CONFINAMIENTO Y OTROS VIRUS

(Confinamiento con tres telones de fondo, en inglés: ”backdrop”)

Backdrop North—“Afterthought #6” (acryllic on canvas) luisjimenezridruejo.com

Backdrop North—“Afterthought #6” (acrylic on canvas) luisjimenezridruejo.com

Confinado desde hace días, este post son unas cuantas notas, “al aliguí”, extraidas de mi cajón de sastre con pensamientos, lo primero que se me viene a la mente, en estos extraños tiempos, bueno, como casi siempre. Para variar, la definición del ‘palabro’: “Confinamiento”, según el diccionario de la RAE (Real Academia de la Lengua Española): “Pena por la que se obliga al condenado a vivir temporalmente, en libertad, en un lugar distinto a su domicilio”. Ah! Sorprendente—lugar distinto a su domicilio—vaya lío!…otra ciudad, y el caso es que a lo mejor es la solución a muchas cosas. Habría que irse de hotel, ¡Uf! Falta de confort familiar, régimen de comidas, no yogur helado, reducción de espacios, ya no me gusta tanto…Libertad sin libertad (¿libertad vigilada?) Un ceremonial extraño. En inglés contiene más la idea de castigo, y con guardia. En español es mayormente el concepto de distanciamiento. Si no es en el propio domicilio, todo parece, a las claras, un exilio. Me viene la idea de la isla Pandataria, minúscula isla del Tirreno, lugar de exilios del Imperio Romano. ¡Uy! Aparece en lontananza la imagen del destierro, esto se complica. Dejémoslo así, en todo ello como un arma defensiva contra una enfermedad o su peligro latente. Si no, es fácil que se convierta en una ficción y no en la verdadera historia.

Errores o falta de claridad en los significados, a veces la mala fe de los políticos buscando engordar la propaganda y utilizar las mayúsculas, que en Internet son el grito. La ya vieja definición de Picasso: “Un cartel es un grito en la pared”. Hoy todos los carteles tienen el mismo grito ‘contra’ un virus intratable, enemigo mudo e invisible, sin todavía definición histórica. Por su ‘culpa’ se están revisando todas las pandemias del pasado. En estos días, con tanta conversación internética, a todos los niveles, tengo explicaciones colgadas a secar en el tendal, de tanta saliva digital empleada en explicar el origen de la mal llamada: “Spanish Flu” (Influenza Española), también apodada: “The Spanish Lady”, pandemia de 1918. Hace un siglo que estábamos en las mismas. En realidad, debería haberse llamado, quizás: The American Flu (los primeros casos se dieron en un acuartelamiento militar en Kansas City), pero “se cargó el mochuelo” a España, como tantas veces, parecía que todo venía de allí. En plena Guerra Mundial del 14, los países beligerantes censuraron el asunto, por no parecer débiles. Solo la prensa española daba noticias, luego todo era un problema de ellos. Aún así, y ‘ojo al parche’, en España murieron más de 200 mil y globalmente unos 50 millones. ¡Abróchense los cinturones! Errores en la denominación de las cosas, y así quedan históricamente.

Backdrop East—“Tomkawa Nomad in the Swimming Pool” Photography: luisjimenezridruejo.com

Backdrop East—“Tomkawa Nomad in the Swimming Pool” Photography: luisjimenezridruejo.com

El virus chino, cada uno lo llama como le da la gana, o como le interesa. La historia la escriben los vencedores, o los poderosos, o como ahora: los presidentes estultos e incultos. Y así nos ‘pinta’…Inglaterra usando a La Armada “Invencible”(he leído llamar asi, en Londres, al coronavirus) para un roto y un descosido, a lo largo de los siglos, desde aquel pasaje por las tormentas del Canal de La Mancha. El Duque de Medina Sidonia, jefe de la expedición, la nombra siempre en sus cartas y papeles: La Grande y Felicísima Armada. Era uno de los hombres más ricos del mundo, en aquel momento; y para nada el “perdedor” que pintan las historias. Ningún pasado naval, pero si un gran organizador. En el siglo XX, la heredera del Ducado supo de confinamientos políticos, al declararse Socialista del PSOE. España, que cosas!  Si no hubiera sido por las tormentas, otro gallo le hubiese cantado a La Pérfida Albión. Mala suerte. Lo de la Armada ‘Invencible’ es cosa de los ingleses. Y lo peor no es que se lo crean ellos, es que te lo hacen creer a ti, por repetición contínua. Al igual que los americanos lo hacen, usando la “maquinaria” de Hollywood. La Historia la escriben sus guionistas y su “Academia” premia con estatuillas de “Oscar”, ese personaje-trofeo controvertido, a las películas que les alaban o glorifican. (Véase: “Volver a empezar” de José Luis Garci).  

En los Estados Unidos de Norteamérica aprendieron la lección inglesa rápidamente y hasta mejoraron el modelo. Por ejemplo: nuestra Guerra de Cuba; los “libros” americanos la llaman: The Spanish American War y la tildan de ‘gran victoria’ americana, todo ello sobre un par de batallones policiales regulares, 72 soldados como todo destacamento de ejército presente en Cuba. Solo el acorazado Maine, fondeado en el puerto de La Habana, tenía una tripulación de 264 hombres. En dicha ‘guerra’, Washington ‘inauguró’ el modus operandi que ha seguido usando luego sistemáticamente: se autoinflingieron el hundimiento del Maine, como excusa para declarar la guerra a España. Modernamente admiten: la explosión que hundió el acorazado no fue una mina española, (fake news!), sino un pañol de municiones deflagrado por una combustión espontánea de carbón en las sentinas. El grito de guerra de la prensa americana de la época, fue: “Remember the Maine! To Hell with Spain! (para la rima, léase en inglés, con acento americano) “Recuerden el Maine! Al infierno con España! Aquella “guerra” fueron dos meses, el tiempo de preparar el Tratado de París, con la anexión de Guam y Puerto Rico y la compra de las Filipinas, por 20 millones de dólares de entonces. ¡Ah! Y ahí se fue la Compañía de Tabacos de Filipinas!

Backdrop Southwest—“Maraña Confín” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Backdrop Southwest—“Maraña Confín” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

El Tratado de Paris exigió muchas partidas, la guerra con el Tío Sam duró poco, pero el daño estaba hecho. Se perdieron muchas cosas y solo se ganó una expresión, que quedó para siempre en el acervo español: “Más se perdió en la guerra de Cuba”. Acabó con el significado de una pérdida relativa, cualquier pérdida, incluso de libertad. Cuba, Partagás, ’ganó’ la corona de la industria de los cigarros y la Dependencia de los USA. Los millonarios americanos pudieron magnificar los casinos y los burdeles cubanos… y en esto llegó Fidel—pero esa ya es otra historia—su “confinamiento” duraría décadas, tantas como las de vida de este espectador.

(El confinamiento actual, por Covid19, año 2020 y con las elecciones USA pendientes de un hilo, parece que continuará…)

Luisma, confinado en S. Ranch, Texas              2 de Mayo del 2020

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