Cuerda, José Luis…

José Luis Cuerda, en Galicia y con su vino. (Photo: X. Villarino, GETTY IMAGES)

José Luis Cuerda, en Galicia y con su vino. (Photo: X. Villarino, GETTY)

Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, España. Tablón de anuncios. Esta era la ilusión de mirar el horario de clases: Imagen_ Cuerda, José Luis. Una sola clase, sí, pero de tres horas de duración, de dura acción y aprendizaje, dos veces a la semana y en días seguidos. Un baño para quien quisiera aceptarlo, sumersión sin escafandra y con el oxígeno esperando afuera, en las aguas turbulentas de la fotografía, el movimiento, escenarios, acción y actuación, rodaje, edición…cien mil detalles que se quedaron grabados para usarlos con la propia imaginación. Para mí, dos años de auténtico master en fotografía, iluminación, composición; y el resto para aprender a ser mejor espectador de televisión. Él nos anunció, increíblemente, en una de sus clases, en 1984 precisamente, el advenimiento de una nueva religión llamada: Internet. Un pozo sin fondo…

Han pasado más de treinta años de aquellos días y todavía lo recuerdo todo, hasta el mínimo detalle incrustado en mi cerebro. Cada lección, cada consejo, listo en mi cartuchera; balas de Hipertexto, para ser utilizadas en cada imagen. Conmigo han venido hasta hoy, a lo largo de mi periplo vital. Gracias, amigo. Me acabo de enterar de que te has ido para siempre, ese disparate. Queden conmigo tus influencias, también para siempre, en cada una de mis obras. Eso sí que era ser un “influencer” y no los personajillos al uso en los Reinos de Troll (¡San Internet sea loado!). Realmente, yo no hablaba mucho de José Luis en estos años americanos, aunque en mi cabeza siempre estaba, Pepito Grillo, inundándome, bajo la toca monjil, con sus luces puntuales.

Foto del rodaje de “Tiempo después” (José Luis Cuerda) lacronosfera.com

Foto del rodaje de “Tiempo después” (José Luis Cuerda) lacronosfera.com

Tiempo después, S. mi compañera, y sin embargo amiga, sabe bien cuando, y cuanto, saco a la palestra a mi campeón, a la hora de la lucha con el diseño de mis imágenes fotográficas o pictóricas, la ‘post-producción’. Núñez Larraz me enseñó a ver la fotografía antes del disparo y Cuerda a verla después, cuando la imagen se ponía en movimiento y pasaba a ser otra, rediseñándose, y eso era otra forma de escribir y contar lo que uno veía. Escribir más y mejor…( te parece poco?). ¡Ah! Escribir, como amanecer…que no es poco. Como me ha ayudado ello a vivir en estos otros mundos! Incluidos los del proceloso Internet. Pocas cosas tengo que hacer, en este momento, mejores que celebrar, conmigo mismo, la vida (y milagros) de José Luis Cuerda, sobre todo ahora que terminó. En ruta a otros universos, esos otros bosques animados, seguiré contando con tus enseñanzas, maestro.

Llevo más de treinta años en el Internet, desde los primeros momentos, y esta es una afirmación que poca gente puede hacer. Estoy libre de los virus de los Facebook, Twitter e Instagram, esos refugios de medianías y gentes de “agriada leche”. Y esa es la otra celebración de Cuerda, motivo de agradecimiento, también. Portador del mejor virus, el del buen humor, contagiado de Azcona, Camba, López Rubio, Jardiel… Algún día tendré que escribir algo sobre las aventuras de López Rubio en Hollywood. Del cine de Cuerda no me hace falta hablar, hoy. Descansa en paz. “Sit Tibi Terra Levis”—“Que la tierra te sea leve” (‘Se Te Ve Tierra en los Levis’— traducción libre de Luisma.)

“Addie Bundren camino del ‘otro’ bosque animado” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

“Addie Bundren camino del ‘otro’ bosque animado” (Photography:
luisjimenezridruejo.com)

‘Celebrar’ una muerte, en el mejor sentido de la palabra: celebrar. O en el mejor sentido de la palabra: muerte; si es que tiene algún sentido semejante cosa, que me temo que no. Aún así, se me ocurre que la muerte es un disparate, cualquier acepción —tiene muchas—que se le dé a la palabra: disparate. Palabra, en castellano, que por otro lado me encanta, deliciosa. Muerte, no tanto. Aquí, desbarrando…y eso que no ha llovido. Y es que me puedo permitir el lujo; en este “blog” no admito comentarios, que para eso me afané yo al diseñarlo, técnicamente para escurrir el bulto, para evitar que los estultos ‘de guardia’—algún ‘troll’ de ‘mala muerte’—tuvieran la satisfacción de ‘facebuquearme’, ‘twitearme’ o incluso: ‘instagramearme’ (que eufónico!), con sus críticas.

Hay muchas maneras de perder el tiempo, y la salud, pero esas…lejos de mí!  Una admonición no es un consejo, es un discurso con que se hace ver un mal y se invita a corregirse. Gracias, jefe, sigo “al pie” tus admoniciones: primero comer, luego dormir, luego follar (las tres cada vez menos) y luego la fotografía y la pintura. El humor es y ha sido siempre un espejismo y el más delicioso de los humores bebestibles. “Antes morir que perder la vida”…Don Miguel de Cervantes y Don José Luis Cuerda, los dos en mi santoral particular. Y el mejor, y más cinematográfico, sinónimo de muerte que he podido encontrar:

 

                                                                    THE END.

Luisma, “la monja”, Maypearl TX             2 de Marzo del 2020

 

  • Mi última referencia a José Luis Cuerda, en este ‘blog’:

‘Post’ en Agosto pasado. “Amaneciendo…que no es poco”  

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