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Michelangelo y los detalles de un cuadro “a medias”

“Uninhabited Garden #5” ( 75” x 60”, acrylic on canvas)

“Uninhabited Garden #5” ( 75” x 60”, acrylic on canvas)

A veces me da miedo entrar en el estudio. La casa donde está el estudio no es en la que hacemos la ‘vida social’ y la cocina, esa casa es la de la madre de S. y está a unos 27 metros de hierba de la otra casa. Muy cerca, pero completamente independiente. Sea de día o de noche, da igual, es miedo del sobresalto, que viene de un verbo reflexivo al cual, usualmente, no hacemos mucho caso. Miedo de la impresión que es ruborizarse, la sensación eléctrica que nos hace perder la tranquilidad; en la emoción y conmoción de un instante de temblor, que en mi caso particular es la aceleración—el sobresalto—del Parkinson, que me acompaña infatigable desde hace siete años. El auto-sosiego es el único “tratamiento” que me alivia el ‘mal’—relativamente rápido—del dichoso ‘tembleque’ y así hasta el siguiente susto, que puede ser también pictórico, al enfrentarme con el cuadro ‘a medias’, a la sazón en cualquiera de los ‘caballetes’ que son las paredes del estudio.

“Uninhabited Garden #5” ( 75” x 60”, acrylic on canvas. Detalle)

“Uninhabited Garden #5” (acrylic on canvas. Detalle)

No puedo olvidar el ‘cuadro maldito’, o el ‘maldito cuadro’, dependiendo del momento, y del humor, de las dos formas podía tildarlo; que mantuve—‘a medias’ e ‘intocable’—en mi estudio de Pittsburgh, en la casa de la calle Mission, en esa casa-estudio pinté poco, pero viví mucho, ‘lo que se va por lo que se viene’ (como diría mi padre). Aquel cuadro lo veía y lo sufría, diariamente, durante los largos años de toda una década, sin darle una sola pincelada, hasta que volví a Texas y, aquí en Maypearl, en unos pocos días, lo terminé sin problemas. Quien sabe cómo ocurren estas cosas… Terminar un cuadro, finalizar una pintura, es llegar a un acuerdo, conmigo mismo, de no volver a ‘tocarlo’ nunca más. Lo cual no parece rezar de la misma forma con mis escritos, muchas veces lavados y planchados con el paso de los tiempos. Si bien es cierto que pocas veces la gente me lo acusa. Ese cuadro—todavía hoy me da apuro mirarlo— fue un salto cualitativo importante dentro de mi pintura. Cambié de mundo pictórico y mi escena se volvió más surreal, abstracta y colorista. Era el perfecto reflejo de mí mismo: Surrealista, aunque no “daliniano”—raramente le ‘pego’ la brocha a Dalí—, nunca ha sido santo de mi devoción. Abstracto, como la vida misma, que diría Diebenkorn, en su duda entre pintar una cuñada o una bahía, o una mancha informal… Temáticas que alternaba con el mayor desparpajo, el mismo que para permutar realismo y abstracción, a temporadas. Colorista, como Derain, yo nunca lo fui acentuadamente por falta de coraje, y espero que no sea solamente un espejismo.

“Uninhabited Garden #5” ( 75” x 60”, acrylic on canvas. Detalle)

“Uninhabited Garden #5” (acrylic on canvas. Detalle)

Pintaba cosas grandes y alternaba con cuadros muy pequeños, casi miniaturas, “afterthoughts”, que me levantaban el espíritu y a los que no necesitaba ‘mirar’ largo tiempo. Mientras tanto, ojo avizor, empecé a disparar ‘furiosamente’ toneladas de fotografía ‘digital’, penetrando concienzudamente un ‘mundo’ que no había ‘tocado’ mucho: el natural vegetal, uno de los famosos reinos. Al mismo tiempo, con la imaginación ofreciendo soluciones “espaciales” y remotas, en los mejores sentidos de la palabra. El resultado está siendo magnífico y suntuoso, son ya miles y miles de fotografías digitales, que necesitan, en mi opinión, un trabajo de  edición individual, que llena también las expectativas del uso de mi tiempo de dedicación a ello. El Arte por el arte, la factoría. Así mismo, y últimamente, está siendo una perfecta salida para el problema ‘mental’ de la reclusión en cuarentena, por culpa de la dichosa pandemia y sus nuevas oleadas.

“Uninhabited Garden #5” ( 75” x 60”, acrylic on canvas. Detalle)

“Uninhabited Garden #5” (acrylic on canvas. Detalle)

Y me saqué de la manga, por todo ello y como un mago de pacotilla o de vía estrecha (continuo con las expresiones paternas), otra forma de ‘ trabajar’ inédita en mí y que me abría una visión más (nueva?) de lo que hacía en mi pintura. Sigo con esta escalada, hago múltiples fotografías de “detalles” de mis cuadros, incluso sin estar terminados—o precisamente por eso—y que he dado en llamar ‘pictofotografias’. Y no es solo como esto me ayuda a ‘mirar’ el lienzo grande, además quedan, a veces, unos cuadros pequeños y de muy diferentes composiciones, aunque no colores, sorprendentemente aceptables. Y di en pensar a quién le había visto hacer algo similar. Caí en la cuenta de que era alguien del cual no me considero ni ‘seguidor’, ni gran admirador, aun siendo uno de los mejores: Michelangelo, el “terrible” Buonarrotti, que está sentado, no a la diestra, ni a la siniestra, sino al frente de Dios, como su pintor de cámara que es. Espero que no se me ‘caiga el pelo’ o me ‘cuelguen’ en los—cada día más desastrosos— “papeles” por hablar con tanto ‘compañerismo’ del inmortal italiano. Acercarme a uno solo de los ‘pequeños detalles’ (tablillas de prueba) de cualesquiera de sus frescos, justificaría una entera vida artística. Ah! …También El Greco—aquel fenómeno—usaba de la copia-miniatura, a cuadro completo, para ‘archivar’ todas y cada una de sus obras. Las dudas y los “pentimenti”, serían también dobles?

Mi estudio en Maypearl, Texas (USA). En la pared: “Uninhabited Garden #5” ( 75” x 60”, acrylic on canvas )

Mi estudio en Maypearl, Texas (USA). En la pared: “Uninhabited Garden #5” ( 75” x 60”, acrylic on canvas )

Siempre he dado en pensar, y muchas noches en soñar, como hubiese sido en aquella época una vida con el aditamento y la posibilidad de usar una cámara digital, y haber podido fotografiar (no necesariamente como documentación) cientos de miles de cosas, momentos, sensaciones, grafías, colores e incontables aventuras oníricas, y la posibilidad—ya parece que imposible—de unir los olores a las imágenes. Toda aquella vida, generatriz de la nuestra actual. Una de las cosas más interesantes que he ‘descubierto’—empeñado en estas fotos de detalles pictóricos—es que el ‘gesto’ está cambiando, rápida y dramáticamente, en mi pintura. Todo ello por los temblores sobresaltados del Parkinson (?). Y, la verdad, es que dudo si esto es bueno, mejor o peor, para mi pintura, o mi fotografía. Desde luego no es muy bueno para mis ‘miedos’ pictóricos. Como diría el inmarcesible artista, y siempre recordado amigo, Javier Pereda Piquer (Catedrático de Pintura, a pesar de ser un gran pintor): “Miedo en esto no se puede tener. O te sale, o no te sale. Y, uno—no puede estar equivocado siempre…” Seguiré investigando el asunto.

“El mayor peligro, para la mayoría de nosotros, no es que nuestra meta sea demasiado alta y no la alcancemos, sino que sea demasiado baja y la consigamos” (Michelangelo Buonarrotti).

 

Luisma, Maypearl TX                      1 de Octubre del 2021

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