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“What do you think you’re doing?”

 

Foto: Luis Jimenez-Ridruejo

Foto: Luis Jimenez-Ridruejo

Que de que voy?  Sí—de que vas tú con tu pintura y tu fotografía?—esa sería la traducción mejor de la pregunta ‘equivalente’ en español: “de que vas?” Por decirlo de alguna manera, son veintiocho años en estos pagos y ya me hace poca falta traducir, solo lo hago por deporte y por un pequeño perfeccionismo maniático. Normalmente, la pregunta me viene de la derecha o de la izquierda, incluso de por detrás, pero nunca de frente. De frente está siempre una de mis pinturas o de mis fotografías. La gente aquí, no se corta un pelo al preguntar, solo tu propia obra te ayuda desde la pared. Puestos a preguntar, da mucho mas ‘miedo’ que tu cuadro, crudamente, a solas y de frente, ya terminado y a punto de firma te haga esa pregunta y más. 

Es usted el artista? Al cuadro, me da apuro, ni le contesto. Cierro los ojos y “me alejo reculando”—como saliendo de una milonga argentina—, hasta que doblo la primera esquina. Este pensamiento me ha hecho recordar a mi querido cantor y guitarrero, así se definía el mismo, Jorge Cafrune, largamente añorado y nunca olvidado. Hubiera sido feliz cabalgando estas praderas tejanas y teniendo hijos a mansalva. Que milongas, señor! “Pasé de largo por Tala, detenerme para qué? De poco vale un paisano sin caballo y en Montiel…” Le hice unos cuantos retratos fotográficos, a él y a Yupanqui, que los usaron para sus publicidades de entonces, y yo tan contento, eran mis primeras armas. Jamás los pinté, el retrato realista nunca se me ha dado bien, un desastre. Jorge Cafrune y Georges Brassens, dos preferencias, muchas veces sus músicas me han ayudado a ‘abstraerme’, quien sabe porqué?  Pero, en cualquier caso, gracias eternas a los dos, ya cincuenta años…y gracias a la maravilla del YouTube.

Foto: Luis Jimenez-Ridruejo

Foto: Luis Jimenez-Ridruejo

Otra vez me he ido por los cerros de Maypearl (que no de Úbeda) A ver si me ‘vuelve el santo’ y me sale alguna justificación o explicación para mi pintura. Un como y dos o tres porqués… Años atrás escribí en uno de mis ‘cuadernos legales amarillos’, tan americanos ellos como los autobuses de las escuelas, dos palabras y sus definiciones y junto a ellas un párrafo de Leonardo Da Vinci, una excusa de garantía. Leonardo siempre lo es. Pareidolia y Apofenia, los dos ‘palabros’ en cuestión. “Pareidolia es un fenómeno psicológico por el cual un impulso impreciso y confuso y a veces fortuito (habitualmente una imagen o varias) es percibido como una abstracción o una forma reconocible, más o menos insinuadas. Pueden ser, por ejemplo, imágenes fotográficas seleccionadas por el ojo del “autor”. La Apofenia es la experiencia consistente en ver patrones, conexiones o ambos en sucesos aleatorios, o datos sin sentido, también en imágenes seleccionadas, fotográficas por ejemplo.

En ambas, Pareidolia y Apofenia, las imágenes pueden ser descritas como una distorsión de la realidad (nada mas ‘real’ que una fotografía) que puede acabar ofreciendo una imagen de abstracción, no ‘creada’ por el fotógrafo sino seleccionada a través de la lente ocular. Estas distorsiones de la realidad se presentan en las psicosis, pero han llegado a ser más ampliamente usadas para describir esta tendencia en individuos sanos, sin que esto implique necesariamente la presencia de enfermedades neurológicas, o mentales. Se ha sugerido y así lo patrocino con rotundidad que la Apofenia es un vínculo entre la psicosis y la creatividad. En mi fotografía la ‘supuesta’ intencionalidad de eventos naturales son propiedades emergentes inevitables. Es como la ilusión llamada Pareidolia, pero no se perciben figuras reconocibles, en imágenes, sino formas aleatorias a veces exageradas y/o necesitadas de insinuación o de ‘explicación’ descriptiva, aún cuando esto no sea obligatorio, ni recomendable.

Foto: Luis Jimenez-Ridruejo

Foto: Luis Jimenez-Ridruejo

Desde hace dos párrafos, y mientras busco imágenes fotográficas para ilustrar y ejemplificar todo lo anterior, me viene un tufillo a escritura académica que no me gusta un pelo, sobre todo porque lo estoy escribiendo yo. Con lo fácil que seria venderte mis ‘descubrimientos’ de imágenes pareidolicas en los muros interiores de Pompeya, mezclados con relatos de las aventuras de aquel viaje. Cuando se trata de Arte, es inevitable, tiene que ‘salir’ Italia y lo que yo diga tiene una credibilidad muy limitada. Empero, si lo dice Da Vinci la gente lo mira de otra manera. Leonardo escribió sobre la Pareidolia usada como motor artístico: “…si miras cualquier muro manchado con motas o con mezcla de diferentes tipos de piedra, si vas a inventar cualquier escena serás capaz de ver en ello el parecido a varios paisajes diferentes adornados con montañas, ríos, rocas, árboles, mesetas, valles y hasta varios grupos de colinas…”

Mi fotografía no es un cuento de hadas, ni tampoco un relato de ciencia-ficción, del futuro solo me interesaría (fotográficamente) el devenir de las técnicas de consecución de la imagen y los resultados. Que tiene de especulación? Quizás el hecho de mirar con el prisma de la imaginación. El pensar en universos paralelos, pura fantasía, colores y ‘formas’ arrebatadas a la posibilidad de otros mundos. Cuatro árboles, unos cuantos arbustos diferentes. Las cuatro estaciones como si fueran las cuatro paredes de una casa abierta al Rey Sol, con todas sus luces del día. Texas, el bosque, la maraña que lo esconde y lo protege. La pradera y la naturaleza plena que ayuda a encender todos esos colores, que nunca pueden ser un caos y siempre están de acuerdo, ellos y mi mente. La puerta a ese Otro Mundo que he encontrado en esta parte del Nuevo Mundo.

Luisma, Maypearl (TX)      28 de Enero del 2017

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