

Reeditado en Maypearl, TX  en  Abril del 2022

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Más de Treinta Años en el Jardín Deshabitado…

“El jardín deshabitado de Praga” Grabado, punta y ácido. P/A I -- Luis Jimenez-Ridruejo. (1987)

“El jardín deshabitado de Praga” Grabado, punta y ácido. P/A I — Luis Jimenez-Ridruejo. (1987)

Este post está reeditado e inspirado, en otro de similar título, de hace diez años. Con el adendum de una pequeña, pero interesante clarificación sobre el origen del primer cuadro de esta serie icónica de mi pintura…sometiéndolo al filtro de las 5W y 1H.  Olía a pámpanos blancos, como en la plazuela de la Libertad, en Salamanca…recuerdos comunes, recuerdos “de casa”…sentado, con A., en un bordillo del puente de Carlos (Praga, Republica Checa). Veníamos paseando camino de la Embajada de España, donde trabaja ella. Fuimos al centro a comprar material para pintar, quiero dejarle a A., un recuerdo de mi paso por su casa de Praga, e increíblemente, había dejado olvidada mi cámara de fotos, en casa, antes de un viaje, a Praga!…y a Viena! Estuvimos charlando y pintando toda la tarde. Desde las ventanas de su despacho de la embajada se veía el “jardín deshabitado” y así quedó en mi recuerdo y en dos aguadas pintadas en tintas sobre papel… solo verde español (ese verde…) y negro zaíno… Una de ellas la tiene A., la versión más abstracta. La otra aguada se vino conmigo a España y, años más tarde la perdí en un avatar de la vida. Empero, inspiró uno de mis mejores grabados de punta y ácido (19 ¼”x 14 ¼”—prueba de autor/primera; colgado aquí en mi dormitorio, siempre conmigo…) y un tríptico grande—96”x 80”—acrílico sobre madera, que titulé: “Jardín Deshabitado”#1, y que está colgado en Trigueros (Valladolid). Tengo una fotografía del tríptico—en salida de este post— que documenta un “trampantojo”: ”S. abriendo las ventanas al jardín”. Las dos aguatintas primeras son las únicas de la serie que tienen distinto título, escrito en la facies: “El jardín deshabitado de Praga” 1 y 2.   Acuarela…de tanta salsa me parece insulsa… se cuentan con los dedos de una mano las acuarelas que habré pintado… Perspectivas de Decoración, Ilustración, Diseño y Alta Costura se hacían tradicionalmente con acuarelas; desde principio del siglo XXI ya no se usan, prácticamente. Gouaches y Temperas (mas cuerpo) las han sustituido.

 

Diez Años En El Jardín Deshabitado   (2003-2013)

“Uninhabited Garden # 5” Acrylic on canvas, 75”x 60” (2003-2013) luisjimenezridruejo.com

“Uninhabited Garden # 5” Acrylic on canvas, 75”x 60” (2003-2013) luisjimenezridruejo.com

El realismo se acabó con Velázquez, o con algún otro que no vale la pena recordar. Lo que ha venido después ha sido un aprendizaje continuo, hasta llegar a donde estamos ahora, y que yo llamo el muro del jardín deshabitado de soluciones. sin nadie que sea capaz de saltarlo y marcar, o simplemente insinuar, una salida para el arte, que no sea un repetido ir y venir hacia atrás, homenajeando a todos los que en este mundillo han sido alguien. Expresionismo, abstracción, surrealismo abstracto, o como queráis llamarlo; el muro tiene muchas caras aplastadas en su epidermis. Es la pintura, una forma de evitar por un tiempo—que no liquidar—los demonios pictóricos que uno lleva dentro, desde pequeñito. Desde la primera vez que vió las “Meninas”, algún Greco, un Derain y un Matisse, dos Picasso, un Papa de Bacon y un puñado de cuadros de un californiano: Mr. Richard Diebenkorn, el dueño de todos los colores americanos.

Según iba viendo todo eso y algo más, no he querido nunca otra cosa que pintar. Descubrir la pólvora…en realidad, nunca inventamos nada y en algunos casos más vale que no lo hagamos. Temblarían de disgusto, en sus tumbas, todos esos señores que he citado antes, aunque ellos tampoco lo tuvieran muy claro en su día. Pintar es inventar continuamente, y sobre la marcha, y jugarse el tipo cada rato pasado “contra” el lienzo. Es empezar, por lo menos en mi caso, con una vaga idea de lo que uno quiere hacer, para después de cierto tiempo aleatorio y variable, cortar por lo sano el chorreo de decisiones a punta de brocha , pincel y colores y abandonar una imagen, que no está muy claro lo que quiere decir, si es que quiere decir algo. Y todo por no se sabe que razón—evidentemente, no la de hacer dinero con ello—. Aunque, hoy he encontrado una incompleta lista de ventas, compradores y lugares donde están mis pinturas y fotografías, vendidas desde que llegué a Houston en 1989. Solo pinturas, han sido cuarenta y ocho, con dos series completas agotadas. La serie “Galveston” (24 cuadros) y la serie “On the Bayou” (14 cuadros). Digo, abandonar una imagen, que no terminarla, es decir, cuando firmas el cuadro—que atrevimiento hacerlo!—ya hablaremos otro día de ello, que osadía!

‘Ocean Park #79” Oil on canvas. Richard Diebenkorn. 1975 Philadelphia Museum of Art.

“Ocean Park #79” Oil on canvas. Richard Diebenkorn. 1975 Philadelphia Museum of Art.

Hoy he “terminado” esa pintura  #5  de mis pecados acrílicos, después de diez años de haberla abandonado a su suerte. Teniéndola en una pared clavada y así mismo incrustada en el cerebro, un dolor cada vez que la veía, diariamente. Un cuadro que es la síntesis de una década de mi vida. Dos meses hace diez años y dos meses ahora, con el interregno de pensar en arte, en pintar, y no hacerlo…Mucha fotografía, con el triple salto mortal a la Digital, sin red y para siempre… algún dibujo, diseño gráfico, bocetos de futuras obras nonatas y sobre los que saltaré, evitándolos, si continúo—tal parece—con la marcha pictórica que me ha dado acabar con este “Jardín Deshabitado #5”. Los diez años me los he pasado viviendo a espaldas de mis demonios de la pintura, haciendo otras cosas, necesarias para la felicidad de la vida y aguantando el palo de la vela, en esta procesión americana que—mal que le pese a algunos—da para mucho vivir.

Naturalmente, me he “enterado” de todo lo que pasaba en el mundo del arte, y en otros mundos, claro, y por ello creo que puedo volver a la práctica de la pintura sin grandes penas, aunque también sin grandes alharacas. Dejemos los fuegos de artificio para mejor ocasión. “Lo cortés no quita lo valiente.”  He quemado las etapas que de haber estado trabajando lienzos hubieran sido más llevaderas, o no?…quién sabe? Como dijo “aquél”: solo sé que nada sé! Buena excusa para mis “famosas”: indolencia, pereza, impuntualidad y toda clase de lacras unidas a mi “persona” (usesé “persona” en inglés).  Me temo que la gran mayoría, prescribieron hace décadas. Por eso, en mi pintura, de la cobardía de antaño a la temeridad de hogaño, no hay más que una decisión tomada al desgaire. Estoy pintando bien y por primera vez en muchos—demasiados—años, me siento igualmente bien por hacerlo.

“Abstraccion.2.2.22” Photography: luisjimenezridruejo.com

“Abstraccion.2.2.22” Photography: luisjimenezridruejo.com

Decía que, durante esta década en los cuarteles de invierno (Pittsburgh) he pasado el tiempo en otras cosas: escribir, “acondicionar” mi fotografía a la era digital (que maravilla!) y llevándola a un nivel personal muy alto y exigente… la pena es que me va fallando la vista y temblando el pulso, pero no me preocupa, al paso que vamos, pronto sacaran un chisme nuevo que permitirá enfocar correctamente, o volitivamente, quizá con el uso de la voz. Duermen el sueño eterno, del salón en el ángulo oscuro, silenciosas…mis prehistóricas ya, cámaras de película de celuloide. Desuso total. Y pensar que casi vi nacer esa fotografía y la estoy viendo morir. Que prisa lleva el mundo y como lamento siempre el no poder ver lo que esto va a ser dentro de cien años, y ya no digamos: quinientos!

Uno se pregunta en que parará todo el brouhaha (palabra favorita) este, del arte de la pintura, tal como lo conocemos, cual será su sustituto? Porque de la escritura no hay miedo, se sustituirá con otras palabras, el vehículo será lo de menos. Algo habrá que hacer con la pintura, aparte de conservarla en los museos. Esos conocidos centros de “vicio y perdición de tiempo.” Que nuevas técnicas alumbraremos como métodos de expresión para que la gente entienda si estamos alegres o tristes, llenos o vacíos, hundidos o levitando, cansados o enamorados, o de aquellas mil otras maneras…? Yo seguiré con la pintura y la fotografía, pues parece que todavía no están obsoletas, y haciendo caso de la sutil admonición que el filósofo Marías me hizo en Houston, hace ya más de veinte años: “Escribe lo que no puedas pintar y pinta lo que no puedas escribir.” Gracias, D. Julián, lo he tenido siempre muy en cuenta.

Trampantojo(trompe l’oeil) fotografía y pintura. “S., abriendo las ventanas al jardín deshabitado” (2007).

Trampantojo (trompe l’oeil), fotografía y pintura. “S., abriendo las ventanas al jardín deshabitado” (2007).

 

Luisma, Maypearl (TX)  20 de Enero del 2014         Reeditado en Abril del 2022.

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Retrato de Pintor (IX)

“Me gusta una pared vacía porque puedo imaginar que me gustaría poner en ella”   Georgia O’Keeffe  (1887-1986)

Georgia pintando el árbol de Gerald…(Photography by Ansel Adams)

Georgia pintando el árbol de Gerald…(Photography by Ansel Adams)

“El Espíritu de la Golosina” (“que se toma por gusto y no para alimentarse”), así la invocábamos en las fiestas de Bellas Artes, en la Salamanca, de los años ochenta del pasado siglo. Georgia O’Keeffe, delgada, chupada, de elegancia natural y solitaria, como los eremitas y los espíritus, cualquier clase de espíritu.  En América, se “ponen” los motes generalmente, con apelativos de origen, o de herencia. Nunca el mote es elegido por la propia persona. Pintar, chupando los pinceles—no sé si las brochas, también—dependerá, supongo, del tamaño de la mancha de color a desleir. Fue también una excelente fotógrafo y, me temo que las cámaras no hace falta chuparlas. Las recetas de cocina pictórica acechan ya de contínuo, desde la aparición de la TV, ordenador, videos, teléfonos de imagen…clases personalizadas de Impresionismo por teléfono…Atención!  Dibuje como Caravaggio, o como Dios, en siete días… “ No… porqué esperar?  En unas cuantas horas le enviamos un diploma…”  Cinco añitos tenía Georgia la primera vez que dibujó un paisaje; más de noventa años después, seguía haciendo arte, cerámica, barros sin ornamentos, ni decoraciones…usando el tacto y el recuerdo, en su ceguera casi total.

“—Que se siente al ser una pintora americana (¡?)—. Photography by luisjimenezridruejo.com

“—Que se siente al ser una pintora americana (¡?)—. Photography by luisjimenezridruejo.com

Esta es la historia—retrato de pintor—de uno de los seres más anormales que imaginarse pueda: una persona normal. Una mujer, en este caso. Una mujer feminista (lo era por naturaleza). Georgia O’Keeffe no necesitaba serlo, ni practicarlo, ni pregonarlo a bombo y platillo. Simplemente lo era, y no hace falta mirar muchas de sus pinturas, o sus fotografías, para darse cuenta de ello. El feminismo más galopante, el de armas tomar, quiso hacer de su arte una bandera y tropezó con la más absoluta negativa. O’Keeffe, repetidamente, negó la utilización de sus imágenes para la causa feminista. No porque ella no lo fuera, o porque no apoyare la lucha, sino porque tenía mucho respeto por su arte y por el de los demás. No creía en su uso político, ni en cualquiera de los usos ajenos al arte por sí mismo.

“La camisa de la mujer feliz” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“La camisa de la mujer feliz” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Esa normalidad la llevó a ser discutida por razones extrañas a las fronteras de su arte pictórico, sobre todo en su propio país. De ella, las más de las veces, se criticaba todo menos su pintura que era lo discutible. “Escribes sobre mi flor como si yo pensara o viera lo que tu piensas y ves de la flor—y yo no.”  Incluso se llegó a criticar su propio éxito, tildándolo de excesivo(!) La mayor parte de sus críticos más negativos han sido otros artistas posteriores, alegando razones técnicas o de gusto personal (¡?) y ocultando a menudo los rabiosos celos, con comparaciones odiosas y siempre mal traídas. Los tiempos cambian pero solamente para repetirse. A diferencia de Georgia, Picasso, de cuyo éxito nadie parecía dudar—ni osar siquiera— fue ajeno a ello. Él, sin embargo, cayó frecuentemente en la utilización política del arte; aunque en su caso produjera obras como el “Guernica”. Perdonable utilización.

“Uno no puede ser americano para que vayan diciendo: mira es un americano…” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Uno no puede ser americano para que vayan diciendo: mira es un americano…” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Georgia O’Keeffe nació en Wisconsin, algo así como Lugo, España, en USA y ‘salvando las distancias’ y el sabor de los quesos. Su vida creativa se celebró en New York, Texas y New Mexico. “Donde nací y donde y como he vivido no tiene importancia. Lo que he hecho en donde he estado, es lo que debería ser de interés.”  Ha sido, probablemente, la pintora más importante de la historia de este país, con Mary Cassatt y Helen Frankenthaler. “Uno no puede ser americano para que vayan diciendo: mira es un americano. Hay que sentir América, gustar de América, amar América y entonces trabajar.”  Así se expresaba O’Keeffe al ser preguntada—que se siente al ser una pintora americana (¡?)—. Su vida y milagros eran examinados con lupa y fue un continuo responder a preguntas que nunca se hacían a los pintores masculinos. Georgia era una solitaria; misantrópica y casi anacoreta hembra. Algo nada anormal y, a pesar de todo, considerado anormal por el resto de los mortales. Si no eres como todo el mundo—aborregado—eres un raro.

“Georgia on my mind” Un homenaje. (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Georgia on my mind” Un homenaje. (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Su relación afectiva y profesional con el fotógrafo Alfred Stieglitz, que era 23 años mayor que ella, contribuyó a perfilar una celebridad ajena a su interés. Fue una relación distante y físicamente despegada. Con todo y con ello, Stieglitz le hizo más de 350 fotografías, algunas de ellas maravillosas y de las que muchas eran desnudos. (“El espíritu de la golosina”). Dada su seriedad artística y su fama, varios de estos desnudos se han cotizado en cifras millonarias. Uno de ellos pasa por ser una de las fotografías más caras de la historia. Los temas de su pintura, después de una juvenil etapa de abstracción, fueron las flores, los edificios neoyorquinos, los paisajes áridos, y las pelvis y cráneos de animales, blanqueados al sol del desierto (¡?)  La abstracción la retomó, otra vez, al final de su vida. En cuanto a mi…puede parecer una afirmación un tanto sorprendente, exceptuando el expresionismo abstracto, de cuyo carro nunca me he bajado: el arte de Georgia me ha inspirado siempre en mi pintura y mi fotografía, y en el entender el Southwest americano, donde vivo hace ya muchos años sin arrepentimientos, ni emocionales, ni fotográficos; los pictóricos ya son otro “cante”, por bulerías o fandangos tejanos…

“Escribes sobre mi flor como si yo pensara o viera lo que tu piensas y ves de la flor—y yo no.” (Georgia O’Keeffe) Photography by luisjimenezridruejo.com

“Escribes sobre mi flor como si yo pensara o viera lo que tu piensas y ves de la flor—y yo no.” (Georgia O’Keeffe) Photography by luisjimenezridruejo.com

Al opinar, fuera del campo de la pintura, ella decía: ”Cantar siempre me ha parecido la más perfecta manera de expresión. Es tan espontánea. Y después de cantar, creo que el violín. Como no puedo cantar, pinto.” Pura normalidad, que no simpleza, se mire como se mire. Y esa fue la más típica acusación que siempre tuvo que leer, u oir, sobre su pintura. Adjetivarla de simple, como: sencilla, fácil u ordinaria, en un sentido peyorativo—a veces sinónimo de ingenua o poco sofisticada—era la manera de motejarla de los periodistas americanos provincianos del siglo XX, salvo honrosas excepciones. Tradicionalmente, entonces, la crítica de arte estaba en la sección de deportes de los periódicos (!), fuera de los de las grandes ciudades. Simplista significa: demasiado simplificada, de una simplicidad extrema y a menudo engañosa. Una solución simplista a un problema pictórico, o fotográfico, suele ser una mala solución, incluido en ello el mundo de la crítica. Mientras tanto, empujado desde New York, su arte, que triunfaba ampliamente en Europa, la consagró en las grandes catedrales del arte moderno: Los Museos y Colecciones. Todo el mundo opinaba, incluso “el gran público”, en los libros de visitas.  Albert Einstein—poco sospechoso en materia de crítica y autocrítica— decía: “Todo debe ser lo más simple posible, pero no más simple.”

“Georgia en Abiquiú, New Mexico, USA

“Georgia en Abiquiú, New Mexico, USA

Tuvo una vida larga y muy productiva y al final, a veces, volvió a la abstracción. Aun así, siempre dudó: “No soy un exponente de expresionismo. No sé exáctamente lo que eso significa, y no me gusta como suena. No me gustan las etiquetas y los ismos. Quiero pintar al modo de mi pensar y sentir”. Le gustaba ponerse a si misma en solfa, diciendo: “Odio las flores—las pinto porque son más baratas que las modelos, y no se mueven”. En resumen, una persona normal que era pintor y mujer. Aceptó y abrazó su condición femenina (en una época muy diferente a la actual) usándola para su expresión artística, y nunca renegó de ella. Georgia O’Keeffe murió a los 98 años. Los últimos veinte años de su vida ya no pudo pintar por culpa de un defecto de visión. No pudo pintar, pero imposible de cejar en su actividad, siguió hasta el final haciendo cerámica y barro lisos, sin decoraciones, a la manera de las indias Apache.  G. O’K , siempre tiene mi aplauso, aunque no lo necesite. Uno de esos que empiezan lento y acompasado y terminan atronando en el espacio.

Luisma, 25 de Noviembre del 2013               ( Editado en Enero del 2022)

‘Siento que hay algo inexplorado sobre la mujer que solo una mujer puede explorar’. (G. O’K.)

 

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Retrato de Pintor (XVII)

Detalle del posible autorretrato de Michelangelo Merisi da Caravaggio, en su pintura: ”El Prendimiento de Cristo.”

Detalle del posible autorretrato de Michelangelo Merisi da Caravaggio, en su pintura: ”El Prendimiento de Cristo.”

Los ojos cerrados, buscando el descanso, y la sedación, de las tumefacciones de su rostro—los golpes de otra pelea más, el signo de su vida—y ese sabor amargo de la boca, presente desde hace ya más de un año, y al que no encuentra explicación, ni él, ni el galeno del Cardenal Francisco Del Monte, su benefactor, al que ha consultado y que sospecha de algún color venenoso entre sus pinturas. Michelangelo siente la firme suavidad de la ropa de cama, en su rincón de la buharda del palazzo. El olor es fuerte y penetrante, es su cuarto y es donde habitualmente prepara sus pigmentos y sus óleos, y las imprimaturas de sus lienzos. Al pronto descansa, pero su vida ha sido, y es, una contínua carrera, huyendo siempre hacia adelante, siempre buscando el escondite posible, una escapatoria a su ajetreo vital.

“El Prendimiento de Cristo” Óleo sobre lienzo, Caravaggio.

“El Prendimiento de Cristo” Óleo sobre lienzo, Caravaggio.

Ahora, todo parecen cruces y no espadas. Tiempo para la pintura. Todavía le quedan muchos enemigos, gente del hampa romana, de los que no perdonan nunca. Estos cuartos que le concede el Cardenal, el estudio, el tiempo para pintar, tiempo para practicar esa otra esgrima, la de los pinceles; la que está dándole la celebridad en la ciudad—“el pintor más importante de la Villa y Corte”— y algo de tranquilidad a su espinoso y pendenciero carácter. Es Roma, la grande, y todo el mundo está aquí… Su vida es así: de día: pintar, contínuamente; de noche: sus algaradas, sus aventuras, los amigos y los enemigos. Un año ya viviendo y trabajando, bajo la protección del prelado romano, un refugio condicionado. Don Francisco quiere siempre lo mejor y más selecto de su producción y exhibir al ‘Caravaggio’ como un héroe, o un portento de feria, en los salones distinguidos de la ciudad. Demasiada pintura religiosa, pero era un precio justo para un cambio de vida, necesario. Y los beneficios son pingües…

“Sueños de Caravaggio en Andromeda-1” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Sueños de Caravaggio en Andromeda-1” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Al fin y al cabo—da en pensar—en un corto espacio de tiempo, ha creado un estilo propio y gustoso para Tirios y Troyanos; le han salido imitadores y decenas de copistas, incluso en el frio norte de Europa, y en el cálido sur. Le gusta el valenciano Ribera, ese “Spagnoletto” que vió en Nápoles, su tenebrismo es incluso más poderoso que el suyo. Las técnicas de Caravaggio vuelan de una corte a otra, pintor de pintores, su enemigo no es su calidad, es su carácter. Alucinan con la ausencia de dibujos previos y bocetos; y la realidad tal como es, sin idealizaciones. Su personalidad transciende en su estilo. Sus bodegones son su excelencia, la naturaleza en todo su detalle. Casi fotográfico, estoy seguro que le hubiese encantado tener mi cámara de fotos. De hecho, el pintor David Hockney le acusa del uso de espejos y algún tipo de ‘cámara oscura’ para pintar; nada se sabe de cierto, y aun si fuera así, no le restaría ni un ápice a su maestria.

Lo más interesante de su aportación a la Pintura es el uso de la iluminación focalizada, casi teatral o cinematográfica, blancos duros y puros sobre una imprimación obscura total, el famoso “chiaroscuro”, dramatismo y tenebrismo, obliga al espectador a fijar la vista de un rostro a otro, creando la historia del cuadro con su diseño compositivo. En cuanto a la ejecución, no hay dudas sobre sus técnicas, su rapidez es legendaria: un blanco níveo y brillante, su bermellón y unas cuantas tierras obscuras. El dramaturgo Lope de Vega hubiera dicho lo de: “…en horas veinticuatro, pasaron de las musas al teatro.” Alguien calculó que un cuadro no le duraba más allá de cuatro o cinco días. Su influencia (esto si sería un “influencer”) fue, también, rápida y duradera hasta hoy. Pintores y toda clase de artistas han bebido de él: Barrocos, Realistas, Impresionistas, Hiperrealistas, Abstractos, pictóricos y fotográficos…

“Sueños de Caravaggio en Andromeda-2” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Sueños de Caravaggio en Andromeda-2” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Está rememorando, tumbado en el lecho revuelto y observando el cielo raso, absorto en los vestigios de frescos y escayolas mal doradas y desportilladas por el acoso del tiempo; recuerdo de algún otro pintor ocupando, antes que él, estos cuartos palaciegos. La maldita rodilla derecha no deja de dolerle… Conciliaba los recuerdos de lo que había sido su existencia—un huracán, años atrás—en estas mismas calles, corriendo siempre y salvando su vida y su bolsa de pinceles. No podía permitirse el lujo de perder aquellos pelos de marta—tan suaves y tan caros—guardados, como joyas, en lo más recóndito de sus estudios y sus viviendas. Sus correrías acababan siempre en los escondites de las buhardillas de aquel barrio, detrás de San Luis de los Franceses. El éxito de la pintura le está redimiendo de muchos problemas, pero ‘la cabra tira al monte’ y lo bizarro y pendenciero lo lleva dentro.

“La Conversión de San Pablo” Óleo sobre lienzo, Caravaggio.

“La Conversión de San Pablo” Óleo sobre lienzo, Caravaggio.

Ahora vive en primera línea, comida caliente todos los días, ropas que ya no son jirones, todo a las prisas, como si quisiera vivir mucho en poco tiempo. Aunque con precisión y detalle, sigue pintando ‘a las carreras’—prolífico, le llaman—una palabra que ha aprendido ayer. Caravaggio es hombre de pocas letras y menos escrituras, su virtud está en su mano y sus pinceles. Entorna, un rato largo, los ojos acostumbrados a ver arte. Son ensoñaciones lentas de una vida larga y prolífica, que nunca tendrá. Michelangelo Merisi da Caravaggio murió a los 36 años, en Porto Ercole, a la vuelta de un viaje a Malta, no se sabe si asesinado o envenenado por el plomo de sus propias pinturas, como el español Francisco de Goya. Las mismas que les dieron renombre universal. Quizás sea su leyenda, pero todo en el pintor italiano fue legendario. Un grande.

 

Luisma, Maypearl TX              1 de Mayo del 2021

 

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Retrato de Pintor (XVI)

Paul Cézanne. “Self-portrait” (Oil on canvas)

Paul Cézanne. “Self-portrait” (Oil on canvas)

Hay una banda de color púrpura-cárdeno en la confusión del horizonte y la falda de la montaña Santa Victoria, donde siempre se pierden los ojos del pintor. Era un color difícil, coalescente momentáneo, pero lo ha pintado ya tantas veces que se ha vuelto familiar a sus ojos y a sus sentidos. Desde detrás de la montaña es por donde llegan siempre las tormentas, sobre todo después de mediodía. Hoy no va a ser menos y brilla ese fulgor increíble, como de otro mundo, que anuncia el momento de plegar los trebejos y desmontar el caballete. Volver a casa antes de que se desencadenen los vientos y las aguas frías de la tempestad. Pero, el pintor está en sus ensoñaciones, cierra los ojos y reclina su espalda sobre la hierba del desmonte, donde posa los avíos de pintura. “Sin duda hay cosas en la naturaleza que aún no se han visto. Si un artista las descubre se abre el camino para sus sucesores.”

Un pensamiento va y otro viene, y todos revoloteando en su cabeza. Le pasa mucho, últimamente. Le concierne su propia salud, su diabetes. No se le han ido las ganas de pintar, lo hace todos los días, pero aguanta cada vez menos a la gente a su alrededor, excepción hecha de algunos amigos. Mira su bastidor, con la mancha en el lienzo a medio componer y mira al fondo del valle. Piensa en voz alta: “No hay que pintar lo que nosotros creemos que vemos, sino lo que vemos. El artista no percibe todos los aspectos de una cosa, pero los siente. El ojo absorbe … el cerebro produce formas.” Cézanne entorna los ojos y respira todo lo profundamente que sus pulmones le dejan. Hace rato que los olores anunciaron la tormenta. La soledad no le molesta, para él es un bálsamo.

Paul Cézanne. “Mountain Saint-Victoire” Oil on canvas.

Paul Cézanne. “Mountain Saint-Victoire” Oil on canvas.

Ha dejado el pincel y cubierto el bote de la trementina. No se siente bien y respira entrecortado. Sigue pensando: “El tiempo y la reflexión van modificando paulatinamente nuestra visión, hasta que por último llegamos a comprender. Yo estaba muy contento conmigo mismo cuando descubrí que la luz solar no puede reproducirse, ni siquiera fotográficamente, sino que tenía que ser representada por otra cosa… por el color.” La mente se le va a París, para recordar a todos esos chicos jóvenes que pintan, Matisse, Picasso, adora su solicitud, no dejan de hablar bien de él, le llaman padre, y aprende mucho con ellos. Aprende, también, a tratar con la nueva sociedad. “Las personas que dicen que el artista es siempre inferior a la naturaleza, son idiotas.” Y abundando, para el gran público: “Lo más seductor en el arte es la personalidad del propio artista.” En esto se adelanta un siglo entero a su tiempo.

“Trigueros #1” (Acrylic on canvas, detail) Painting by luisjimenezridruejo.com

“Trigueros #1” (Acrylic on canvas, detail) Painting by luisjimenezridruejo.com

Así como el gran público le importa un bledo, es rico por casa, no le debe nada a nadie y no necesita la pintura “para comer”, es muy consciente de sus limitaciones y fallos, rompe mucho de lo que pinta. Selecciona. “La pintura de por si es condenadamente difícil. Siempre piensas que lo tienes, pero no es así. El artista debe despreciar todo juicio que no esté basado en una inteligente observación del asunto. Debe precaverse contra el espíritu literario, que tan a menudo provoca que el pintor se aparte de su verdadero camino—el estudio concreto de la naturaleza—para perderse en largas e intangibles especulaciones. El pintor debe reflejarse en su propio trabajo, debe responder no con palabras, sino con pinturas.” Si uno va a la sala de Cézanne, en el museo d’Orsay, en París, la mayoría de sus obras maestras alineadas en el fondo de la sala son cuadros pintados hacia el final de su vida, a mediados de sus sesentas. No es lo normal en los artistas pictóricos. Pintaba algo, lo repintaba, y lo volvía a pintar una y otra vez. A veces cortaba sus lienzos en trozos, al final de algún momento de frustración. “No puedo conseguir la intensidad de lo que capto con mis sentidos.”

“Bañistas” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Bañistas” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Contempla, a lo lejos, la montaña Santa Victoria, telón final de esta tarde tenebrosa. Detrás, un precipicio de pensamientos, una retahila de recuerdos. Funambulismo sobre lo diverso… Rememora: en algún momento de su vida, Cézanne cambia los colores de su paleta, de un cierto tenebrismo ‘a la Caravaggio’ y mucho uso del velazqueño verde español, también llamado verdigris, a unos coloridos mucho más brillantes, adaptados a sus flirteos con el Fauvismo, una vez imperante en la no-academia parisina. Esos colores brillantes que alguien definió como: coalescentes (que se fusionan o se combinan) y que conforman el colorido ‘maduro’ de su pintura. No sabe lo que el nuevo siglo le traerá. “Quiero conseguir la perspectiva a través solo del color (un principio claro de la Abstracción), teniendo en cuenta el fondo de la pintura con el mismo cuidado que el sujeto (otro principio de la Abstracción). “Somos los prehistóricos de un arte que ha de venir.”

La última vez que habló con Pisarro y Matisse, ambos coincidieron en que, pintando su privado y familiar paisaje en Provenza, Cézanne ha cambiado la manera en que las nuevas generaciones verán el mundo. El olor verde de los campos provenzales y el perfume de mármol de Santa Victoria, la cantera Bibemus, la montaña de sus cuadros y al mismo tiempo el mantel de sus bodegones, alguien se lo desveló. Dibujos de trazo rápido, corajudo, y una manzana, con la que pretendía sorprender en Parí7s… Es el final, Manet, Monet, Pisarro, Renoir y otros van ganando aceptación, él se aísla pintando furiosamente, ridiculizado por los críticos y atendiendo más a la profundidad que a la superficie, estudiando a tope la naturaleza. Cuando nadie tenía mayor interés en sus pinturas, a veces las dejaba abandonadas en los campos o en las casas que usaba como estudios eventuales. Ahora mismo, mareado, su cabeza se está dejando ir en un torbellino de pensamientos y recuerdos… “Que lejos quedan aquellos tiempos del principio, cuando con la pintura lo único que quería era hacer gritar a la gente…”

“Verdigris in the cornfield” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Verdigris in the cornfield” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Las luces de la tormenta se han ido paulatinamente, ya solo queda ese color verdigris que tanto gusta a los pintores clásicos españoles. “Ah! Velázquez, que gran artista! ¿Como llegar a tanta perfeccion? ¡Harían falta más de dos vidas, y aún así!” A Cézanne se le va la mente recordando “Las Meninas.” Todas las preguntas sobre su pintura y sobre La Pintura, están contestadas allí, en ese cuadro maravilloso…Ya escampa, la tormenta se ha ido, esta vez silenciosa y traidora, le ha dejado completamente empapado y entumecido, y va cayendo la noche, un escalofrío prolongado le recorre la espina dorsal. “Parbleu! Me estoy enfermando…”

Paul Cézanne murió de una neumonía, adquirida por seguir pintando al aire libre, durante una tormenta, era un veintidós de octubre de mil novecientos seis.

Luisma, Maypearl TX                 7 de Octubre del 2019

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