Retrato de Pintor (XVI)

Paul Cézanne. “Self-portrait” (Oil on canvas)

Paul Cézanne. “Self-portrait” (Oil on canvas)

Hay una banda de color púrpura-cárdeno en la confusión del horizonte y la falda de la montaña Santa Victoria, donde siempre se pierden los ojos del pintor. Era un color difícil, coalescente momentáneo, pero lo ha pintado ya tantas veces que se ha vuelto familiar a sus ojos y a sus sentidos. Desde detrás de la montaña es por donde llegan siempre las tormentas, sobre todo después de mediodía. Hoy no va a ser menos y brilla ese fulgor increíble, como de otro mundo, que anuncia el momento de plegar los trebejos y desmontar el caballete. Volver a casa antes de que se desencadenen los vientos y las aguas frías de la tempestad. Pero, el pintor está en sus ensoñaciones, cierra los ojos y reclina su espalda sobre la hierba del desmonte, donde posa los avíos de pintura. “Sin duda hay cosas en la naturaleza que aún no se han visto. Si un artista las descubre se abre el camino para sus sucesores.”

Un pensamiento va y otro viene, y todos revoloteando en su cabeza. Le pasa mucho, últimamente. Le concierne su propia salud, su diabetes. No se le han ido las ganas de pintar, lo hace todos los días, pero aguanta cada vez menos a la gente a su alrededor, excepción hecha de algunos amigos. Mira su bastidor, con la mancha en el lienzo a medio componer y mira al fondo del valle. Piensa en voz alta: “No hay que pintar lo que nosotros creemos que vemos, sino lo que vemos. El artista no percibe todos los aspectos de una cosa, pero los siente. El ojo absorbe … el cerebro produce formas.” Cézanne entorna los ojos y respira todo lo profundamente que sus pulmones le dejan. Hace rato que los olores anunciaron la tormenta. La soledad no le molesta, para él es un bálsamo.

Paul Cézanne. “Mountain Saint-Victoire” Oil on canvas.

Paul Cézanne. “Mountain Saint-Victoire” Oil on canvas.

Ha dejado el pincel y cubierto el bote de la trementina. No se siente bien y respira entrecortado. Sigue pensando: “El tiempo y la reflexión van modificando paulatinamente nuestra visión, hasta que por último llegamos a comprender. Yo estaba muy contento conmigo mismo cuando descubrí que la luz solar no puede reproducirse, ni siquiera fotográficamente, sino que tenía que ser representada por otra cosa… por el color.” La mente se le va a París, para recordar a todos esos chicos jóvenes que pintan, Matisse, Picasso, adora su solicitud, no dejan de hablar bien de él, le llaman padre, y aprende mucho con ellos. Aprende, también, a tratar con la nueva sociedad. “Las personas que dicen que el artista es siempre inferior a la naturaleza, son idiotas.” Y abundando, para el gran público: “Lo más seductor en el arte es la personalidad del propio artista.” En esto se adelanta un siglo entero a su tiempo.

“Trigueros #1” (Acrylic on canvas, detail) Painting by luisjimenezridruejo.com

“Trigueros #1” (Acrylic on canvas, detail) Painting by luisjimenezridruejo.com

Así como el gran público le importa un bledo, es rico por casa, no le debe nada a nadie y no necesita la pintura “para comer”, es muy consciente de sus limitaciones y fallos, rompe mucho de lo que pinta. Selecciona. “La pintura de por si es condenadamente difícil. Siempre piensas que lo tienes, pero no es así. El artista debe despreciar todo juicio que no esté basado en una inteligente observación del asunto. Debe precaverse contra el espíritu literario, que tan a menudo provoca que el pintor se aparte de su verdadero camino—el estudio concreto de la naturaleza—para perderse en largas e intangibles especulaciones. El pintor debe reflejarse en su propio trabajo, debe responder no con palabras, sino con pinturas.” Si uno va a la sala de Cézanne, en el museo d’Orsay, en París, la mayoría de sus obras maestras alineadas en el fondo de la sala son cuadros pintados hacia el final de su vida, a mediados de sus sesentas. No es lo normal en los artistas pictóricos. Pintaba algo, lo repintaba, y lo volvía a pintar una y otra vez. A veces cortaba sus lienzos en trozos, al final de algún momento de frustración. “No puedo conseguir la intensidad de lo que capto con mis sentidos.”

“Bañistas” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Bañistas” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Contempla, a lo lejos, la montaña Santa Victoria, telón final de esta tarde tenebrosa. Detrás, un precipicio de pensamientos, una retahila de recuerdos. Funambulismo sobre lo diverso… Rememora: en algún momento de su vida, Cézanne cambia los colores de su paleta, de un cierto tenebrismo ‘a la Caravaggio’ y mucho uso del velazqueño verde español, también llamado verdigris, a unos coloridos mucho más brillantes, adaptados a sus flirteos con el Fauvismo, una vez imperante en la no-academia parisina. Esos colores brillantes que alguien definió como: coalescentes (que se fusionan o se combinan) y que conforman el colorido ‘maduro’ de su pintura. No sabe lo que el nuevo siglo le traerá. “Quiero conseguir la perspectiva a través solo del color (un principio claro de la Abstracción), teniendo en cuenta el fondo de la pintura con el mismo cuidado que el sujeto (otro principio de la Abstracción). “Somos los prehistóricos de un arte que ha de venir.”

La última vez que habló con Pisarro y Matisse, ambos coincidieron en que, pintando su privado y familiar paisaje en Provenza, Cézanne ha cambiado la manera en que las nuevas generaciones verán el mundo. El olor verde de los campos provenzales y el perfume de mármol de Santa Victoria, la cantera Bibemus, la montaña de sus cuadros y al mismo tiempo el mantel de sus bodegones, alguien se lo desveló. Dibujos de trazo rápido, corajudo, y una manzana, con la que pretendía sorprender en Parí7s… Es el final, Manet, Monet, Pisarro, Renoir y otros van ganando aceptación, él se aísla pintando furiosamente, ridiculizado por los críticos y atendiendo más a la profundidad que a la superficie, estudiando a tope la naturaleza. Cuando nadie tenía mayor interés en sus pinturas, a veces las dejaba abandonadas en los campos o en las casas que usaba como estudios eventuales. Ahora mismo, mareado, su cabeza se está dejando ir en un torbellino de pensamientos y recuerdos… “Que lejos quedan aquellos tiempos del principio, cuando con la pintura lo único que quería era hacer gritar a la gente…”

“Verdigris in the cornfield” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

“Verdigris in the cornfield” (Photography by luisjimenezridruejo.com)

Las luces de la tormenta se han ido paulatinamente, ya solo queda ese color verdigris que tanto gusta a los pintores clásicos españoles. “Ah! Velázquez, que gran artista! ¿Como llegar a tanta perfeccion? ¡Harían falta más de dos vidas, y aún así!” A Cézanne se le va la mente recordando “Las Meninas.” Todas las preguntas sobre su pintura y sobre La Pintura, están contestadas allí, en ese cuadro maravilloso…Ya escampa, la tormenta se ha ido, esta vez silenciosa y traidora, le ha dejado completamente empapado y entumecido, y va cayendo la noche, un escalofrío prolongado le recorre la espina dorsal. “Parbleu! Me estoy enfermando…”

Paul Cézanne murió de una neumonía, adquirida por seguir pintando al aire libre, durante una tormenta, era un veintidós de octubre de mil novecientos seis.

Luisma, Maypearl TX                 7 de Octubre del 2019

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