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El rincón del estudio

“Es un buen sitio para escribir, o para soñar, despierto. “ Photog: luisjimenezridruejo.com

“Es un buen sitio para escribir, o para soñar, despierto. “ Photog: luisjimenezridruejo.com

También lo llamo el rincón de las begonias, o el faro, o la oficina del estudio. Cuando alguien me pide ‘recado de escribir’, o sea una de mis plumas ‘Pilot’ o uno de mis cuadernos ‘Legal’ amarillos, siempre contesto: ‘mira a ver en el rincón de las begonias’. Es un buen sitio para escribir. El rincón huele bien, a nada; no sé por qué aquí los olores son sutiles y a veces inapreciables. Mucha luz natural, todo el estudio, doce ventanales grandes tienen la culpa y en el rincón una sola lámpara, justo en la bisectriz; uno de esos barrotes de hierro colado para cerrajería. No es muy agraciada y solo la uso para dejarla encendida de noche, cuando estoy fuera y para volver de lo obscuro, es como un faro, se ve desde todos los puntos. El rincón, a decir verdad, confortable no lo es mucho, pero creo que se piensa mejor dentro de una relativa dureza e incomodidad; con una silla de madera “country style” sin cojín de asiento. Si lo veo bien, es el sitio de la casa donde paso muchas horas de las llamadas: “muertas”, que siguen estando vivitas y coleando, todavía, y que me duren…

“…las begonias de mi rincón—buenas modelos fotográficas…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“…las begonias de mi rincón—buenas modelos fotográficas…” Photog: luisjimenezridruejo.com

Puestos a la contemplación de la naturaleza, el estudio es el sitio desde donde mejor se mira, se ve o se ensimisma uno. Merece la música, pero no necesita la televisión, lugar agradable donde los haya, lo que en castellano lígrimo llamaríamos ‘el cuarto de estar’; se supone que, de estar sentado, aunque no sea obligatorio. Acostumbrado a ensoñaciones, desde él vigilo la oceánica pradera, sueño despierto con la luz y las sombras que traspasan los ventanales. Todo puede ocurrir, al despejarse las nieblas de mi cabeza…allá hacia el sur, hacia el Golfo, en lontananza, donde las nubes y los horizontes, siempre lejanos, se confunden… Palos y velámenes de barcos a todo trapo, navegando, bergantines, navíos de guerra de otras épocas, hendiendo las proas en las olas verdes y emergiendo entre las bocanadas de espuma. Imágenes que se acentúan en los días de tormenta, siempre a lo lejos; atardeceres tenebrosos mirando el horizonte final, el más oscuro con sus truenos y sus rayos verticales, los llamados ‘fusilazos’ o ‘tejanos’ por los del otro lado del Rio Grande, al que ellos llaman: el Rio Bravo, o la Raya. Esos rayos y truenos que se buscan entre si y que con sus rebotes y retumbes, hacen que la cosa tal parezca los cañonazos de una antigua batalla naval, o una pelea con piratas del Caribe, a los alcances de la península del Yucatán Para este tipo de imaginación más vale sentarse y escribir la historia, antes de que el gozo se vuele, arrastrado por los vientos de la realidad.

“…distancia entre el rincón de las begonias y el de la rehabilitación…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“…distancia entre el rincón de las begonias y el de la rehabilitación…” Photog: luisjimenezridruejo.com

El otro sitio de estar en el cuarto, seguiremos llamándolo: ‘estudio’, también puede decírsele: porche, aunque solo cuando está abierto a los aires, moscos y bichos, es decir: casi nunca. Habitaciones así no son muy comunes, salvo en grandes mansiones, yo siempre las llamé: galerías. Claustros también podía ser, si los ventanales coronaran en arco. Vale, vaya mi voto final por llamarle: el mirador; aunque no dé a ninguna calle, ni sea un segundo piso. Al menos en este escrito atestado de minucias, si acaso da al borde, sin playa, del océano de hierba con islas de bosques lacrados por la maraña. Tanto el uno como la otra tan difíciles de traspasar incluso con la vista. A mí me encanta mirar y cuanto más abiertos sean los horizontes, mejor. Espacio, ambientes, son cuatro y medio metros de ancho y dieciocho de largo; esta es la distancia entre el rincón de las begonias y el de la rehabilitación y las colchonetas del yoga, el lado opuesto del porche; marcando la eslora de mi buque de navegación galáctica. Estas horas, cualesquiera en el estudio, tampoco se pueden tildar de ‘muertas’. Los ‘descansos’(ironía) se hacen en un tresillo de piel muy batallado, de cara a un piano “moderno”, electrónico, que lleva dentro una orquesta y mil posibilidades; incluso debajo de su pastilla, duermen el sueño de los justos, otros instrumentos musicales en sus cajas y estuches. Dos violines, una viola, una guitarra, una trompeta y una corneta (o será un corno inglés?)…Pero esa es otra historia.

“…ese otro mundo de mi discurso…” Photog: luisjimnenezridruejo.com

“…ese otro mundo de mi discurso…” Photog: luisjimnenezridruejo.com

Volviendo a ‘mi’ rincón, sitio de estar y escribir, con su silla “country” de maderas torneadas, aceptablemente incómoda; rodeada de begonias, un par de familias y solo ellas, un jardín interior de tiestos. Ah! Bueno… y un pequeño plato de cactus enanos…vaya usted a saber!  Cosas de S. (léase: Ese Punto). Es mediodía, curiosamente es la única hora de todas las del día que necesita una explicación. Para mí, la mejor hora de luz, de las mil de este rincón. Me dicen “las lenguas de doble filo” que existe una hora llamada: amanecer, de la que me cuentan maravillas…no sé, no conozco, es demasiado temprano para mí. El largo mediodía a la española es mi hora. Aquí, en el llamado Norte de Texas, se empeñan en decir: la tarde—the evening—demasiado pronto, qué diablos! Es puro mediodía. Esas horas son las buenas para “retratar” este rincón, el de las begonias. A refilón, con las ya mentadas tres luces, tan majas y resultonas. Begonias, “troopers” o “beefeaters”, guardianes mentales de la entrada a ese otro mundo de mi discurso fotográfico y pictórico.

“La tarde—the evening […] Esas horas son las buenas para “retratar” este rincón…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“La tarde—the evening […] Esas horas son las buenas para “retratar” este rincón…” Photog: luisjimenezridruejo.com

A todo esto, se me ha olvidado por dónde voy—habitual situación—y de que va este escrito. ¡Ah! Sí, las begonias de mi rincón…han sido y son buenas modelos fotográficas, ni se mueven, y por ende pictóricas. La música y mis ruidos están de cristales para dentro. De cristales para fuera un silencio humano y animal casi continuo. Cierra los ojos, uno se puede montar una película…sospecho que, aunque aquí no hay caballos a los que oírles los cascos, ni sonidos metálicos de ruedas carreteras, radios de madera al eje de hierro y las llantas de lámina que arman tanto ruido como el piafar de los caballos de aquellas diligencias que ya no existen. Añadir unas gotitas, silbadas, de música de Ennio Morricone…

“…para volver de lo oscuro, es como un faro…” Photog: luisjimenezridruejo.com

“…para volver de lo oscuro, es como un faro…” Photog: luisjimenezridruejo.com

Sospecho, decía, que en el rincón de las ensoñaciones se bañan todas mis náyades, musas, o serán ruidosas “cheerleaders” quizás?  Todos esos sonidos se están disipando ya y lo que realmente oigo son los ruidos silenciosos, increíblemente suaves y amortiguados de esos mastodontes con ruedas, con sus cromados y tubos bruñidos plateados, que de vez en cuando pasan por esta carretera, la FM 66 (Farm to Market Sixty-Six) que queda a tres árboles de la casa. Aún a esta distancia, lo que más se oye son las voces atenuadas de los conductores y la música country-western que se escapa por las ventanillas abiertas. Estos camiones monstruosos son los navíos de la pradera. Sé que algún día se cumplirá mi sueño, que no es montar a caballo en Texas, pese a todos los pesares, y si montar en uno de estos supercamiones y hacer una bonita singladura, darme un garbeo por mi nación tejana. Ensueño, aquí: sueño de día (daydream). De momento, y hasta entonces, el villano en su rincón,..

Luisma, Maypearl (TX)      30 de Noviembre del 2017

 Re-editado el 29 de Mayo del 2023

Nota: Este post es una re-edición de hace cinco años; las cosas no han cambiado mucho desde entonces…mucha luz, muchos ventanales y una sola lámpara en el rincón, como antes, la cual ahora no es una simple bombilla, es un diseño metálico de un balón de futbol. Bajo los focos, mi pintura avanza con dificultades pasajeras, pero, mi fotografía está en su mejor momento—desde hace años—y parte de la culpa (¡?) la tiene este estudio, este rincón esta luz—interior y exterior—mis sueños de otras galaxias, viaje(s) a Andrómeda cada poco y “visitas” desde allí que quedan “reflejadas” en mis avances fotográficos. El pasado sigue valiendo la pena y S., también. Los espacios se multiplican, pero el villano sigue en su rincón. –LJR

78 Cumpleaños

Dibujo “a bolis de colores.” De antiguo, siempre, cuando estaba sentado y al teléfono, hacia dibujitos como este con, ‘captions’—en español: pies de fotos, leyendas—alusivos, o no, al dibujo o a la llamada. En este tipo de dibujos hay mancha, tachón, borrones y “rayas” (llamarle: líneas, sería darle demasiada categoría). Ilustración y portadas de libros eran el objeto, hasta que empecé a meter la fotografía en el asunto y se adueñó, rápidamente, del negocio. La dibujistica es la misma que la empleada en mis grabados de punta fina sobre plancha metálica. (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“…laboratorio digital computerizado, faro y fanal…” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“…laboratorio digital computerizado, faro y fanal…” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Sí, sí! Son 78 (setenta y ocho…!) años, los que he cumplido y aun todavía no salgo de mi asombro! Frente al espejo, saludo a lo militar y con una sonrisa de gato“Garfield”, me miro “p’adentro” pensando en todos los de mi yeguada, caballos que íbamos a lo loco y que ya no pueden cumplir la efemérides o están para “sopitas y buen vino.” O como el otro (!?), con una “dominicana” que le empuja la silla de ruedas por el parque. Así es como estaré yo a buen seguro y en muy poco tiempo…“al paso (trote) que vamos”, como un caballito de feria oxidado y renqueante, uf…! Eso sí, pienso que todavía me queda gasolina, aunque mi madre llegara con su pregunta a la cima sobre carburantes, con este diálogo telefónico eterno en los anales de “la princesa”: “Hijo, a ver que vamos a hacer que el coche no arranca, sabes?…a ver qué hago yo ahora?!” Y después de practicar varias pruebas a distancia, ella estaba a unos 20 km., se me ocurrió preguntarle: “Mamá, le has echado gasolina?” Y el teléfono me devolvió un claro y terminante: “Gasolina, para qué…?!” Estoy seguro de que a mi madre le hubiera gustado verme hoy y decir algo así: “Hijo, que pena, que mayor estás, y con lo guapo que eras…” Vade retro Parkinson’s…diría yo…

“Maraña de los espíritus” Otro mundo más que me rodea… (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“Maraña de los espíritus” Otro mundo más que me rodea… (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Ahí va, como presente por mis 78, este post que quiere ser una especie de collar de perlas (tres o cuatro, y cultivadas, claro) con un poco de todo lo que hago: hoy por hoy, un poquito de escribir, mucho menos de pintar (aunque pinto más de lo que declaro), y un montón de fotografía, cincuenta o sesenta diarias, buscando sueños desde este laboratorio digital computerizado, faro y fanal que ilumina y se columbra en cualquier fondo de esa total oscuridad eterna, que refleja continuamente mis setenta y ocho años de vida. Lo que, en realidad, me lleva en volandas camino de un final que sigue antojándoseme: Galáctico… Y, ojalá! sea mucho más lejos, “un poco después de Andrómeda,” que es para mí como el Miami de los jubilados modernos (abstractos?). Lugar de paso, aunque no de estancia, para llegar a esa siguiente galaxia de nuestros cielos, “Lacerta”, famosa por su cocina universal, hacen falta  otros 7 años de viaje anortado, sin ni  siquiera poder disfrutar del espectáculo planetario en el ínterin. Además, un agujero negro se está tragando toda la constelación, incluida la única estrella: Taika. Habrá que darse prisa!

“…mundos afuera de este mundo.” Retrato captado por una cámara de seguridad del estudio. (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“…mundos afuera de este mundo.” Retrato captado por una cámara de seguridad del estudio. (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Andrómeda, uno de mis favoritos mundos afuera de este mundo. Un mundo que se me reveló en aquellas noches de duermevela literario-fotográficas en la tumbona sueca, frente a mi ventana trapezoidal de la casa-estudio de Mission Street en Pittsburgh, mi ciudad de los tres ríos caudalosos: El Ohio, el Allegheny y el Monongahela, los tres se juntaban casi a las puertas de mi casa.  Desde la ventana trapezoide, en las altas horas, inquisicionaba aquella iglesia vecina, cerrada y abandonada, en cuyos vitrales bailaban luces de cirios por las madrugadas y que, a buen seguro, eran y son los mismos ‘espíritus’ que ahora “pueblan” mi ‘bosque animado’ de Texas. A veces, raramente, me cruzaba con el sacristán, o velador, o lo que fuese, de la iglesia de marras: San Nosequé de South Side. Barrigón, hábito ortodoxo, bonete y luenga barba con restos de comida, y rodeado de una penetrante atmósfera de olor a berza cocida. Me resisto a pensar que él fuese ninguno de los bailarines nocturnos, o que “estuviera en el ajo.” Solo sé que hay noches que me llega—no sé ni cómo— el fulgor dorado del metal que cubre la cúpula bizantina de la torre de aquella iglesia, de la que nunca supe el nombre. Cuando el fulgor invade el estudio, sé que es el momento de ir a soñar… Es la luz del faro de mis galaxias.    

Paisaje/Landscape en colores de otoño, en el Molino de McConnellsville, PA (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Paisaje/Landscape en colores de otoño, en el Molino de McConnellsville, PA (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Arrancábamos desde Pittsburgh muy por la mañana, aquel coche no se ponía en marcha, simplemente “arrancaba…” Después de un rato de luces, ruidos, juramentos y suspiros…y nos permitía alcanzar las tierras del norte, casi canadienses, del molino de McConnellsville, aun en el estado de Pennsylvania. El viaje era en menos de dos horas de rodaje por aquellas autopistas, ya un poco avejentadas, construidas en los años de aquel presidente Eisenhower, que ganó la Gran Guerra y la no menos grande, Paz de las Obras Publicas. Sorprendentemente, las carreteras europeas y fundamentalmente las autopistas, les dan “ciento y raya” a las americanas, en general. Mientras otros bienes comunes como los parques naturales todo lo contrario, por tradición, el gobierno federal las defiende y mantiene con los impuestos. Los parques naturales, que son legión, están muy cuidados y sus usos de las bellezas tienen unas leyes muy estrictas. Esta Zona Baja del Norte del Medio Oeste (¡?), la zona de los grandes lagos frontera con el Canadá, es mi favorita del reino vegetal americano, y para un fotógrafo y amante de la naturaleza justifica el vivir en ella, arriba y abajo, más de quince años. Cientos de miles de millas de trabajo y maquinaria, ocuparon a los soldados que volvían de los frentes de la Segunda Guerra Mundial. Pareciera como si una sucesión eterna de lomas y llanuras, llanuras y lomas, ríos y lagos, y bosques y más bosques se pintasen a sí mismos, con todos los colores del mundo; sin solución de continuidad, en una especie de Koyaanisqatsi ‘equilibrado’ y a velocidad contenida. Recuerda que yo vine para ver, lo de la fotografía fue siempre un “a mayores”—esta vez creo que si es un “salmantinismo”…

“Mi maraña “Pollockiana” se viste de gala…”(Photog: luisjimenezridruejo.com)

“Mi maraña “Pollockiana” se viste de gala…”(Photog: luisjimenezridruejo.com)

La maraña, es decir, los bosques que me rodean y me defienden se han vestido por 4 ó 5 días de colores (tejanos) que surgen del frio, llegan pronto y se marchan rápido… “la primavera ha venido y se ha ido, nadie sabe cómo ha sido…” Tienes una semana más para poder vestir la ropa que llamas de primavera. Una semana es lo que tardamos aquí en pasar de un invierno, que puede ser duro y nunca es largo, a un verano ardiente y canicular, como lo entendemos en España, en Toledo por ejemplo…Mi maraña “Pollockiana” se viste de gala para dar la bienvenida a los “espíritus” de este auténtico “bosque animado” que van llegando con las brumas del amanecer y van tomando trazo, masa y figura, mientras me esperan a mí y a mi cámara para lo de la “eternización” del momento, lo de la “instantánea” fotográfica! No sé qué hacen con ellas, porque yo se las doy siempre, en la pantalla del computador, al menos…. Y, eso…aquí estoy en el corazón del bosque, cada vez más animado. Como si un buen director de cine lo estuviera orquestando y me ofreciera los personajes de esta farsa, en el mejor sentido de la palabra. Y, sí, seguiré escribiendo de esta “repoblación espiritual” de “mis” bosques, lago y mis marañas, si el tiempo y la autoridad competente, no me lo impide. También de arte y fotografía…y de lo que ustedes gusten mandar.

Luisma, Maypearl (TX)    15 de Marzo del 2023   (“Feliz Cumpleaños!!”)

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Retrato de pintor (XV)

Javier Pereda Piquer (photog: luisjimenezridruejo.com)

Javier Pereda Piquer (photog: luisjimenezridruejo.com)

Javier Pereda Piquer. Una masa imponente. Solo tengo que cerrar los ojos y ponerme en modo: “recuerdos” y veo a Javier avanzando hacia mí; en una mano aferrando algún “folder” y blandiéndolo, como si fuera una espada, o un pincel. Pensándolo bien, si fuera daga, incluso una cimitarra, hubiera hecho un gran rey de espadas, de la baraja. Y, el pincel…Pereda no necesitaba de tal adminículo, realmente, yo lo he visto resolver un cuadro, con un cepillo dental!  Iba a paso de ballet, por cualquiera de los pasillos de aquel claustro de arcos encristalados; siempre a paso quedo, dragando el suelo—casi como un esquiador de fondo— pero airoso como un barco de vela o como su tía-abuela, la cantante Dña. Concha Piquer. “Mi tía Concha no era una cantante, era una tonadillera, y fue la mejor. Punto.” Estábamos en la Facultad de Bellas Artes, en la Universidad de Salamanca (España) hace ya un increible montón de años. Javier era una masa imponente, en el mejor sentido de conjunto de las dos palabras. Las dos le cuadraban, juntas y separadas. Masa, enorme caudal de cultura y conocimientos e imponente por su volumen de atracción, algo así como un centro grandioso de gravedad. Sin ni siquiera decir una palabra, solo moviéndo levemente aquella cabeza grande, “cezanniana”, perfecto retrato de los dos, Paul Cezanne y Javier Pereda. Y, sin embargo, sus pinturas poco tenían que ver. Hubiese sido demasiado, demasiado bonito para ser auténtico.  

Ahora que yo también estoy cojo, con bastón, por las malicias del Parkinson afectándome al ciático, y obligado al paso quedo y la navegación lenta de un andador—al que, sarcásticamente, apodo “mi Ferrari” —me doy cuenta de lo que debía ser moverse, masticando dolores, o pintar formatos grandes sin estar sentado, o hacer tantas otras cosas, de ‘mala manera.’ Pero, sobre todo en su caso, dominar una audiencia. Las audiencias se dominan con la palabra y el cuerpo en pie. Y, hablar de arte— esa importante parte de hacerlo—es algo para lo cual él estaba excepcionalmente dotado. Solo mirándole y escuchándole, en su inevitable transmisión, se aprendía muchísimo. En su caso, veíamos el trasunto de la verdadera academia, la griega clásica. Y una imagen, saliendo de la ducha, con su enorme toalla blanca terciada al hombro, que siempre me recordaba algún legendario senador o filósofo griego, o el dueño y señor de alguna de las seis mil islas.

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Pero, además y como parte de aquella gran personalidad, Javier pintaba y también su pintura, como él, era atractiva y lo sigue siendo aún; si bien, debo reconocer que no he visto una sola pintura de él desde hace más de veinte años; digo ver, al natural, palpar si se quiere, aunque sí en fotografía, en la que igualmente transmiten. Una excepción: tengo, o tenía, un pequeño cuadro, 40×50 cm. acrílico sobre papel, de su serie de las playas. Un regalo magnífico, una de las que él llamaba sus “acuarelitas”. Me lo había dedicado, una lástima, lo perdí, extraviado o sustraído, en uno de mis últimos “movimientos” americanos. Lo que perdimos con Javier, que murió demasiado pronto, (no sé quién dijo que todos morimos demasiado pronto), fue un total y extraordinario amigo, y un admirable maestro de pintura y artes plásticas. Por alguna razón, me viene a la cabeza la palabra: descomunal.

“La sombra de Pereda.”  (photog: luisjimenezridruejo.com)

“La sombra de Pereda.” (photog: luisjimenezridruejo.com)

Ya por entonces, me anunció que yo podía llegar a ser un buen pintor porque, a pesar de mi tendencia a la pereza pictórica (¡?), eso me decía, “un buen fotógrafo ya lo eres” (sic). Y, rápidamente, me colocaba como zanahoria delante del burro, la famosa frase de Picasso: “…que cuando bajen las musas, te encuentren trabajando”. Trataba siempre, machaconamente, de hacerme aplicar las lecciones de mi sistemática fotográfica (intuición sin mucho estudio previo y rapidez en las decisiones) y llegar a componer el color con el pincel y los dedos untados, evitando el uso de la “paleta” y las pruebas de color, “uno no puede estar equivocado siempre”. No era un maestro de técnicas, era más un gran maestro de ideas y motivación. Como pintor, dominaba el color y por tanto era un pintor rápido; eso le permitía atacar lienzos de grandes tamaños. Su más célebre frase era una respuesta sobre sus dudosas horas de pintura. Debido a sus múltiples tareas de académico (fue catedrático y decano de Bellas Artes), político, hombre de negocios, padre de familia y cien otras cosas que él llamaba “sus labores”.  “¿Y tú Javier, cuando pintas?” — “Por las mañanas”— (tomado de Carlos Pascual).  

Pereda es de los pocos artistas a los que he oído proclamar, en un repleto salón, con voz altisonante: “…la pintura es mentira!!  Y quedarse tan tranquilo, como si hubiera soltado una receta de cocina, que también lo hacía. ¡Y, pobre de aquél que osase discutirlo! Le caía encima con todo su peso de sabiduría y facilidad para la diatriba y el convencimiento propio y ajeno. Una delicia. En el retrato de un pintor como Javier Pereda, lo de menos es su propia pintura, su cocina técnica, su forma de componer y justificar su mundo. Que también. En su retrato, lo que más interesa es la impresión personal y su ser humano, del pintor; lo que probablemente explica y justifica todo. Revisando sus pinturas, cosa que no hacía desde una pila de años atrás (me apenaba mirarlas), me he dado cuenta de lo mucho que me ha influido y como la mayoría de mis problemas pictóricos, aun con el paso de los años, se solucionan poniendo los ojos en sus pinturas. Los americanos usan una palabra que suena muy bien en una circunstancia como esta: “Amazing”—‘Estupendo’, una de mis palabras favoritas en inglés.

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Javier Pereda Piquer. (Painting)

Retratar es también ponderar y alabar. Lo que mayormente tengo que agradecer a Javier son, a lo largo de los años, sus descargas de fusilería, a veces perpetradas por compañeros, o compañeras, mejor dotados. “Anda guapa, enséñale a este señor como se pinta”. O por él mismo, personalmente en su momento y siempre con su pintura y sus textos, contra mis miedos inveterados en la práctica de las artes. “Miedo en esto no se puede tener. O te sale o no te sale”. Es lo mismo que podría decir un torero, quizás con menos peligro físico ¿Quién sabe? Javier Pereda Piquer, nació y murió en Madrid (1947-2003). Durante tres cursos de la primera promoción de la Facultad de Bellas Artes de Salamanca (España) Javier, Carlos Pascual (otro gran pintor) y yo, vivimos juntos en mi casa de Azafranal, a dos pasos de la Plaza Mayor. Los vecinos que no me conocían, señalaban: — Ahí, en el tercero, viven dos profesores y un alumno de Bellas Artes, el más mayor, Ridruejo, es el alumno…Lo que no haya en Bellas Artes! —Años y recuerdos felices que se fueron con ellos, pero que nunca se han borrado de mí —Por tí, Javier…”Vaya por Ud. Maestro!”—

Luisma, Maypearl, TX       29 de Abril del 2019      Re-edición… 2 de Marzo del 2023

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Paisaje/ Landscape ( I )

“Un fotógrafo (Takashi Miura), en las tierras de Golpejas (Salamanca), haciendo fotografía personal para sus exposiciones.” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

“Un fotógrafo (Takashi Miura), en las tierras de Golpejas (Salamanca), haciendo fotografía personal para sus exposiciones.” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Esta foto fue hecha un domingo de febrero de 1972,  a las 10:12 de una mañana fría y niebla “meona”, que le dicen en Castilla. Luisma hizo la fotografía con una cámara Asahi Pentax, objetivo de 200 mm. y velocidad de un doscientos cincuenta de segundo. La película era Kodak Tri-X y fue revelada durante 12 minutos, a la temperatura de 26 grados C., con revelador D-76 de Kodak. Era película rápida ISO 400, en blanco y negro, y se trataba de conseguir un “grano” más regular y uniforme, otorgar una mayor presencia grafica al blanco de la atmósfera de aquella mañana salmantina que, para siempre, se quedó impresa, en la foto y en mi recuerdo cuando la miro, que es casi todos los días, aunque el original de la foto esté colgado en una de “mis” casas de España. En mi ordenador tengo una copia (ya digital) del original firmada y otra, reducida y editada—algo que no suelo hacer—que “preside” la nota biográfica (About) de mi Website.

“Takashi en los horizontes de Golpejas” (Algo que no suelo hacer: ‘edición quirúrgica.’ Photography: luisjimenezridruejo.com)

“Takashi en los horizontes de Golpejas” (Algo que no suelo hacer: ‘edición quirúrgica.’ Photography: luisjimenezridruejo.com)

La foto hubiera podido titularse: “El fotógrafo Takashi Miura intentando llegar a un horizonte.” Donde ibas, Takashi?…”Iba…Iba…pues, al horizonte!” Obviamente nunca llegó, ni ese día, ni ningún otro…aunque nunca dejó de intentarlo, árduamente, con un empeño digno de mejor causa, como toda su fotografía. Salía “de fotos”, con todos ”nosotros” (el Grupo Libre de Fotografía de Salamanca) como uno más, casi siempre silencioso y “haciendo la guerra por su cuenta.” De vez en cuando nos sorprendía con alguna de sus fotos. Y, es que Takashi, nacido en Osaka, creo, vivió por algún tiempo en Castilla-León. Mitad y mitad, tuvo dos hijas preciosas y enormemente fotogénicas. A veces se las pedíamos prestadas como modelos. Se nacionalizó castellano, según decía él…de Castilla-Japón. Esto era allá por los años setentas del  siglo pasado. Reitero, la foto es de 1972, y un poco más tarde Miura desapareció de mi radar y no he vuelto a saber nada de su vida y milagros. Mientras tanto, yo iniciaba una vuelta a medio mundo y toda América. Un cambio radical en mi vida y, sobre todo, en mis milagros.

Sabía, siempre lo he sabido, aquello de: “Ojos que no ven, corazón que no siente” y un buen día en Houston, mientras preparaba la presentación de mi primera exposición pictórica en América: “On the bayou”, que eran doce papeles en acrílicos y cuatro grandes lienzos, también en acrílicos, apareció como por ensalmo, sin previo aviso (silenciosa y cubierta de polvo, por abundar) y en tamaño postal, una copia impecable de la foto de Takashi y sus horizontes múltiples. Rápidamente, la puse al frente de mis soldados, para encabezar presentaciones de mi pintura y mi fotografía, sueltos de prensa, anuncios de clases…y por fin, la situé, como un atractivo emblema, en el frontis de mi Website. Es muy apreciada por el ”gran público” y  a la vez por la crítica especializada (‘arbiter elegantium’), ‘a la que tanto quiero y tanto me aprecia.’ Me trae suerte, con ella en tarjeta, “On the bayou” colgó en su  clausura el cartel mágico: “Sold Out” (“Todo Vendido”). La primera y, seguramente, única vez en mi vida. Sigo usándola como motivo, tema de fondo, solución gráfica y compositiva…como diría Cervantes, esta foto “vale para un roto y para un descosido.”

“Fotografía de la fotografía de la foto de un paisaje fotográfico, con foto de ventana semiabierta.” Boceto para acrílico sobre lienzo y/o grabado de punta y ácido. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

“Fotografía de la fotografía de la foto de un paisaje fotográfico, con foto de ventana semiabierta.” Boceto para acrílico sobre lienzo y/o grabado de punta y ácido, en plancha de cobre. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Takashi me había dejado—traspasado, sería mejor palabra—este gran interés y gusto por la fotografía de paisajes, de todo tipo; “japanese landscape” decía él de todas y cada una de sus fotografías, siempre de suaves  y delicados contrastes. Con solo un árbol—máximo: dos—dos ya eran un bosque. Mis paisajes eran, entonces, como los del japonés, pero: góticos, secos y renegridos. Paisajes monocolores, llenos de surcos, flora secarral y múltiples horizontes lineales… Ah! Y los cuchillos de luz, herencia de Pepe, el maestro Nuñez Larraz. Años más tarde, ya en América, encontré mi propia salida (de tierra, y región…“landscape”) interpretativa anglosajona de ‘paisaje’, en inglés. Cortinas de árboles y flora de todo tipo, entremezclados, que conformaban unos horizontes planos, verticales y usualmente con apariencia de infranqueables. Algo así, como si Pollock hubiera pintado estando muy despierto. Le puse un nombre: “la maraña.” Normalmente, sin horizonte aparente. Si acaso, uno, horizonte único, por foto, estrictamente cuidado por las leyes clásicas (tercios, triángulos, etc.) y por las leyes abstractas de los Rothko, Pollock…y todos los que en el mundo (de la abstracción) han sido. Aleluya…y cada uno con la suya, (su personal abstracción, digo) y Dios en la de todos… para que algunos no se confundan. Sobre todo, si ven el colorismo ‘inaudito’ de algunas de mis “cosas” actuales.

“Magia es: S. en el ordenador y mi duende de madera.” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Magia es: “S. en el ordenador y mi duende de madera.” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Siempre me ha parecido que horizonte es una palabra que necesita otra, para ir emparejada con ella: lejano. La lejanía como sensación, oída o visual, imperceptible o difuminada, allí se pierden o desaparecen juntas. Hay una tendencia pictórica—desde siempre—, fotográfica también, a difuminar las cosas, las sensaciones, con la distancia. Pero, existen otros horizontes cercanos, próximos, que se alcanzan rápidamente, de así quererlo, y para los cuales la fotografía “va que ni pintada.” Promueven sensaciones encontradas con los otros. Son como el dintel, también una línea “horizontal” de puntos, que marcan el límite de nuestro interior, de nuestro pensamiento. A pesar del emparejamiento, para mí no está, aún, en la representación gráfica, tan clara la diferencia entre lejano y cercano. Según miremos hacia dentro o hacia fuera, son los límites de eso que en fotografía llamamos: profundidad de campo. Dos puntos, entre los cuales están el “foco” y el “desenfoque.” La verdad (“verdadera”) de la fotografía, que se puede cambiar sin llegar a ser mentira.

Para celebrar el 50 cumpleaños de esta foto, la “visto “ de clásico color ‘sepia’, para ‘acentuar’ su edad. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Para celebrar el 50 cumpleaños de esta foto, la “visto“ de clásico color ‘sepia’, para ‘acentuar’ su edad. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

(Continuará…)

Luisma, Maypearl (TX)   2 de Noviembre del 2022

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El Síndrome de la Hoja en Blanco

(y tres fotos de una tarde de tormenta)

‘Nada más veloz que unas lentas nubes de tormenta’ (Photography: luisjimenezridruejo.com)

‘Nada más veloz que unas lentas nubes de tormenta’ (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Ponerme delante de la hoja en blanco, con la mente en blanco, también. Un ejercicio que, de vez en cuando, me gusta hacer y que representa, en mí, el mismo interés que un niño por su video-juego. Dispararle a la imaginación, de esta manera, es probablemente uno de los pocos retos que me van quedando. Como haber, habría muchos más retos que atender, de todos los colores y lunares, pero, el tiempo, el famoso juez que me (nos) corroe, se ha encargado de volverlos ya inasequibles. Así que uno va y, sin paracaídas, se lanza desde las alturas del cerebro hasta la dichosa hoja en blanco y le empieza a administrar verborrea, línea por línea, color por color, y lo digital a chorritos—digo yo, o a saber—de la foto, teniendo cuidado de que no se le rebrinque lo blanco y que todo, al final, no termine como el “rosario de la aurora”, es decir, a palos; y no con otros, sino consigo mismo.

Igualmente ocurre con el lienzo en blanco, incluso aunque tengas unos cuantos bocetos preparados, cosa cada vez más infrecuente en mí. Enfrentarse con el cuadro en blanco y “meterle mano” es casi tan peligroso como atacar una pintura que se ha quedado a medias por una temporada larga. Un recuerdo, aquí, a Lucio Fontana que solucionaba este problema, muchas veces, por “las bravas”, rajándole el “alma” a sus lienzos; a falta de otra cosa mejor que hacer. Y, ahí está en los museos! No solo por eso, claro. O, como diría uno de los mejores profesores de Arte que he disfrutado nunca: “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”, proclamaba el Hermano Marista Gustavo, profesor de bachillerato, para después iluminarnos con cientos de razones de todo tipo, las calidades de una pintura o una escultura. El poso de aquellas razones y otras luego, es la medicina que remedia el síndrome.

‘La tormenta entra, en el estudio por las ventanas, nadie sabe como, y sale por los cristales, acompañada de sus sombras, dentro queda la luz’ (Photography: luisjimenezridruejo.com)

‘La tormenta entra, en el estudio por las ventanas, nadie sabe como, y sale por los cristales, acompañada de sus sombras, dentro queda la luz’ (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Sin embargo, no me ocurre igual con la fotografía. No tengo síndrome del fotograma en blanco, nunca lo he tenido. A la hora de mirar por el ocular, y en las modernas cámaras, de afrontar la pantallita, hay una imagen previa a cualquiera de las intenciones que puedas tener. Una imagen que, casi siempre, solo hay que pelar; como si de pelar una naranja se tratase. Encuadrar algo que ya está en la vista y manipularlo. Componerlo. Jugar a hacer bidimensional lo tridimensional. Ver la foto en lo que los demás solo ven una escena. Una decisión rápida y pendiente de las mecánicas que ya están establecidas en el cerebro. Y, que la ‘luz’ no se vaya mientras piensas lo que quieres hacer con ella…     

No hay, la mayoría de las veces, tiempo para pensar mucho. La pereza, o la vagancia mental, alimentan el síndrome de la hoja y el lienzo en blanco. En cualquier caso, se trata de tener algo que decir y, luego, decirlo bien. Por eso me llaman la atención, y hasta me maravillan muchas veces, los escritores de “blogs,” más que nada los comentaristas de blogs en tiempo real. Parece que tengan un sentido especial del escribir y, casi siempre, las cosas muy claras para comentar con tanta rapidez. Incluida la velocidad de tecleo, algo en lo que tengo la categoría de tortuga de cuatro dedos. Y, que la ‘luz’ vuelva de donde se había ido…y, que sea ella misma…que cruz! Pero, sigamos hablando de velocidad…sin prisas.

‘Esa luz que revela sus sombras y proyecta un turbillón de reflejos y posibilidades...’ (Photography: luisjimenezridruejo.com)

‘Esa luz que revela sus sombras y proyecta un turbillón de reflejos y posibilidades…’ (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Un mundo que ha heredado la velocidad de los tiempos primeros del “Chat” y el “Messenger”; que hoy se están recuperando e implementando con el “Facebook” y sobre todo el “Twitter”, gracias a la portabilidad de los aparatos. Toda esta “marabunta” de gente, de pronto empeñada en comunicarse con otros y, las más de las veces, sin razón o con razones no muy válidas, parece haber esquivado el síndrome de la hoja en blanco. Siempre me asalta esta pregunta: tanta comunicación y tan continua, para decirse, qué?… Algo huele mal en Dinamarca! El buitre carroñero de la banalidad nos sobrevuela, me temo. (Todo esto y el tufillo que se percibe, viniendo de lo abisal adonde las cargas de profundidad las han empujado, hace temer que la cuenta atrás para la desaparición de las “redes sociales” y su instrumental ya ha comenzado; y sus sanguijuelas financieras tendrán que buscar en otras humedades. “Fue bonito, mientras duró.”)

Al final, el síndrome se reduce a lo que uno tiene que decir, si es que uno tiene, realmente, algo que decir. El qué, el cómo, el dónde y el cuándo. Ah! Ese es otro cantar! Ni siquiera me planteo el porqué; aunque ya, el novelista P. Reverte, me lo dejó muy claro, en “El Club Dumas “— “[…] y, a fin de cuentas, la gente escribe por diversión, para vivir más, para quererse a sí misma o para que la quieran otros.”

Escrito y publicado el 10 de Abril del 2010 en “Dust, Sweat and Iron”     

Corregido, no mucho—re-editado, algo—ilustración, al día (por decirlo de alguna manera: con la fotografía juego en “campo propio”) — en fin, sobre lo que dije en 2010…doce años después, mis velas siguen tomando los vientos y flamean los colores de mis banderas…Vamos!

Luisma, Maypearl (TX)   3 de Octubre del 2022

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Mirar y Ver

Cathedral, photo by Pepe Nunez Larraz

José Núñez Larraz. “Catedral”. Salamanca 1975 “…la nieve se mide en su reflejo en el blanco del cielo, y los grises se atemperan con el filtro rojo…”

“La composición es la manera más potente de ver.” Edward Weston.

Aquí en América, parecería que todos los caminos conducen a Texas. Allí en Europa, todos los senderos acaban, tarde o temprano, en Granada—todo es posible— a las puertas del Palacio Rojo… Y aquí estoy, de nuevo, de frente a la gran pradera, mirando—ensoñación diurna—, y esta vez parece que para los restos—al menos así me gusta pensarlo. Vine a este país para ver y esto es volver al punto de partida. Un  segundo aterrizaje que no es en la gran ciudad; ni Houston, ni Dallas, aunque estoy más cerca de Dallas, treinta minutos de autopista y quince de carretera comarcal de ángulos rectos, todo ello sin apenas curvas, típico Texas. En Dallas, pasa todo lo mismo que en New York, la única diferencia es, de un lado a otro: veinticuatro horas de paquetería exprés, para tener encima de tu mesa un prototipo de algo y su documentación pertinente para firmar… Aunque no sé muy bien a qué, o adónde, es una distancia ni buena, ni mala, sino todo lo contrario. Estoy en el interior de la campiña tejana y en muy pocos días ya con ella en el corazón. Me ha ganado la paz de la llanura. Ya solo me falta ponerme a pintar otra vez, o atacar concienzudamente el proyecto fotográfico que me ronda de continuo. Visiones de otras galaxias, otras dimensiones, de “otros mundos” que, quizás, yo no veré. Pero, me puedo permitir el lujo de imaginar…  Con mucho, lo más ambicioso que he intentado nunca, en ningún campo del arte, o de la vida. Mirar y ver, condiciones no faltan. “Veremos… que dijo el ciego de las coplas.”

Esto lo escribí, más o menos, hace diez años. En esta década he hecho muchas cosas. en lo relativo a pintura y fotografía, y en números: “ballpark” (que es como se dice en inglés: “aproximadamente”, refiriéndose al número de asistentes a un estadio deportivo, es decir: “a ojo”) habré pintado unos cincuenta cuadros, entre acrílicos sobre lienzo y algunos sobre papel y madera. El último cuadro que pinté al óleo, en mi vida, titulado: “Karen. Plaza Mayor”, es de 1984—fue décimo finalista a premio nacional de pintura—es grande y un gran cuadro. Todo lo que he hecho en el campo del grabado, aun siendo muy de mi gusto, fue hecho en Europa—falta de tiempo y tórculo—el siglo pasado, parece mentira!  En fotografía, los números son impresionantes, incluso para mi propio leal saber y entender. En toda mi vida fotográfica he usado, veinticuatro cámaras distintas, conservo doce de ellas, en perfecto estado de revista—no sé muy bien porqué —aunque sé que no las voy a usar nunca más; tres son digitales: una vieja Canon A 500, pequeña, “turística”, de las primeras digitales, 3.2 megapíxeles, enseguida obsoleta. Con ella hice unas 900 fotos. Una Nikon D60, Zoom 55×200, 10.2 mp. – heredada de M., el padre de S. Después de cinco años en mi uso, tuve que retirarla para comprar un nuevo modelo, con muchas más posibilidades y megapíxeles; más adecuada a los proyectos que tenía en mente. Había hecho ya con ella 7299 fotos. La última, la actual, la que uso a diario, es la Nikon D7100, una cámara fuerte y elástica, seis años ya y ningún problema; poco peso y magnificas prestaciones. Con sus 24.1 mp., puede con todo lo que le pido (por ahora). Magnífica, en estos seis años “hemos” hecho: 25216 fotos, sin quejas…

Luis Jiménez-Ridruejo. “Karen. Plaza Mayor”. Salamanca. 1984. Óleo sobre tabla. (Es el colmo de la pretensión: fotografiar una pintura.)

Luis Jiménez-Ridruejo. “Karen. Plaza Mayor”. Salamanca. 1984. Óleo sobre tabla. (Es el colmo de la pretensión: fotografiar una pintura.)

“Mira a ver”, en ese mapa de Texas… (dudoso empleo de mirar y ver, juntos, no suena bien) … Maypearl (“Perla de Mayo”) es el sitio donde vivo, a once millas de Waxahachie, así se llama el pueblo más grande y cercano, situado sobre las dos grandes rutas que van hacia el sur, desde el centro de Dallas.  Llano, a más no poder y con alguna colinita que otra—ancho es Texas! Uno no podría imaginar, ni por lo más remoto, a un Cid Campeador redivivo cabalgándose estos territorios. Poco polvo, algún sudor y todo el hierro en los establos/garajes. La montura de hoy es el “truck” de cuatro ruedas y un montón de caballos de los otros; el “yip”, la “camioneta”, o lo que los Tex-Mex llaman, castellanizándolo: la “troca”, algo de cabina y el resto es espacio de carga. Vehículo indispensable para labores y subsistencia en estas distancias; aunque tengas a la puerta un Cadillac, o un Mercedes, la troca no puede faltar. En la épica americana todo era mirar y ver.

Algo para mirar. Precisa y sorprendentemente, hoy encontré un libro en ella, debajo del asiento. No me lo esperaba. Ansel Adams “400 fotografías”. Lo rescaté de la “pickup truck” y he estado pasando, foto tras foto, todas sus páginas en un estado de embeleso total. Que gran fotógrafo para tan gran país! Seis décadas de fotografía en su más pura esencia. Para mí, un viaje rápido por las más prístinas bellezas naturales de Estados Unidos, algunas tengo fotografiadas con mi cámara; conozco ya bastante de este enorme país. Parques naturales, montañas y más montañas, llanuras y más llanuras, celajes eternos, aguas interminables… En blanco y negro, la verdad primaria de la fotografía, pese a quien pese. La reconciliación con la composición natural y la incontestable diferencia entre luces y sombras. La emoción y la dificultad de los grises. En Ansel Adams está toda la fotografía de hoy, de ayer y de siempre.

Ansel Adams. “Dunas Océano”. California. 1963 “…algunos dicen que esta imagen es abstracta, pero en aquel momento yo no era consciente de semejante definición…”

Ansel Adams. “Dunas Océano”. California. 1963 “…algunos dicen que esta imagen es abstracta, pero en aquel momento yo no era consciente de semejante definición…”

Hacia años que no pasaba un momento tan agradable y tan ejemplar viendo y admirando fotografía. Incluso saltándoseme las lágrimas al recordar admoniciones y detalles técnicos, tantas veces solventados en mi instrucción con otro gran maestro: Pepe Núñez Larraz. Magníficos fotógrafos, los dos. Siempre echando de menos a la persona que me enseñó a ver, partiendo de la simple mirada. Lo que Ansel Adams llamaba: visualización y Núñez Larraz llamaba: ver. Es el quid del artista fotógrafo: saber ver la foto cuando la tienes delante. Ese trabajo instantáneo y ágil, previo a echarte la cámara al ojo y disparar. Y el sinnúmero de reglas y conocimientos necesarios para el envite.

Mientras pinto y no pinto, la fotografía complementa mi ambición de expresividad artística. La cámara siempre me acompaña y me saca de apuros para conservar las vistas seleccionadas por la mirada. Raramente uso la fotografía para pintar, y nunca realísticamente, son amores distintos. En esta ocasión estoy viendo Texas de una manera totalmente diferente que, hace más de veinte años, cuando llegué a estos nuevos mundos por primera vez. Una mirada más sentimental y más vívida, menos atónita. Entonces, todo era nuevo y mi fotografía proyectaba una visión desde un punto de vista español. Algo que ahora no me ocurre. Mi visualización se ha vuelto americana. Me he dejado la vista en el conocimiento del país y de sus luces. Sigo siendo un fotógrafo español, pero contengo también la visión americana.

Luis Jiménez-Ridruejo. “Autorretrato mañanero en las ventanas ENE del estudio, o los reflejos ilógicos de Julio” 2022 (Fotografía). “La fotografía es lo que quieres, o puedes, ver con el entramado pasajero de luces y cristales… sólo para entender que la realidad universal, no existe.”

Luis Jiménez-Ridruejo. “Autorretrato mañanero en las ventanas ENE del estudio, o los reflejos ilógicos de Julio” 2022 (Fotografía). “La fotografía es lo que quieres, o puedes, ver con el entramado pasajero de luces y cristales… sólo para entender que la realidad universal, no existe.”

Podría hacer una extensa relación de fotógrafos americanos que me han ayudado a comprender esta “realidad” y sus luces. Solo voy a citar los que me han calado más profundo: Ansel Adams, Edward Weston, Minor White, Ernest Hass… Tengo una especial predilección por Adams y no podría decir porqué. Como nunca olvidaré las enseñanzas universales de Núñez Larraz—Pepe Núñez— gran fotógrafo, gran persona. Con todo mi cariño al maestro, también sé que nunca podré pagarle, con el recuerdo, lo que hizo por mi: adiestrarme a ver. Él me dio herramientas y reglas, y también me ensenó a romperlas. Siempre que miro a través del objetivo, veo el taxi amarillo de Hass, y sé que veo como a él le hubiera gustado que viese.

Luisma, Maypearl , TX   3 de Noviembre del 2013  // Reedición: 1 de Agosto del 2022

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Casi Diez Años Después…

“Luisma” Jiménez-Ridruejo. (Navy blazer with brass buttons from Filene’s. Mandarín-collar cotton dress shirt from Costco…Sala de Prensa. Homeland Security. Foto: Nf News)

“Luisma” Jiménez-Ridruejo. (Navy blazer with brass buttons from Filene’s. Mandarín-collar cotton dress shirt from Costco…Sala de Prensa. Homeland Security. Foto: Nf News)

[ Lo que sigue, entreverado a párrafos con el “post”—como el tocino en los jamones de Alba y Guijuelo—es el discurso, inglés en cursiva, (Keynote speaker), pronunciado en la ceremonia de mi ciudadanía USA. (Dos orejas, ovación y vuelta al ruedo. En peores plazas hemos toreado…). Pittsburgh Federal Building. 4 de Julio del 2013]

Era en Pittsburgh (PA). Hace ya casi diez años, cuando me otorgaron la nacionalidad americana; Harvey J., director de Homeland Security, que era amigo, construido a base de tapas y vinitos; cliente asiduo de los Restaurantes, donde yo trabajaba de manager y relaciones públicas, y por ello conocedor de  mis historias y mis cosas. Habitual y casi crónico parroquiano de la barra del bar, teníamos conversaciones de literatura y arte, mientras yo saludaba y “sentaba” a los clientes. Además, era un laureado escritor amateur, de cuentos eróticos, y agente—undercover—de una de las dos “agencias” más famosas del mundo. Un auténtico protagonista de novela… Me invitó a escribir y pronunciar (keynote speaker) el discurso de aceptación, en la ceremonia de aquel año, del Juramento de Bandera y Ciudadanía de los E.E.U.U. Por supuesto, acepté. Era una gran oportunidad y en una magnífica plaza.

Hi…

I never stop thinking about why I like being in this country. Today I do this for one simple reason: Because I am becoming officially American, something that I have been for a long time in my heart. I realized that some years ago, in Barajas airport, in Madrid, Spain, my old country. I was returning to the States after one of my trips, surrounded by a flood of strangers, and suddenly it hit me: I am returning home. The United States is my home. It is a moment that I remember vividly. I like to be in this country because nowhere else am I conscious of my personal freedom, a freedom I always fight for and I always will.

Los “veintidós” del año 22, en el condado de Allegheny. “Luisma, soltando el discurso de la nacionalización.” Pittsburgh, 2013.

Los “veintidós” del año 22, en el condado de Allegheny. “Luisma, soltando el discurso de la nacionalización.” Pittsburgh, 2013.

Éramos un grupo de veintidós recipientes de la nueva nacionalidad, de muy diferentes países y muy distintas extracciones. El “speech” que hice fue muy celebrado y tengo entendido que, unos meses después, fue introducido como material de estudio, en los cursos de agente federal. Hubo congratulatoria variada. El mejor parabién fue el de S. que al tiempo de abrazarme, en presencia de las “autoridades”, me susurraba: “Que bárbaro…eres la leche, te has quedado con la gente, tío! “Y yo, encantado al oírla hablar un español tan “florido” y castizo. Algunos me abrazaban, cayéndoles las lágrimas… Confieso que dramaticé un poco, el discurso y el podio…era el poder de los ‘silencios’ y tragar saliva al tiempo, humectando la garganta… al actuar y al hablar en público, como me enseñó José Luis Cuerda, en sus clases de Dirección de Cine de la facultad de Bellas Artes. En Salamanca, allá por los primeros ochenta del siglo pasado, cuando todavía no tenía ni idea, ni siquiera noción, de que un día iba a terminar aquí, y en estas circunstancias, ciudadano de los USA. Según S. (amante musa, secretaria, computer savvy, chef de cocina, violinista, bióloga y cien cosas más) he mejorado mucho mi teatralidad, en mi rol actual de artista “serio y responsable…” También pensé, y lo sigo pensando, que no es lo mismo conseguir la tan preciada ciudadanía americana, por larga solicitud o jugando a la lotería de la inmigración, o simplemente ‘comprándola’ con dinero… que recibirla por invitación oficial “…as an artist, and dedicated worker for the community…” Como, por ejemplo: Traductor Jurado Judicial de español y francés…!  Que te parece, amigo?  “ Y, luego dicen que el pescado es caro…!

On a day like this, the memories strike me all over again. I remember myself as a kid in a country just out of a civil war, short on freedom and long on injustice. That kid had some particular heroes: soldiers, pioneers, cowboys. They were fighting for justice and freedom on the prairies and deserts of a country that we called America. A faraway and unreachable country on the other side of the ocean.

Tuve casos muy interesantes, uno de ellos—el más recordado—asesinato en primer grado, en una pelea de bar; “ganamos” el “asesino” y yo, nuestro abogado defensor colaboró un poco, usando una invención mía: “filtración de verdades y hechos alternativos”(que le dicen ahora), mucho antes de que se pusieran de moda en los círculos políticos y periodísticos. Incluso usando el Latín, que nunca suspendí en Bachillerato, y las muchas películas de Perry Mason, en español en España y en inglés, aquí… clases “nocturnas” con películas de todo cuño, y la inestimable ayuda de la “Cowgirl ”, una amiga maestra de inglés en Primaria que después de mi divorcio americano, en largas sesiones con cena y ‘postre’, me perfeccionó el inglés y hasta el ‘francés’, que dominaba. Tenía unas ‘magníficas condiciones’ y ‘enseñaba muy bien’. Yo la ‘perfeccioné’, a mi vez, todo lo que pude…cuestión de atar cabos. ¡Ah! La sentencia del juicio…Oye, le cayeron solo 4 años y podía haber sido: “la silla”!! Los mexicanos le siguen llamando “la silla”, aunque ahora sea por inyección letal.

‘Casi diez años después’…esta foto ha sido hecha esta mañana (recién salida del horno) en conmemoración de aquel dia en Pittsburgh, y es una muestra de lo que estoy “haciendo ahora” en fotografía. (luisjimenezridruejo.com)

‘Casi diez años después’…esta foto ha sido hecha esta mañana (recién salida del horno) en conmemoración de aquel día en Pittsburgh, y es una muestra de lo que estoy “haciendo ahora” en fotografía. (luisjimenezridruejo.com)

Those heroes of youth were American heroes, and will be forever. The kid grew up, and one day thought of visiting the land that had attracted him so much when he was little. And now I have come to know this country.

Gran triunfo para un pobre tractorista mexicano, un joven abogado de oficio y un traductor-pintor-fotógrafo-manager de un restaurante español… Conservo, no sé dónde, una carta del juez, felicitándome por el gran trabajo de “traducción” (¡?). Cuando algo así pasa, es cuando empiezas a pensar que ya ‘sabes pilotar el avión’… En aquella Sala de Juicios, de un vago e indefinible estilo ‘remordimiento inglés’, recargada de maderas macizas, frontones tallados con palabras viejas…Justicia, Libertad… Hubo, al mismo tiempo una gran dosis de seducción: al juez, al fiscal y hasta al jurado les encantaba escuchar su voz, en traducción, casi simultánea, a otra lengua…eso los distraía y los predisponía a ‘nuestro’ favor. “Es ese español tan ‘cantadito’ que usan ustedes los españoles de España”, decía mi defendido-traducido. Fue el primer caso del abogadillo en ciernes, el mejor mío y espero que el único asesinato también, del mexicano Emilio R. de Puebla.

I remember very well that first day, landing in Houston Texas after a bunch of interminable hours over the waves of the Atlantic. I still can feel the tremendous heat and humidity as I left the plane. At that moment I said to myself, Luis, you won’t last long here! Well…that was 24 years ago, and here I am. What happened then, and later? The country was getting inside me little by little and I got more and more inside this country. I chased the dream of democracy and discovered the reality of personal freedom. Today I make it official; I need to after so many years. I fell in love with this country — with its diversity, with its new frontiers. And now those heroes of my youth are everyday people.

Años después, en la peluquería, ya de vuelta en Texas, leía en un periódico mexicano las noticias sobre el juicio a un ya célebre asesino a sueldo: “El Santero de Michoacán”… La foto del periódico y la descripción del navajazo por la autopsia, me pareció: “familiar”, yo ya había visto aquella curva de salida de la hoja, antes. Era mala la foto publicada del acceso en público del personaje a la Sala de Juicios en Puebla, pero si aquel era el mismo E.R., apodado: “El Santero de Michoacán”, me temo que esta vez no le iba a resultar tan barato como la anterior, en aquel pueblo del Norte…Los mexicanos llaman: “El Norte”, a todo aquello que está a este lado de la frontera del Rio Grande. Los Estados Unidos de Norteamérica. Trescientos dieciséis millones de habitantes y contando… “Que país, que paisaje, que paisanaje…”

It has been a lasting love, and faithful.

Thank you very much.

Saliendo del acto. Tuve que firmar algunas copias del discurso. A cambio me regalaron una copia—de trabajo— de la Constitución Americana.

Saliendo del acto. Tuve que firmar algunas copias del discurso. A cambio me regalaron una copia—de trabajo— de la Constitución Americana.

Increíblemente ha pasado ya una década desde aquello, de amor duradero y fiel, por el país, por la paisana y por los paisajes. Y, aquí estoy, ‘repantingado’ (se usará todavía esta voz en las Castillas?) en mi butaca de manila y mimbre, con los botos en alto, sobre el rail de la veranda. Con la manta afgana protegiéndome de mis inveterados fríos en los bajos, sobre los que descansa terciado un imaginario Winchester, sería un ‘73…sin duda y sin el sombrero Stetson, pero con la gorra del Real Madrid—corazón tan blanco—, podré cambiar de nacionalidad, pero jamás de equipo de fútbol. Y me está viniendo, mecido por la brisa, el olor de la barbacoa, brisket y beans… Con los ojos cerrados, apretados por el brillo de la puesta de sol, al rojo indio—apache y tonkawa—ocres y gualda al reverbero de las luces, fuegos artificiales, en el fondo de la pradera…donde termina el día y empieza otro.  Doy en recordar…tantos años…tantas barras… tantas estrellas… tantas cosas….

Luisma, Maypearl, (Texas)      4 de Julio del 2022     Día de la Independencia USA

 

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Retrato de Pintor (VIII) Fernand Léger

Retrato de Fernand Léger ( 1881-1955)

Retrato de Fernand Léger ( 1881-1955)

“No existe lo abstracto o lo concreto. Existe un buen cuadro y un mal cuadro. Una pintura que te conmueve y otra que te deja frio. La pintura tiene valor por si misma, como una partitura musical, como un poema.” (F. Léger)

Nunca supe, hasta hace muy pocos años, que Madonna y yo— sí, sí, la cantante—compartíamos gustos pictóricos y una sesgada relación personal; todo ello sin llegar al conocimiento personal mútuo—cosa que no me hubiera importado lo más mínimo—. La “monstruosa” cantante y artista es fan acendrada del pintor Fernand Léger, llegando incluso a poseer obra del pintor francés —ella se puede, o se podía, permitir ese lujo total. Hace diez años, vendió—siete millones de dólares para su fundación Ray of Light—el cuadro: “Tres mujeres” en Sotheby’s. Lo de la relación personal fue el hecho de haber sido, mi segunda mujer—la americana—, profesora de Madonna, en bachillerato, cuando todavía se la conocía como señorita Ciccone (Madonna Louise Ciccone), en el Brooklyn neoyorkino, de hace ya demasiados años.

 

“Three Women” (detail), Fernand Léger, 1920, oil on canvas.

“Three Women” (detail), Fernand Léger, 1920, oil on canvas.

La verdad es que me hubiera gustado conocer, personalmente,  a Fernand Léger. Desgraciadamente, murió cuando yo tenía diez años. Hacerme una idea, un retrato del artista y del hombre, exige dos formas de intentarlo: una puede ser buscar fotografías del pintor que también era cineasta; solo para encontrar que, en lo físico, se daba un aire a Walt Disney. Nada que ver, Disney era un halcón de la derecha americana y Léger un comunista francés, algo casi tan pintoresco como un comunista español. Los dos compartían el aire bonachón y el bigotillo propio de la época de entre guerras mundiales, aquel que en la imagen del artista “guaperas’’, se asignaba al actor Clark Gable.  La otra manera de retratarlo sería escrutar y rastrear la imagen de su espíritu en toda su obra y, sobre todo, leer y estudiar sus magníficos escritos sobre arte; fundamentalmente: “Funciones de la pintura”, una obra maestra.

Uno no sabe a que carta apostar con un personaje como Fernand Léger. Pintor adelantado a su época, moderno hasta llegar a ser el epítome de lo moderno, o quedarse en el Léger escritor; posiblemente uno, si no el mejor, de los grandes escritores sobre arte de todos los tiempos. Su “Funciones de la pintura” es, para mí, el más importante texto que jamás haya leído ( y releído a menudo) escrito por un artista. No me canso de aconsejarlo. En mi paso, tardío, por la academia estudiantil, solo un profesor me habló, repetidas veces, y me aconsejó a Léger: Carlos Pascual, gran profesor y, sin embargo, magnífico pintor.

 

Fernand Léger, “Mechanical Elements”, 1920, Met Museum NYC

Fernand Léger, “Mechanical Elements”, 1920, Met Museum NYC

Difícil de conjugar el hacer arte y escribir sobre ello. Descubrir las posibles razones de esta conjugación es problema harto complicado. Con Léger, habría que adentrarse en su biografía y en su tiempo y llegar a conocer porqué alguien nace con el don de la escritura. Lejos de mí el proclamar que el artista para una cosa es artista para todo; ojalá fuera así—otro gallo nos cantaría—y no habría tanto “cantamañanas”, críticos ganapanes, académicos de medio pelo…resbalando y patinando por las laderas de la Historia del Arte. Fernand entendió y plasmó perfectamente el hecho artístico y las influencias de lo individual y personal en el arte, propio o ajeno.

Fernand se fue a París, desde su Normandía natal, justo al principio del siglo XX. Quería estudiar Bellas Artes pero no le aceptaron, supongo que había que ser un consumado dibujante clásico (como en la Escuela de S. Fernando, en Madrid) y se convirtió en “oyente”, permitiéndole ello un mayor y más libre uso de su imaginación, encorsetada y constreñida por las rígidas directrices escolares. Tres años vacíos e infructuosos, según sus propias palabras. Se hizo un pintor “serio” y dedicado, hacia sus veinticinco años. Todo lo que pintó en aquella época lo destruyó más tarde.

 

Fernand Léger, “Railway Crossing,” 1919

Fernand Léger, “Railway Crossing,” 1919

Se adhirió luego a la vanguardia parisina de los Archipenko, Chagall… empezó a hacer Cubismo—“Tubismo”—por sus figuras cilíndricas, alguien lo llamó. La guerra mundial del Catorce, le encontró haciendo abstracción. Resultado: se alistó, dos años. Casi murió en la batalla de Verdún, en un ataque con gas mostaza. Así que, para la Segunda Guerra Mundial se vino a los Estados Unidos, Yale University, impartió clases fantásticas, pintó murales, hasta le decoró el apartamento a Nelson Rockefeller. A resultas de aquel viaje, al volver a Francia en 1945, se afilió al Partido Comunista. Le debieron “sentar mal” los USA. Aunque él, más que marxista fue un apasionado humanista. Tuvo una vida artística muy productiva en Europa y Sudamérica. Murió en 1955, a los 74 años.

Léger alguna vez dijo: “Mis ojos fueron hechos para borrar todo lo que es feo”. Me adscribo a ello. Hombre y pintor con tantos detractores como seguidores; no hace falta decir de que lado estoy. Muchas de sus pinturas me conmueven cada vez que las miro. Aparte de lo que he aprendido de él. Esta es mi visión de Fernand Léger y, después, que cada cual haga sus propias interpretaciones. Se pongan como se pongan: “yo ya no me voy a bajar del carro.” Moriré, como si fueran las famosas botas, con las abstracciones puestas…

 

Luis Jimenez-Ridruejo, “Afterthought #2”, acrylic on canvas, 13”x10” . luisjimenezridruejo.com

Luis Jimenez-Ridruejo, “Afterthought #2”, acrylic on canvas, 13”x10” . luisjimenezridruejo.com

Para gustos están los colores, no?  Pues sí, aunque de una década a esta parte, puedo cambiar el refrán y hasta alambicarlo—para disgustos no están los colores—porque, a veces, en pintura—como en la vida real—los colores te pueden dar más disgustos que un hijo tonto…y, el cielo nos libre!  La fotografía, con no apretar un botón: Todo arreglado…Ay! Si todo fuera tan literal, y tan simple, seríamos mucho más felices… No?

“El color es necesario para la vida…como el agua , o el fuego.”(F. L.)

Luisma, Pittsburgh,  15 de Septiembre del 2013

Reeditado en Maypearl, TX  en  Abril del 2022

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Más de Treinta Años en el Jardín Deshabitado…

“El jardín deshabitado de Praga” Grabado, punta y ácido. P/A I -- Luis Jimenez-Ridruejo. (1987)

“El jardín deshabitado de Praga” Grabado, punta y ácido. P/A I — Luis Jimenez-Ridruejo. (1987)

Este post está reeditado e inspirado, en otro de similar título, de hace diez años. Con el adendum de una pequeña, pero interesante clarificación sobre el origen del primer cuadro de esta serie icónica de mi pintura…sometiéndolo al filtro de las 5W y 1H.  Olía a pámpanos blancos, como en la plazuela de la Libertad, en Salamanca…recuerdos comunes, recuerdos “de casa”…sentado, con A., en un bordillo del puente de Carlos (Praga, Republica Checa). Veníamos paseando camino de la Embajada de España, donde trabaja ella. Fuimos al centro a comprar material para pintar, quiero dejarle a A., un recuerdo de mi paso por su casa de Praga, e increíblemente, había dejado olvidada mi cámara de fotos, en casa, antes de un viaje, a Praga!…y a Viena! Estuvimos charlando y pintando toda la tarde. Desde las ventanas de su despacho de la embajada se veía el “jardín deshabitado” y así quedó en mi recuerdo y en dos aguadas pintadas en tintas sobre papel… solo verde español (ese verde…) y negro zaíno… Una de ellas la tiene A., la versión más abstracta. La otra aguada se vino conmigo a España y, años más tarde la perdí en un avatar de la vida. Empero, inspiró uno de mis mejores grabados de punta y ácido (19 ¼”x 14 ¼”—prueba de autor/primera; colgado aquí en mi dormitorio, siempre conmigo…) y un tríptico grande—96”x 80”—acrílico sobre madera, que titulé: “Jardín Deshabitado”#1, y que está colgado en Trigueros (Valladolid). Tengo una fotografía del tríptico—en salida de este post— que documenta un “trampantojo”: ”S. abriendo las ventanas al jardín”. Las dos aguatintas primeras son las únicas de la serie que tienen distinto título, escrito en la facies: “El jardín deshabitado de Praga” 1 y 2.   Acuarela…de tanta salsa me parece insulsa… se cuentan con los dedos de una mano las acuarelas que habré pintado… Perspectivas de Decoración, Ilustración, Diseño y Alta Costura se hacían tradicionalmente con acuarelas; desde principio del siglo XXI ya no se usan, prácticamente. Gouaches y Temperas (mas cuerpo) las han sustituido.

 

Diez Años En El Jardín Deshabitado   (2003-2013)

“Uninhabited Garden # 5” Acrylic on canvas, 75”x 60” (2003-2013) luisjimenezridruejo.com

“Uninhabited Garden # 5” Acrylic on canvas, 75”x 60” (2003-2013) luisjimenezridruejo.com

El realismo se acabó con Velázquez, o con algún otro que no vale la pena recordar. Lo que ha venido después ha sido un aprendizaje continuo, hasta llegar a donde estamos ahora, y que yo llamo el muro del jardín deshabitado de soluciones. sin nadie que sea capaz de saltarlo y marcar, o simplemente insinuar, una salida para el arte, que no sea un repetido ir y venir hacia atrás, homenajeando a todos los que en este mundillo han sido alguien. Expresionismo, abstracción, surrealismo abstracto, o como queráis llamarlo; el muro tiene muchas caras aplastadas en su epidermis. Es la pintura, una forma de evitar por un tiempo—que no liquidar—los demonios pictóricos que uno lleva dentro, desde pequeñito. Desde la primera vez que vió las “Meninas”, algún Greco, un Derain y un Matisse, dos Picasso, un Papa de Bacon y un puñado de cuadros de un californiano: Mr. Richard Diebenkorn, el dueño de todos los colores americanos.

Según iba viendo todo eso y algo más, no he querido nunca otra cosa que pintar. Descubrir la pólvora…en realidad, nunca inventamos nada y en algunos casos más vale que no lo hagamos. Temblarían de disgusto, en sus tumbas, todos esos señores que he citado antes, aunque ellos tampoco lo tuvieran muy claro en su día. Pintar es inventar continuamente, y sobre la marcha, y jugarse el tipo cada rato pasado “contra” el lienzo. Es empezar, por lo menos en mi caso, con una vaga idea de lo que uno quiere hacer, para después de cierto tiempo aleatorio y variable, cortar por lo sano el chorreo de decisiones a punta de brocha , pincel y colores y abandonar una imagen, que no está muy claro lo que quiere decir, si es que quiere decir algo. Y todo por no se sabe que razón—evidentemente, no la de hacer dinero con ello—. Aunque, hoy he encontrado una incompleta lista de ventas, compradores y lugares donde están mis pinturas y fotografías, vendidas desde que llegué a Houston en 1989. Solo pinturas, han sido cuarenta y ocho, con dos series completas agotadas. La serie “Galveston” (24 cuadros) y la serie “On the Bayou” (14 cuadros). Digo, abandonar una imagen, que no terminarla, es decir, cuando firmas el cuadro—que atrevimiento hacerlo!—ya hablaremos otro día de ello, que osadía!

‘Ocean Park #79” Oil on canvas. Richard Diebenkorn. 1975 Philadelphia Museum of Art.

“Ocean Park #79” Oil on canvas. Richard Diebenkorn. 1975 Philadelphia Museum of Art.

Hoy he “terminado” esa pintura  #5  de mis pecados acrílicos, después de diez años de haberla abandonado a su suerte. Teniéndola en una pared clavada y así mismo incrustada en el cerebro, un dolor cada vez que la veía, diariamente. Un cuadro que es la síntesis de una década de mi vida. Dos meses hace diez años y dos meses ahora, con el interregno de pensar en arte, en pintar, y no hacerlo…Mucha fotografía, con el triple salto mortal a la Digital, sin red y para siempre… algún dibujo, diseño gráfico, bocetos de futuras obras nonatas y sobre los que saltaré, evitándolos, si continúo—tal parece—con la marcha pictórica que me ha dado acabar con este “Jardín Deshabitado #5”. Los diez años me los he pasado viviendo a espaldas de mis demonios de la pintura, haciendo otras cosas, necesarias para la felicidad de la vida y aguantando el palo de la vela, en esta procesión americana que—mal que le pese a algunos—da para mucho vivir.

Naturalmente, me he “enterado” de todo lo que pasaba en el mundo del arte, y en otros mundos, claro, y por ello creo que puedo volver a la práctica de la pintura sin grandes penas, aunque también sin grandes alharacas. Dejemos los fuegos de artificio para mejor ocasión. “Lo cortés no quita lo valiente.”  He quemado las etapas que de haber estado trabajando lienzos hubieran sido más llevaderas, o no?…quién sabe? Como dijo “aquél”: solo sé que nada sé! Buena excusa para mis “famosas”: indolencia, pereza, impuntualidad y toda clase de lacras unidas a mi “persona” (usesé “persona” en inglés).  Me temo que la gran mayoría, prescribieron hace décadas. Por eso, en mi pintura, de la cobardía de antaño a la temeridad de hogaño, no hay más que una decisión tomada al desgaire. Estoy pintando bien y por primera vez en muchos—demasiados—años, me siento igualmente bien por hacerlo.

“Abstraccion.2.2.22” Photography: luisjimenezridruejo.com

“Abstraccion.2.2.22” Photography: luisjimenezridruejo.com

Decía que, durante esta década en los cuarteles de invierno (Pittsburgh) he pasado el tiempo en otras cosas: escribir, “acondicionar” mi fotografía a la era digital (que maravilla!) y llevándola a un nivel personal muy alto y exigente… la pena es que me va fallando la vista y temblando el pulso, pero no me preocupa, al paso que vamos, pronto sacaran un chisme nuevo que permitirá enfocar correctamente, o volitivamente, quizá con el uso de la voz. Duermen el sueño eterno, del salón en el ángulo oscuro, silenciosas…mis prehistóricas ya, cámaras de película de celuloide. Desuso total. Y pensar que casi vi nacer esa fotografía y la estoy viendo morir. Que prisa lleva el mundo y como lamento siempre el no poder ver lo que esto va a ser dentro de cien años, y ya no digamos: quinientos!

Uno se pregunta en que parará todo el brouhaha (palabra favorita) este, del arte de la pintura, tal como lo conocemos, cual será su sustituto? Porque de la escritura no hay miedo, se sustituirá con otras palabras, el vehículo será lo de menos. Algo habrá que hacer con la pintura, aparte de conservarla en los museos. Esos conocidos centros de “vicio y perdición de tiempo.” Que nuevas técnicas alumbraremos como métodos de expresión para que la gente entienda si estamos alegres o tristes, llenos o vacíos, hundidos o levitando, cansados o enamorados, o de aquellas mil otras maneras…? Yo seguiré con la pintura y la fotografía, pues parece que todavía no están obsoletas, y haciendo caso de la sutil admonición que el filósofo Marías me hizo en Houston, hace ya más de veinte años: “Escribe lo que no puedas pintar y pinta lo que no puedas escribir.” Gracias, D. Julián, lo he tenido siempre muy en cuenta.

Trampantojo(trompe l’oeil) fotografía y pintura. “S., abriendo las ventanas al jardín deshabitado” (2007).

Trampantojo (trompe l’oeil), fotografía y pintura. “S., abriendo las ventanas al jardín deshabitado” (2007).

 

Luisma, Maypearl (TX)  20 de Enero del 2014         Reeditado en Abril del 2022.

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Tiempo Tormentoso

Luisma en su estudio de pintura en Maypearl, Texas. (In progress “Los Mundos”#1 prov. title. acrylic on canvas) Photography by S. for luisjimenezridruejo.com

Luisma en su estudio de pintura en Maypearl, Texas. (In progress “Los Mundos”#1 prov. title. acrylic on canvas) Photography by S. for luisjimenezridruejo.com

“Lo único bueno que tiene esta vida es que nada dura mucho.” Encontré este pensamiento, hecho frase, leyendo a Donald Ray Pollock, un escritor de Ohio, horror y policíaco, reciente aunque no joven. Había trabajado durante años en una papelera y como camionero hasta los cincuenta. Se puso a publicar, nadie sabe cómo, y le empezaron a caer las críticas (buenas, aunque nada dura mucho…) y los premios. 

Nada que ver con el “Tiempo Tormentoso” del título, excepto la pequeña—no sé si tanto—idea de que ‘nada dura mucho’ y empecé a darle vueltas al concepto, a ver si la imaginación me daba algo—como buen pordiosero de ella—porque la tormenta bailaba ya en los aledaños del estudio y el fondo de mi cuadro se tornaba negro obscuro—redundancia soriana—como la boca del famoso lobo de Oncala. A tiempo! El tiempo, hacía tiempo que era ya tiempo tormentoso de por sí (reiteración serrana), y me las prometía muy felices… Me vino a la maltrecha memoria una canción: “Stormy Weather” (versión a ser posible de Lena Horne) una canción gloriosa que debió nacer al mismo salto que yo—o, sobre poco más o menos—y una vez que la entendí y la adopté, ha ido y venido ya conmigo más de sesenta años. A lo mejor eso es “durar poco” todavía. Como su propio título indica: ese tiempo especial, que tampoco dura mucho y que para mí es tiempo encantado y encantador. Tiempo tormentoso…y como diría mi amigo Pi (se llama así, lo juro…es catalán): “Y a mí también me gusta el ácido sulfúrico…!”

Me fascinan sobre todo las tormentas nocturnas porque doblan lo dramático del fenómeno añadiéndole: alevosía. No me atrevo a mencionar la premeditación porque eso sería meterse en camisa de once varas. Me seduce la maravilla de un meteoro al que nunca he encontrado el porqué. Conozco la física de la cosa, masas de aire caliente, vientos fuertes, chorros de agua de lluvia y todo lo que conlleva, pero aún eso no me rinde el porqué de la tormenta y de sus fenómenos más usuales: vientos ululantes, rayos, truenos, tornados. Esas fuerzas brutas de la naturaleza, si es que la naturaleza es el factótum de todas ellas, o simplemente es la dirección, la conducción, como si fuera una orquesta sinfónica, con mucha percusión. A saber. Comprender una música o una pintura, a veces es complicado. Tiempo tormentoso.

Hace un momento, cuando—ya es tradición, o costumbre personal—estaba frente a la pantalla de la TV del dormitorio, tras la puerta doble vidriera del estudio, cegada con láminas de papel de estraza para que S. pueda dormir, si me da por pintar de noche alta. Decía que: “apagar” el aparato y demás luces de la casa, ante la inminente llegada de una de esas dramáticas tormentas, anunciada por una descarga de varios lejanos “fusilazos”, rayos increíblemente verticales y de un solo estampido, típicos de las tormentas en la pradera tejana. Me detuve un instante a “mirar” la pantalla, las noticias del día eran todas sobre inclemencias del tiempo; rayos, truenos, tornados, inundaciones, en todo el país. Y después, me apresuré a sentarme en la esquina de las tormentas… Así me gusta “disfrutar” del espectáculo, mientras no me “parta un rayo.”

Luis Jiménez-Ridruejo, Instar #15 [detail], acrylic on canvas

Luis Jiménez-Ridruejo, Instar #15 [detail], acrylic on canvas

Ha caído un zambombazo a muy poca distancia de las ventanas del oeste del estudio, en el “matón de bosque”(salmantinismo?) de la izquierda, apenas cincuenta metros a mis espaldas. La luz me ha envuelto totalmente y lo que he visto y sentido es el color ‘cercano’ del rayo: rojo con reflejos blancos. Varios. Tantos reflejos como ventanales del estudio. Doce, la única pared opaca tiene tres puertas que dan a las habitaciones, también de cristal y hasta una doble de vidrieras. El resto es una caja de cristal expuesta a la más amplia visión del exterior y el negro más duro de la noche. Solo me faltaría una de esas rotatorias esferas de espejitos para parecer una discoteca, de las del siglo pasado. El final de los reflejos es un azul nítido y pálido, atmosférico, sobre el cuadro que estoy pintando. Cierro los ojos y lo puedo volver a ver; es como aquellas famosas ‘visiones’ de una estampa que luego se repetían en la pared. 

Me encanta el tiempo y el paso de la tormenta porque cambia los colores de todo y con los colores ‘nuevos’ en la retina, cambia el sentimiento de apreciación de lo que estas pintando. A través de los ventanales, algunos cubiertos por cortinas de agua de las prismáticas gárgolas metálicas, que añadí cuando llegamos a estos predios, hace ya ocho años. Puedo ver esos grises triunfales, poderosos, cortados por añiles, azules metálicos y blancos plateados, de tan purísimos. Los ‘claros’ del bosque. Colores fáciles de ver, pero difíciles de plasmar en el papel o en un lienzo en la pared. Hace muchos años, una vez que decidí pintar con el lienzo ‘colgado’ (clavado) en la pared, en un soporte de panel chapado de madera sobre ella, nunca volví a pintar con caballete. En el tiempo de la tormenta siempre me siento de cara a las ventanas de esquina del estudio, con la visión como la de los clásicos miradores en Castilla, y, por tanto, la sensación vívida del fenómeno. Disfrutar de la percepción de sus colores, olores, sonidos. Las tormentas de Texas son muy diferentes de las de Pennsylvania, “donde vivía antes de ahora”. Ay! Señor, otro salmantinismo, que afición!

Luis Jimenez-Ridruejo, Instar #12 [detail], acrylic on canvas

Luis Jimenez-Ridruejo, Instar #12 [detail], acrylic on canvas

Me quedo perdido en mi ensoñación, recordando las tormentas de Pittsburgh, entro y salgo del sueño con airones tempestuosos, vibraciones de cristal, como los cubos de hielo de un enorme “gin-tonic.” Cuando la tormenta rola y vuela como alma que lleva el diablo, o como si fuese una carrera de bicicletas, o de caballos, que ambos sonidos cuadran. Por no sé que atavismo de abuela española, siempre hago lo mismo cuando ‘huelo’ la tormenta: lo de cerrarlo y apagarlo todo. Es un silencio ensordecedor. Todo para situarme al ‘salto’ de la movida en mi córner de cristal, donde gozo de tribuna preferente para vendavales y migraciones animales. Una docena de patos, sin ruidos y en formación de uve, pasan volando y miran de reojo la piscina. Huyen presurosos de la tormenta, ya volverán, el lago es suyo. Durante años solía poner música de Wagner para celebrar el meteoro. Nunca la Cabalgata de las Walkirias—demasiado obvio—, mejor: El Holandés Volador. Últimamente meto jazz orquestal, con mucho metal, sobre todo trombones y si es con vocalista, que Santa Lena Horne me asista, que yo canonizo a muy poca gente. De Lena, su rendición de “Stormy Weather”, la mejor de muchas buenas. En mi caso, además es terapéutica, me calma la úlcera de estómago, tan bien como el milagroso Nexium. Y hablando de trombones: “Stomping at the Savoy” por la celestial orquesta de Benny Goodman y ‘todo’ lo de Glenn Miller, que no es de esta vida—es de todas las vidas, habidas y por haber—y por tanto, como decíamos al principio, ya va durando mucho, una eternidad…

“Final de jornada en el estudio”. Luisma, en silla de ruedas, evitando mayores daños a sus rodillas, reflexiona sobre el trabajo del día. Photography by S. for luisjimenezridruejo.com

“Final de jornada en el estudio”. Luisma, en silla de ruedas, evitando mayores daños a sus rodillas, reflexiona sobre el trabajo del día. Photography by S. for luisjimenezridruejo.com

(Primera estrofa de “Stormy Weather” por Lena Horne, difícil traducir sin cambiar todo el sentido, así que será en inglés, o en “literal.”)

Luisma, Maypearl (TX)   14 de Junio del 2017               Re-editado en Marzo del 2022

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