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LA CONNIVENCIA

“Cabezas” de Antonio Lopez y la de S. Foto: luisjimenezridruejo.com

“Cabezas” de Antonio Lopez y la de S. Foto: luisjimenezridruejo.com

La connivencia no es solo cosa de dos, o más, también puede ser propia, individual, reflexiva. Todo consiste en que mis neuronas se confabulen unas con otras; eso si, sin salirse de madre, caer por la pendiente y arrastrarse por el talud, como un tren descarrilado. Disimulos, transgresiones, descuidos, errores de o sin bulto, a los que uno mismo les cuelga el marchamo de la liviandad y la ignorancia menos culpable. Las neuronas, como las palabras, trabajan para ti—salvo error u omisión—casi siempre.

De madrugada, para variar, estoy mirando esperanzado esa luz que empieza a cernirse empujada por la mirada que va una y otra vez desde el sentajo, incomodo asiento (lo es, con el propósito de hacerme evitar el exceso de contemplación) a siete metros, más o menos, del lienzo ya con mancha y que me pide acercarme, tocarlo, e inmediatamente me rechaza a la posición original. El cuadro solo tiene unas pocas sesiones y ya empieza a reclamarme, a minar mi resistencia y hacerme buscar excusas para obligarme a justificar mi necedad y mi lentitud. Pero desde el tajo la miro. Mirar esa luz esperando a la de la memoria…

Luis Jimenez-Ridruejo, Instar #4, pintura, acrílico sobre lienzo, 2015.

Luis Jimenez-Ridruejo, Instar #4, pintura, acrílico sobre lienzo, 2015.

Cuando la luz atraviesa campos opalescentes, cuando tropieza con obstáculos que no pretenden serlo, cuando se mezcla con todos los rincones del aire y, entonces, puede detenerse donde le cuadra. Cuando absorbe o se esconde en todas las motas flotantes, dándoles cuerpo y sentido. Velázquez y Newton lo definieron antes que nadie: corpúsculos de luz. Materia luminosa esperando que el ojo resbale de una a otra belleza insinuadas, hasta otro brillo y antes de que la luz se aleje—ya nunca puede perderse—al encuentro con el pasado. Cuando aquel aire, ya quizá de un diferente color, vuelve después de haber rozado y construido nuevos campos de luz, nuevas situaciones reveladas, cien mil puntos que antes no estaban, o estaban siendo, allá a lo lejos, en connivencia con la luz de la memoria. Ah! Esos lejanos contubernios donde viven las ideas.

Cuando todas esas dimensiones, atravesadas y acariciadas, vuelven al plano que palpo y froto con mis manos, quizá para sentir el correr por los nervios de algo etéreo que solo veo, o que solo imagino. Entonces es cuando aparece la pintura o su trasunto reflejado que es la fotografía. Y sí, en algún punto de este viaje se ha quedado prendida, asida, colgante, la música; esa que nadie, sino yo, será capaz de saber donde está en el cuadro. Mi música—no la de los demás—pues cada uno pondrá la suya, donde discurra su imagen, donde esté su idea. Pero no debo cavilar en que pensaran los otros. Yo sigo hundiendo los dedos y los ojos en cada rincón que en el lienzo se aprisiona e intentando saber como y porqué se esta produciendo todo aquello; dominar, aunque sea imposible tarea, hacia donde va el maldito baile de mis neuronas. Y todo por esperar a la memoria, que es la gran dictadora y la verdadera dueña del cuadro. La pintura es mirar luz y esperar a la memoria.

“…en algún punto de este viaje se ha quedado prendida, asida, colgante, la música…” Foto: luisjimenezridruejo.com

“…en algún punto de este viaje se ha quedado prendida, asida, colgante, la música…” Foto: luisjimenezridruejo.com

Epílogo, que más debería haber sido un preámbulo o un circunloquio o digresión y que solo viene a cuento del espectáculo que “estamos” dando en el concierto de las naciones.

Connivencia: disimulo o tolerancia ante las faltas, transgresiones e incluso delitos de otros, especialmente de un superior que tendría poder y autoridad para frenarlos. Viene del latín: ‘conniventia’, se deriva del verbo ‘connivere’ que propiamente y en origen quiere decir: “cerrarse los ojos”, dormirse, descuidarse, “hacer la vista gorda”, estar de acuerdo disimuladamente. Perfecta definición de lo que ocurre en esa especie de ‘patio de monipodio’, la piel de toro, donde se juntan Rinconetes y Cortadillos a sacar tajada del arte, de la política, de la religión, y de todo aquello en lo que haya un euro que afeitar…todos ordeñando a la pobre y escurrida cabra, en connivencia con popes, alcaides, prestamistas, chamanes con tal arte que…bueno, ya está bien!

Termino antes de que descarrile del todo. Yo solo quería escribir sobre la luz en el cuadro y la mente se me fue, como tantas veces, al otro lado del ‘estanque’. Surgió la palabreja: connivencia, y aquellos polvos trajeron estos lodos.

Luisma, Maypearl (TX) 30 de Noviembre del 2014. Reeditada 28 de Octubre del 2024

Polvo Sudor y Hierro…El Cid cabalga

“…ni a la sombra se puede estar, estas sombras ahogan.” Abstracto fotográfico: luisjimenezridruejo.com

“…ni a la sombra se puede estar, estas sombras ahogan.” Abstracto fotográfico: luisjimenezridruejo.com

Estaba en otro mundo hasta que decidí volver a Texas, que se había quedado encapsulada en mi recuerdo. Texas para lo más bueno y para lo menos. Casi trece años después, el sur me llamó otra vez. Llevo casi dos años de vuelta en la pradera tejana, en esos días de canícula repetida hasta la saciedad, la plenitud, Lorenzos y Catalinas, como en la vieja canción. Soles justicieros que ‘ríete tú de la estepa castellana’, y noches de lunas azules—mágicas—, y rojas—sangrientas—como en Castilla la Vieja; puestas a la par no sé con cual no me quedaría, quizás aquí las sombras son más calientes, tanto que ni a la sombra se puede estar, estas sombras ahogan. Tremendo mundo nuevo.

Hace veintitantos años, cuando llegué por aquí, entonces más al sur, casi en el golfo de México, era la misma tortura pero con más humedad. En cualquier caso, ambas zonas con sus aires acondicionados imprescindibles, con sus sequedades y su deshidratación, la casi obligada ingestión contínua de líquidos y sus olores que alguna vez definí como: a mezcla de aceite de coche y galletas dulces, todo ello muy poco acusado. Ya lo he dicho muchas veces: Texas no huele a nada (excepto cuando algo se quema), la pradera no huele a nada (excepto cuando un coche revienta una mofeta); el interior de las casas, de pura asepsia, no huele a nada (excepto cuando se quema algo en la cocina). Esta pradera que se convierte en un secarral de todos los demonios cuando falla algún período de lluvias y la tierra aparece por debajo de la hierba seca y en dos días se agrieta tanto, que se le puede meter la mano y el brazo y no llegar a un fondo. Tremebundo.

“Texas no huele a nada (excepto cuando algo se quema)…” Fotografía: luisjimenezridruejo.com

“Texas no huele a nada (excepto cuando algo se quema)…” Fotografía: luisjimenezridruejo.com

Tampoco se puede llegar al fondo, o atravesar, cualquier matón de bosque; intentarlo incluso deriva siempre en el enfado consigo mismo por impotencia manifiesta. Árboles, raíces, ramas, ramajos, redes de matorrales espinosos que te atrapan, es una lucha perdida. Dentro de lo tupido, ni paso al frente, ni de retirada, los desgarros en la ropa o en la piel son inevitables. Miles de telas de araña, enormes, algunas pueden resistir el peso de un hombre. Agujeros, desmontes y roturas de un terreno propiedad de los animales que lo pueblan, voladores y corredores de todo tipo, y eso sin mentar insectos, todos los mosquitos del mundo que te hablan zumbando en los oídos y que, si te descuidas, te chupan la sangre en un segundo, o un tercero. Serpientes, unas venenosas y otras no—quién las distingue—que te obligan a calzar botas, cuanto más altas, mejor. Los animales más vistos y vistosos de estas praderas y sus zonas boscosas: ciervos, corzos, jabalíes, pavos salvajes, zorros, coyotes, y allá en lo alto, las águilas, incluida la ‘calva’ del escudo nacional.

Landscape at the lake. Fotografía: luisjimenezridruejo.com

Landscape at the lake. Fotografía: luisjimenezridruejo.com

En fin, la pradera, tan sencilla y accesible que parece que no compromete a nada y “reality bites”( literalmente: la realidad muerde) es un mundo increíble, otro mundo dentro del nuevo mundo. A veces pienso en los pobres y nunca bien ponderados ‘conquistadores’, con o sin sus armaduras, atravesando estas tierras largas y difíciles, muriendo de calores, sin agua durante millas y millas, sin bebidas frescas ni helados, sin cervezas burbujeantes, sin aire acondicionado…una muerte lenta por sequedad extrema, falta de alimento e imposible descanso, gracias a los animales de todos los tamaños y con todas sus ‘gracias’.

“…Increíble, otro mundo dentro del nuevo mundo.” Fotografía: luisjimenezridruejo.com

“…Increíble, otro mundo dentro del nuevo mundo.” Fotografía: luisjimenezridruejo.com

Por todo esto, los de ‘a caballo’, los de las películas, aquellos de las cantimploras eternas y los sudores de glicerina, siempre galopan a pradera abierta, igual que los ‘cowboys’ de ahora, a pesar de los soles, y nunca se les ve atravesar estos boscajes terribles. Ante estas marañas, los caballos rehúsan y se espantan como si estuvieran ante un obstáculo de altas barras. Incluso hasta en los cultivos; ayer entré en un campo de maíz, ya alto y seco, era mediodía e iba con la intención de hacer unas fotos. En menos de un minuto el calor era inaguantable, la batería de la cámara se negó a funcionar, empecé a sudar a chorros y tuve que salir ‘por piernas’ y medio mareado.

“Conquistador” Fotografía: luisjimenezridruejo.com

“Conquistador” Fotografía: luisjimenezridruejo.com

Definitivamente, la pradera es otro mundo, el nuevo mundo que hace siglos otros quisieron conquistar, sigue siendo ‘nuevo’ y sorprendente. Y muchas veces inconquistable. Aún así, me gusta, me siento bien en ella, a pesar de todos los pesares y tendría que ‘lucharla’ y disputarla con mi Castilla, la Vieja. Cada una a su tiempo. Con siesta o sin siesta, águilas calvas o cigüeñas, son una misma cosa. Solo una cuestión de tiempo…

Recuerdo de otro día, otro tiempo, por estas mismas calendas. Ya hace innumerables años. Ha pasado, hame (¡?) acontecido, aventuras que ya son hito y mojón de América, mi aventura americana, ya solo me faltaría haber andado por encima de las aguas, como Xto. Porque advertencia de ello me la hicieron: “no seas bruto y vete por la pesquera!” Y así lo he ido haciendo sin congelarme, más arriba de la mitad del Canadá y hervir más abajo de las corrientes de Rio Grande. Treinta y cuatro años!! Que malito estoy, y que poquito me quejo…! Por entonces empecé a escribir un blog que hoy, también es recuerdo, se titulaba: “dustsweatiron.net” y ha devenido a ser este blog, el mío personal, incluido en mi Website: luisjimenezridruejo.com desde donde manejo mi pintura, mi fotografía, dibujo, grabado y obra gráfica, a más de escritura e ilustración, videos y toda clase de imágenes, que se puedan imaginar.

 

Luisma, Maypearl (TX)   18 de Agosto del 2015. Reedición: Septiembre del 2024

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Olimpiadas y Kikirimiaus

Pareciera que en 16 años (2008-2024) las cosas del mundo y las opiniones nuestras sobre ellas y lo que acontece hubiera debido cambiar de manera más drástica. Pues va a ser que no…y las cosas del Imperio no se ven tan claras como nuestras políticas medio hundidas…A este paso vamos (espero que yo no vaya también…) a perder la capacidad de enfocar mis cámaras, y no solo las fotografías. Como diría mi archiperre ciego del Lazarillo: “Veremos.”

En Noviembre: será gallo, gato o kikirimiau (Buttigieg)?

Olympic Rings, Basquiat y Warhol, 1984.

Olympic Rings, Basquiat y Warhol, 1984.

Decía yo ayer, en un post del 2008, en mi viejo blog: dustsweatiron.net lo siguiente que parece no haber cambiado en nuestras realidades ulteriores:

(Estabamos entrando en el estudio, no recuerdo con quién…quizás, algún fotógrafo visitante)

—Por fin se acabaron los juegos olímpicos. Ya iba siendo hora, y habrá que echar un cuarto a oros…a platas y a bronces. España ha tenido un buen éxito, en general, y esto lo digo desde aquí, desde los States, basado solo en la televisión y los periódicos americanos—.

Siempre me pasa lo mismo con las Olimpíadas, me gustan y las echo de menos, si no las veo. Eso es la primera semana, la segunda se cubren todas mis expectativas de presenciar deportes inusuales y la tercera semana casi ya me sobra y veo las cosas por inercia. Y la verdad es que soy un forofo, tranquilo, de cualquier deporte en que participen o compitan españoles. Supongo que esa es una de las formas de mostrar una nacionalidad cuando vives en otro país. Aunque hay deportes que me gusta presenciar más que otros. Fundamentalmente el fútbol, tengo futbolitis aguda, como mandan los cánones del españolito de pro. Quizá porque sigo jugándolo, a mi edad que sería más de sillón-bol. Pero el vicio es mucho y todavía me arrastro por los campos, sean de hierba, cemento o moqueta. Ya no. Al volver de nuevo a Texas, jugué un par de veces y de repente un día cualquiera, a mis 72, las rodillas me dijeron: Ya no.

Desde los tiempos gloriosos de Seve Ballesteros y Olazábal he sido, y sigo siendo, seguidor televisivo del golf—ganaron cuatro Master T, entre los dos. Hasta “anteayer” con Sergio García y Jiménez. A nivel popular aquí la gente conoce solo a Seve y Sergio, el “Niño,” el original, que se va haciendo viejo, pero le siguen llamando “Niño”! Hubo también, un intento corto de otros, hasta que apareció Jon Rahm, el vasco via Arizona State University y hace ya tiempo que lo está ganando todo, “grandes,” Masters, aquí, allí, World #1…Y ahí sigue, ahora con la adhesión en los “links” de otro chaval español: Ballester, 21 anos y también ASU que, para celebrar su día, hace dos semanas, venció en el Abierto Amateur de Estados Unidos, cosa que solo Jack Niklaus y Tiger Woods consiguieron en su momento. Y yo, bueno… Intenté entrar al capote del golf y practicar ese deporte que se basa en la constancia. Lógicamente, ví pronto que no era lo mío y decidí dejarlo para cuando sea mayor (?!).

En las Olimpíadas chinas, el deporte en el que España ha destacado más ha sido en baloncesto, se ha ganado la apreciación del público americano. La gente, en general, vió los dos partidos de nuestros jugadores contra las estrellas de la NBA y me opinaban de la calidad de los españoles. Aunque conociéndoles, a los americanos, después de tantos años, sé perfectamente que en un par de semanas se olvidarán de sus nombres. Como se llama ese chico vuestro que juega para los Lakers?

Así debían volar los dioses olímpicos Foto: Jerome Brouillet,Taití.

Así debían volar los dioses olímpicos Foto: Jerome Brouillet,Taití.

Las retransmisiones televisivas me han permitido apreciar, más seguido y cercano, uno de los lugares que me gustaría conocer, en directo, antes de ir a los pastos eternos (como dicen los verdaderos americanos, los indios). La Gran Muralla, una cosa, así como Ávila, pero a lo bestia. El Gran Cañón del Colorado ya lo tengo en la colección, en compañía de la Jungfrau alpina. Realmente uno se da cuenta de lo poco que conocía sobre China, de su cultura y su historia. No digamos de su idioma, eso me suena a chino. En el partido final de baloncesto que jugábamos contra los USA, me sorprendió el griterío acompasado de los chinos, decían algo que no entendía pero que me sonaba bien, por alguna razón fonética inexplicable… Xï-bän-yá!!  Xï-bän-yá!! Tuve que hacer averiguaciones, S. estudió un poco de chino y me ayudó (hoy con el Internet “las ciencias adelantan que es una barbaridad”). Lo que cantaban era: Es-pa-ña!  Es-pa-ña!  Magnifico! Espero que los jugadores españoles, después de su aclimatación, supieran lo que aquello era y lo apreciasen en su justa medida. En resumen, el entretenimiento de este verano, un paréntesis relajante, y ahora…vuelta la burra al trigo, vienen las Convenciones Demócrata y Republicana, otra vez la política y con las elecciones a Gran César del Imperio, ahí, a la vuelta de la esquina. A ver qué pasa.

Luisma en su estudio, Septiembre 2023

Luisma en su estudio, Septiembre 2023 Maypearl,TX

Era el 26 de Julio pasado y a través de las puertas del estudio, mientras acarreaba un rollo de lienzo, me venían oleadas de música, fanfarrias de sabor olímpico, todo a través del YouTube. Alguien, algún mexicano, había dejado el computador enchufado al monitor grande de la fotografía y con las “fanfarrias de Williams” a todo trapo, como el velámen largado de un bergantín. Siempre me emociona el oírlas, salvo durante las mismísimas olimpiadas, tanto así como el roarr…! de los aviones que efectúan los pases de saludo de las fuerzas aéreas y la bandera de los Juegos. Es una cuestión de anillos. De colores. De luz, más luz, mucha más luz. Todas las luces de una ciudad. París.

Luisma. Pittsburgh Septiembre del 2008/ Reedición Maypearl 31 de Agosto del 2024

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Una Noche de Ensueño (15 años después)

Luis Jimenez-Ridruejo, Uninhabited Garden #2 (“the lost painting”), acrylic on canvas, 22″ x 22″

Luis Jimenez-Ridruejo, Uninhabited Garden #2 (“the lost painting”), acrylic on canvas, 22″ x 22″

 

Por primera vez, en mucho tiempo, una noche con un sueño maravilloso, delicioso, fantástico…todos los adjetivos que se le pongan son pocos. Usualmente, la cosa no discurre así, mis sueños son difíciles o frustrantes o terroríficos o incluso simplemente inocuos. Esta vez me cayó el premio “gordo,” me tocó la lotería, me bajaron las nubes para poder subirme en ellas. Que bien!

 

Mini-estudio nocturno que combina ESPN, YouTube, dibujo, grabado…y otros múltiples cometidos artísticos en el universo digital.


Mini-estudio nocturno que combina ESPN, YouTube, dibujo, grabado…y otros múltiples cometidos artísticos en el universo digital. Photog: luisjimenezridruejo.com

 

Una noche de sueños de los de estrellitas, de borreguitos, de pastelerías, de los que te curan, mismo, la acidez de estómago. Hasta incluso, mientras estoy escribiendo esto, silbo una alegre cancioncilla intranscendente; sólo de la felicidad que me produce el recuerdo de esa noche, de ese sueño. La misma sensación que cuando jugaba un buen partido de fútbol, ahora que cada vez se me hace más complicado, que eso ocurra por la edad y por los crecientes detrimentos físicos. Imposible? Para el jugador con imaginación—léase: Guti, el galáctico de plata, los imposibles no existen ni en fútbol, ni en las noches de sueños especiales.

 

Luis Jimenez-Ridruejo, Instar #4, acrylic on canvas, 75" x 60" (detalle)

Luis Jimenez-Ridruejo, Instar #4, acrylic on canvas, 75″ x 60″ (detalle)

 

Bueno, vaya…nos vas a contar el sueño, sí o nó? Bien, pues la cosa va de arte, de mi arte. Soñé que estaba conforme con mi pintura y mi fotografía (lo que nunca ha sido así), que me gustaba lo hecho y que era bueno. Y que había pintado mucho, una exposición completa y que todo el mundo decía que era una buena pintura, una buena fotografía; tirios y troyanos, amigos y la “cofradía de la elegancia”, todos.

 

En el perol del mini-estudio es, seguramente, donde se cuece lo de la elegancia acusada por los críticos, “que tanto me quieren y me echan de menos.” Y yo seguía con mi noche de ensueño…

En el perol del mini-estudio es, seguramente, donde se cuece lo de la elegancia acusada por los críticos, “que tanto me quieren y me echan de menos.” Y yo seguía con mi noche de ensueño…

 

Aquí no me va a quedar más remedio que explicar lo de la cofradía de la elegancia, es decir la “critica especializada,” más o menos especializada, según se mire. Esos cuya mejor manera de definir laudatoriamente mi pintura, e incluso mi fotografía, ha sido siempre acusarlas de “elegancia,” lo que dicho sea de paso todavía no he podido comprender bien que quiere decir y en que se basa dicha definición.

 

Toda clase de ensueños son posibles en las noches del mini-estudio. El Wi-Fi que viene desde The Royal Albert Hall en Londres con música de 007 o Metallica, en concierto, tan solo a viente minutos de aquí atronando el Orion Amphitheater en Arlington, Texas…(YouTube sea loado).

Toda clase de ensueños son posibles en las noches del mini-estudio. El Wi-Fi que viene desde The Royal Albert Hall en Londres con música de 007 o Metallica, en concierto, tan solo a viente minutos de aquí atronando el Orion Amphitheater en Arlington, Texas…(YouTube sea loado).

 

Esta vez la palabra elegante no se veía por ningún lado, ni afloraba siquiera en las típicas lenguas de doble filo, los envidiosos…no envidiosos de mi (pobre!), los envidiosos por real decreto, los de siempre, que habitan cualquier país y cualquier hemisferio. Los que viven vidas únicamente de espectadores, esos que se dedican a mirar (en blanco y negro, desvaído) como los demás viven sus vidas, en vez de vivir las suyas propias, en colores a tutiplén.

En pocas palabras, fue una noche, un sueño de plenitud, un sueño que era un sueño. Ni siquiera cuando me desperté la sensación fue mala o infeliz por el término de dicha felicidad. El solo recuerdo del sueño era una felicidad en si misma. Firmaría, ahora mismo, tener más sueños como el del otro día, o la otra noche, o tenerlos a menudo, más a menudo. Esta vida, con sus más y sus menos, necesita estas pequeñas inyecciones de optimismo, aunque sean imaginarias.

Luisma, 27 Mayo del 2024

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Otro museo americano

S. (Ese punto) de incógnito, junto a la “cabeza” de Jaume Plensa, en Dallas Meadows Museum of Art. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

S. (Ese punto) de incógnito, junto a la “cabeza” de Jaume Plensa, en Dallas Meadows Museum of Art. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

La galería de arte es la hostelería de la pintura, la escultura y las artes gráficas. Ahí viven los cuadros, provisionalmente, desde que salen del estudio del artista hasta que encuentran acomodo en las casas de los coleccionistas, inversores o compradores privados. Hoy, el “negocio” del arte ha cambiado y ya corre la venta de arte por Internet, lo que ha puesto en delicada situación a muchos galeristas que hasta final del siglo pasado se mantenían bastante bien con sus ventas. El pintor de cuadros ya no es pintor de “cuadra”, los “equipos” de artistas “exclusivos” de galerías, incluso las especializadas, ya no encuentran el dinero galerista suficiente (hay galerías que retienen ya más de un 70% del precio marcado al público) para cubrir los gastos, o para mantener una carrera, o la vida pública que se le supone a un artista de éxito entre el “gran público”.

“El Prado en la pradera” Meadows Art Museum, Dallas (Texas). Interesante propuesta escultórica al aire libre… No está muy claro si es banco de parque público, o es el techado de un “carpot” de aparcamiento…Titulo: “Waves” (“Olas”) de Santiago Calatrava.

“El Prado en la pradera” Meadows Art Museum, Dallas (Texas). Interesante propuesta escultórica al aire libre… No está muy claro si es banco de parque público, o es el techado de un “carpot” de aparcamiento…Titulo: “Waves” (“Olas”) de Santiago Calatrava.

El otro destino final de la pintura es el panteón de los cuadros ilustres, el más o menos “pequeño museo” ciudadano y, eventualmente, el Olimpo de los grandes, el gran museo nacional con sus grandes colecciones, en las (grandes) capitales. Allí es donde duermen “el sueño de los justos” y están expuestos eternamente a los dimes y diretes de ese dudoso “gran público”, la Armada turística. Tambien expuestos, ocasionalmente, a los embates de los mastuerzos de la crítica, astifinos y berrendos en negro, monstruos como salidos de un particular “Game of Thrones”, que con el teclado en el puño se producen al respecto, y a su aire, con mezcla de envidia e impotencia. No se puede llegar—si es que hay que llegar a algún sitio—con la pintura y el arte, ni más cerca, ni más lejos. Se advierte, claramente, y no es cosa nueva en mí, que no doy un bledo por la opinión, salvo honrosas excepciones, de los clásicamente llamados: críticos de arte, y sus elegancias. Como no tienen otra cosa que decir han acusado, desde siempre, a mi pintura de “elegante…” simplemente, a saber cómo y porqué?  De fotografía, ni siquiera pretenden entender, se retorcerían como diablo con escapulario.

“Siempre me ha gustado ‘pasarlo bien’ en los museos.” Meadows Museum, Dallas (Texas). (Photography: luisjimenezridruejo.com)

“Siempre me ha gustado ‘pasarlo bien’ en los museos.” Meadows Museum, Dallas (Texas). (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Sin embargo, no todo son los grandes museos. Tambien están, y son legión, esos otros “pequeños” museos, en las capitales de los estados, cincuenta son la Unión, lo que realmente da para mucho museo. Más las grandes ciudades que no son capitales de estado, pero mantienen famosos museos y extraordinarias colecciones. Chicago, Houston, Los Angeles, S. Francisco… Y otras ciudades no tan grandes, sostienen colecciones que usan como atractivo ciudadano, buscando cubrir nuevos desarrollos. Fundamentados gracias a las pinturas “heredadas” de magnates de la economía y los negocios, prontos a negociar con las Administraciones, municipales o federales, unas fundaciones que cubren los increíbles impuestos que si no tendrían que pagar. Estos “otros” museos, algunos deliciosos, son generalmente pequeñas colecciones de arte, con un denominador común: una o dos pinturas por artista célebre, de relativa calidad (escasean, y cuesta mucho adquirir obras maestras de determinados artistas punteros.) The Meadows cuenta con cuatro cuadros de Sorolla.

“Playa de Portici” Oleo de Mariano Fortuny. Colección Meadows Art Museum, Dallas (Texas).

“Playa de Portici” Oleo de Mariano Fortuny. Colección Meadows Art Museum, Dallas (Texas).

El “relleno” de estos museos se produce con pinturas y obras de artistas de “segunda”, algunas magníficas y elevadas a la categoría de museables. Son objeto de regalos tasables por parte de grupos de ricos-hombres, también de segunda, listos a “frotar codos” con los de escala superior. El resultado son estos otros museos, más o menos bien dirigidos y dotados, que se visitan con agradabilidad y están sujetos a la posibilidad de encontrar, por casualidad, alguna obra realmente interesante. Este es el caso del Meadows Museum of Art en Dallas (Texas), un museo “grande, pero pequeño” y que muy al uso de la grandilocuencia tejana aquí se le llama: “El Prado en la pradera”, quizás por su colección de arte español, la más grande de USA y que no seré yo quien critique. Y sería fácil hacerlo, por ejemplo: hay un retablo gótico, dicen que de un monasterio aragonés, limpito, reluciente y con sus dorados rechamantes, y que más parece “nuevo” que restaurado, en fin…Relativamente “moderno”, el museo ocupa un enorme “caserón” clásico, neo-paladial, de cincuenta años de edad, completado en 2003 y cedido a SMU (Southern Methodist University) por el multimillonario Algur Meadows, con el dinero de su compañía petrolífera American Oil Company of Texas. Abrió sus puertas en 1965.

La familia de Mariano Fortuny. (Fotografia) España. Exposicion “Fortuny, Friends and followers” Meadows Museum, Dallas (Texas).

La familia de Mariano Fortuny. (Fotografia) España. Exposicion “Fortuny, Friends and followers” Meadows Museum, Dallas (Texas).

Actualmente, el Meadows está abierto al público, con su colección general y una exposición actual, dedicada al pre-impresionista español  Mariano Fortuny. La exposición está basada en un solo cuadro, el único que tiene del pintor la colección general del museo, más algunos dibujos de Fortuny en cartas dirigidas a su mecenas americano, que fue el que legó la pintura al museo. También se exponen dibujos en cartas, de amigos del pintor, que buscaban el mismo mecenazgo. Obtener algún dinero para “tirar” (tirar del carro de la vida), buscando pagarlo luego con obras pictóricas. No sé cuán pingües serían los beneficios de un triunfante Fortuny, el lienzo de este cuadro tiene dos piezas recosidas. ¿Quien sabe las realidades de la vida? Se exhibe, también, una gran fotografía mural del pintor y su familia, una estampa social de la época; dieciocho personas a tamaño natural, un montón de caracteres y un detalle sorprendente: en el ángulo inferior izquierdo hay un bebé, sostenido en brazos por una seguramente mucama, sentada en una silla y que alguien presenta dando la espalda al fotógrafo. Varios americanos han notado este hecho y me han cuestionado la razón, que a mí se me hace evidente.

Despertando de ‘otra’ siesta en un museo americano. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Despertando de ‘otra’ siesta en un museo americano. (Photography: luisjimenezridruejo.com)

Fortuny pinta a su familia, algo muy típico, en la playa de Portici, cerca de Nápoles (Italia). En el color, la luz, el buen dibujo, el niño desnudo agachado en el borde del agua, ya se puede advertir al mejor Sorolla en ciernes y un montón de Impresionismo asomando y hasta de naciente Abstracción, si se quiere. En suma, un buen cuadro de un pintor extraordinario. Para mí la visita es de corte obligada, las últimas sesiones de pintura en un cuadro grande y colorista (“Trigueros #1”) han teñido el estudio de imágenes de volanderos Sorollas y Fortunys, que han venido conmigo desde el Meadows. Para los americanos en general, pinturas con “dappled sunlight” (puntos o manchas de luz entre hojas y ramas) es sinónimo de Impresionismo. El Meadows Museum tiene buena pintura y justifica la visita. Como la justifica, también, una cabeza de redes metálicas del escultor catalán Jaume Plensa, que tiene el honor de presidir la entrada principal en el exterior del museo.

“Trigueros #1” (detalles). Acrílicos sobre lienzo. Fotografía de detalle con zoom 55-300mm. Cámara: Nikon D7100

“Trigueros #1” (detalles). Acrílicos sobre lienzo. Fotografía de detalle con zoom 55-300mm. Cámara: Nikon D7100

otro detalle de Trigueros #1

Así es uno más de estos “otros” museos que proliferan en el mapa americano. Entretenido como casi todos ellos, susceptibles de usarlos para “dormir” siestas inspiradoras (ver el post “Siestas en los museos”). Si no tienes una actitud crítica negativa, ante todo y cada cosa, (“Síndrome de Troll”) algo muy en boga en estos tiempos primeros de Internet. Lejos de mí, dicha actitud! Y es más. Como diría mi padre: ‘A mayores’…quiero aprovechar este post para proponer un nuevo deporte, de tipo cinegético: la caza y captura del Troll, y que vivan en los viejos castillos—que de esos tenemos unos cuantos— con cambio de dieta a: “mala leche” y de cerveza por “mala baba”… y cosas así. Vamos! A por ellos! Sí— se—puede!!                                       

 

Luisma, Maypearl, TX    20 de Mayo del 2019    Reeditado en Abril del 2024

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Siestas en el museo

“Silver Clouds” (Nubes de Plata). Instalación/Performance. Andy Warhol. Chesnot/Getty Images. De esta performance perdí la foto que hice (no era muy buena) así que tuve que pedir otra de la misma instalación en París, de la France, sí, de donde vienen los niños. Y aquí doy crédito al autor.

“Silver Clouds” (Nubes de Plata). Instalación/Performance. Andy Warhol. Chesnot/Getty Images. De esta performance perdí la foto que hice (no era muy buena) así que tuve que pedir otra de la misma instalación en París, de la France, sí, de donde vienen los niños. Y aquí doy crédito al autor.

Nunca he hecho secreto de mi afición a los museos. Toda clase de museos y principalmente los de arte. La pintura es el santo de mi devoción; la escultura siempre me ha interesado menos—la verdad, nunca he sabido porqué— mis únicas “esculturas” fueron en el colegio, pequeñas rendiciones de Giacometti, de aspecto fálico, talladas en tiza blanca de encerado; quizás fuera frustración personal con el tema. Este museo del que te hablo hoy es algo más que de pintura; lo que hizo Andy Warhol fue más que pintar, o grabar, o fotografiar, o las ciento y una actividades artísticas que acometió. Warhol fue un monstruo, uno de esos que nacen una vez cada muchos años, como Miguel Ángel, como Picasso; y digo esto a sabiendas de que alguno va a estar en desacuerdo conmigo. Tanto peor, que diría un francés.

“You don’t need a band to be a rock star.” Warhol museum, Pittsburgh (Foto: luisjimenezridruejo.com)

“You don’t need a band to be a rock star.” Warhol museum, Pittsburgh (Foto: luisjimenezridruejo.com)

Que si echo de menos Pittsburgh? Puede que si, o puede que no; algunas veces, pocas, quizás la última casa de mis años con S., allí en Pennsylvania. Aunque ahora, aquí, continuamos en Texas, en el rancho de Maypearl, la pradera. Nostalgia cero, ninguna, siempre mirando hacia adelante, pero lo vivido como lo escrito, escrito está. Pensándolo bien, en este momento, si echo algo de menos: el museo de Andy, que es como de la familia, un primo americano. Así que vuelvo a colgar este post en honor a su memoria. 

Son artistas de los que hacen época, de los que marcan la diferencia y el arte por si mismos. El concepto por encima de la técnica y del oficio, y si todo viene conjunto, mejor que mejor. El paquete completo, que diría un americano. Llevo más de una década en buena relación con este museo, lo visito cada vez que hay una exposición temporal interesante y, fundamentalmente, lo que hago es ir a dormir siestas en alguna de sus salas.

Mi propia visión antes de la siesta… (Foto: luisjimenezridruejo.com)

Mi propia visión antes de la siesta… (Foto: luisjimenezridruejo.com)

Todo empezó, años ha, con una gran siesta en la sala en que se exhibía una instalación, o performance, del propio Warhol. En ella se presentaban unas docenas de algo que parecían globos de un material usado en los vuelos espaciales, en los forrados de los módulos de alunizaje. Globos que en forma de nubes y/o almohadas, rellenas de helio, flotaban en el aire y se movían por toda la sala a impulso de las caricias, y los besos del respetable (público); visitantes de amplio cuño y al parecer dispuestos a aceptar cualquier pieza que se les lanzase al foso: Coca-Cola, sopas Campbell’s, Marilyn Monroe, nubes de plata flotantes… Semireclinado en una cheslón de cubos de gomaespuma, fue una siesta memorable y el descubrimiento de que nadie te molestaba por dormir allí. Museo libre y así lo ha sido durante años. Hace poco volví a darme otra gran siesta, en un banco lateral de una sala en la que se exponían cien cascos-cabezas de Darth Vader, cada una realizada por un artista diferente. Estos tipos de performances llevaban varios años en boga y aunque discutibles en su mayoría, algunas dieron origen a propuestas muy interesantes.

…Y esta después de la Warholiana siesta (Foto: luisjimenezridruejo.com)

…Y esta después de la Warholiana siesta (Foto: luisjimenezridruejo.com)

Este museo de Pittsburgh, siete pisos dedicados enteramente a Warhol. Es, seguramente, el más grande del mundo para un solo artista. Verdadera amplitud, una auténtica “factoría.” Situado, muy lógicamente, en pleno centro de negocios de la ciudad; guarda y exhibe una gran colección del autor y unos cuantos cientos de cajas—quizás sean muchas más que eso— datadas, numeradas y perfectamente clasificadas. Contienen papeles, recuerdos, propuestas, dibujos previos comentados, películas a medio rodar, bibelots, fotos personales, proyectos escritos, ideas y todo lo que tenía en sus bolsillos cada día. Y así, caja por caja, durante años, toda clase de detalles personales de su vida, incluido correspondencia con otros artistas y gente famosa. Podríamos llamarlo: la ”Cajacoteca” Hoy día, un verdadero tesoro para sus estudiosos y un auténtico catálogo y compendio de sus actividades, del devenir de su tiempo y circunstancias, y sus relaciones con personajes de todo tipo y de todo calado.

En una de las cajas, en cierta ocasión, “descubrí” un boceto de uno de sus más famosos diseños para publicidad, dibujado en un ticket de aparcamiento. Al informar del hallazgo, el museo me comunicó que en el cuaderno de dicho día, quedaba inscrito mi nombre, datos, y los comentarios sobre mi actividad. Tesoros así hay pocos en el mundo del arte. El museo exhibe el contenido de estas cajas, regularmente y una por una, ofreciendo un fantástico panorama de la vida pasada, según Warhol. El las llamaba Capsulas del Tiempo (exactamente: Time Capsules) y tal concepto ha sido siempre enormemente atractivo. A.W. vivió una vida trepidante, incluido un final violento. Tiroteado por una de sus asistentes, nunca se recuperó del todo y murió de las complicaciones de una cirugía menor.

Nubes diseminándose con la luz tardia del estudio “…no son de plata. Son de cobre.” (Foto: luisjimenezridruejo.com)

Nubes diseminándose con la luz tardia del estudio “…no son de plata. Son de cobre.”(Foto:luisjimenezridruejo.com)

Hace años que no he vuelto a “Pitt,” ahora las únicas nubes que entran en mi estudio son muy cinematográficas, son nubes de tormenta y no son de plata. Son de cobre. Distancia y categoría con Andy Warhol, por supuesto. De vez en cuando fotografío nubes tejanas, sobre la pradera y me hago la ilusión de que son mías. Y es todo lo que necesito para atravesar los cristales de los doce ventanales y soñar con Andrómeda, Lacerta, y Metallica, por nombrar alguna de mis galaxias favoritas.

Vista del otro estudio, mini, solo para escribir, grabar música y cocinar fotografía. En la pantalla del monitor de imagen: Metallica, en la sala de conciertos Orion de Fort Worth(TX), a 20 minutos del estudio…(Foto: luisjimenezridruejo.com)

Vista del otro estudio, mini, solo para escribir, grabar música y cocinar fotografía. En la pantalla del monitor de imagen: Metallica, en la sala de conciertos Orion de Fort Worth(TX), a 20 minutos del estudio…(Foto: luisjimenezridruejo.com)

Ahora, en el Sur, léase: Texas, tengo otros museos más pequeños, pero impecables. Uno por cada ciudad grande. Dallas, Houston, Austin, Fort Worth…Perfectos asientos y perfecto aire acondicionado. Sueños artísticos y unas tardes deliciosas en edificios singulares y magníficos. Ojalá vivieran todavía los hermanos Marx! De ellos aprendí lo de dormir en los museos.

Luisma, 22 de Septiembre del 2009. Reeditado en 2017.  Aumentado y puesto al día en Marzo del 2024.

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Retrato de Pintor (III)

Richard Diebenkorn. “Seawall” Óleo sobre lienzo. (1957) Museo de Young, San Francisco USA.

Richard Diebenkorn. “Seawall” Óleo sobre lienzo. (1957) Museo de Young, San Francisco USA.

Pasa el día escuchando a Mozart. Ese montón de cintas grabadas que se trajo del viaje a Europa. Los dineros se han vuelto cortos y está casi en bancarrota. Pintar ya no es solo un oficio, es una cruda necesidad. Algunas veces siente que ya son muchos tumbos, los que ha dado en la vida, de un lado para otro persiguiendo una carrera de pintor que se muestra esquiva.

A la vuelta de Nueva York, no encuentra acomodo posible y echa de menos sus sueldos seguros de cuando estaba en la milicia. En los Marines. La fotografía aérea, que le permitió tener una visión del terreno, del campo y sus parcelaciones, sus colores y sus contrastes. Inspiración de tantos cuadros soñados y también de una visión abstracta que cada día se le mete más en su pintura. La figuración y la abstracción pelean en su cabeza.

“Richard Diebenkorn.” Fotoretrato del retrato con autorretrato a lápiz (1986). En “The Art of Richard Diebenkorn de Jane Livingston, University of California Press, 1997. Fotoret. de S. para luisjimenezridruejo.com

“Richard Diebenkorn.” Fotoretrato del retrato con autorretrato a lápiz (1986). En “The Art of Richard Diebenkorn de Jane Livingston, University of California Press, 1997. Fotoret. de S. para luisjimenezridruejo.com

Mientras unas cosas y otras vienen y pasan; de algo hay que comer y de alguna manera hay que pagar los materiales y el alquiler del estudio. Le ha dado muchas vueltas, y una idea de su mujer se le viene encima: un taxi. Trabajar como taxista solucionaría sus problemas; mientras llega una buena, o aceptable, proposición académica entre las varias a las que ha optado. Lo malo de los trabajos eventuales es que, a veces, se convierten en definitivos. Si el montante cubre las necesidades provoca el olvidar algo tan volátil como son los dineros del arte.

Richard Diebenkorn, taxista y pintor. Será posible? La pintura es lo que importa. Ese cuadro de Matisse, “Vista de Notre Dame”, le tiene obsesionado, una y otra vez se enfrenta a él, como lo hizo cuando lo vió en su inicial visita al MoMA en Nueva York. Le gustaría encontrar una solución pictórica para visualizar esos campos y esas parcelas de tonos tan suaves y tan diferentes. De la manera que los vió desde los aviones, en los vuelos de cartografía militar.

“Presencias en el estudio de Maypearl.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com

“Presencias en el estudio de Maypearl.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com

En Matisse cree ver una buena solución estética, la apertura de un camino. Ya tiene nombre para una serie completa y soñada: “Ocean Park”. Los títulos vendrán después; o simplemente los numerará, como hizo con otras series anteriores: “Alburquerque”, “Urbana”…series de pinturas tituladas y enumeradas, como los lugares donde se crearon y se trabajaron. Ahora California, después, quién sabe?

De algo si está seguro: nada de lo que ha hecho, hasta ahora, le satisface totalmente. Tantas visitas a los museos, aquí y en Europa, lo único que le producen es frustración de no alcanzar las metas que aprecia en los grandes pintores. Todo lo que quiere es pintar. En realidad, ve la enseñanza como una manera de sustentar esa vida pictórica; de la que siempre ha discutido con sus alumnos y sus compañeros. Esto le ha costado perder amistades y posibilidades en un mundo que no le agrada, la academia. Mientras tanto, las dudas le corroen, está en la abstracción y hace figuración, que no muestra en público. Los críticos se dan cuenta, le cuelgan el sambenito de “indeciso” y le acusan de dudar demasiado. Richard no se defiende, sigue en sus trece, hace lo que quiere y busca, investiga, trata, ensaya bajo la sombra continua de la credibilidad del propio trabajo.

“Yo no entro en el estudio con la idea de ‘decir’ algo.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com.

“Yo no entro en el estudio con la idea de ‘decir’ algo.” Enero 2024. Photo: luisjimenezridruejo.com.

Escribe: “Yo no entro en el estudio con la idea de “decir” algo, lo que hago es ponerme frente al lienzo en blanco y poner unas cuantas marcas arbitrarias en él y eso me hace iniciar una especie de diálogo.” Su pasión por la expresividad de la abstracción le viene de las visitas a los museos. A veces, imagina sus cuadros colgados junto a las obras de los grandes maestros. El diálogo es con ellos y consigo mismo. Aquel viaje a Rusia fue determinante. Moscú, Leningrado. El Hermitage, su pobre iluminación sobre las pinturas, apenas un punto de luz sobre los cuadros que acusa el brillo de los barnices. Todo escaso de ideas museográficas. Grandes errores de exhibición. Cuadros escondidos, un Felipe IV de Velázquez, algún Rembrandt…el Tríptico Marroquí de Matisse dividido entre las dos ciudades. Quién toma esas decisiones? Quién maneja sus recuerdos? Y, después de todo, que importa: su porvenir, su vida, están en juego…Un acomodo, ni grande, ni suntuoso; unos pocos dólares para manutención y poder seguir. Pintar, pintar, pintar…

Luisma, 15 de marzo de 2011

Richard Diebenkorn, Ocean Park #70 (1974). Óleo y carboncillo sobre lienzo. Des Moines Art Center, Iowa, USA.

Richard Diebenkorn, Ocean Park #70 (1974). Óleo y carboncillo sobre lienzo. Des Moines Art Center, Iowa, USA.

“Las Palabras Y El Viento Internético”  (Adendum a la reedición del post: Retrato de Pintor III  2011)

Las palabras se las lleva el viento (cosa sabida…). Pero solo hasta que el viento internético, que da la impresión de que lo puede todo, las sitúa en una nube (la nube internética, grande ya, enorme) donde quedan almacenadas hasta nueva ocasión. Algo que las generaciones anteriores a “nosotros” no sabían que se podía llegar a hacer. Somos del 45… Hiroshima— con complejo de culpabilidad y necesitamos, por lo tanto, no solo nuevos héroes, sino también, nuevos dioses. Para la admiración que yo tengo por este gran pintor norteamericano, californiano, he estado poco efusivo y no muy ardiente en el panegírico. Pero, mi consideración es máxima por este hombre de la generación anterior a la “nuestra,” nuestros padres pictóricos y artísticos, incluso en lo literario. Alguien me dijo, alguna vez, que el arte es saber escribir, también. Su capacidad de enseñarnos, en su propia obra; todo lo que ellos recibieron en el siglo de las luces, nos ha permitido llegar hasta la altura, donde está ahora el listón. Tan alto que, en los últimos cien años nadie ha conseguido, todavía, traspasarlo y entrar en ese jardín deshabitado al que todo el mundo, incluso seres de otros mundos, pujan por llegar. Hasta lo de hoy, asomarse por encima de la tapia, sí, …entrar en el jardín, aún no. Todo el mundo arrima el hombro, pero, nadie ha sido tocado por la varita mágica. Uno de los que más cerca estuvieron fue el maestro Diebenkorn, y al que, sin embargo, le repelía el concepto actual de la academia, el de todo el Siglo Veinte: aprender a “copiar” para cambiar la realidad posible de aquello que no necesita cambios, porque es algo que “ya ha sido hecho.”

En larga toga negra el espíritu de Richard Diebenkorn en pie “sustribado” (por fin un salmantinismo auténtico) en la puerta de Batuecas de Maypearl, es recibido por otros espíritus entre los que destacan el de Hemingway y Nabokov, Charlie Rivel y Miliki, Javier Pereda de la mano con Caravaggio. Nótese, al fondo a la izquierda a Javier Marías, sólo, recién llegado, también con la larga toga negra. El general napoleónico Bernadotte y otros, vienen llegando por entre la maraña. Photo: luisjimenezridruejo.com 2024

En larga toga negra el espíritu de Richard Diebenkorn en pie “sustribado” (por fin un salmantinismo auténtico) en la puerta de Batuecas de Maypearl Ranch, es recibido por otros espíritus entre los que destacan el de Hemingway y el de Nabokov, Charlie Rivel y Miliki, Javier Pereda de la mano con Caravaggio. Nótese, al fondo a la izquierda a Javier Marías, sólo, recién llegado, también con la larga toga negra. El general napoleónico Bernadotte y otros, vienen llegando por entre la maraña… Photo: luisjimenezridruejo.com 2024

Diebenkorn cogía impulso y saltaba a lo nuevo y resolvía hacerlo hacia atrás, frenéticamente (realidad—abstracción—realidad…) Y continuamente, tanto que los críticos le conferían el carácter de “confusión mental.” Estudió la naturaleza y decía, como Da Vinci: “Creo que no hay líneas rectas en la naturaleza.” Cuán cerca estoy del verdadero interior del jardín deshabitado, no sé si voy a llegar a tiempo… Y si resulta que eso es lo que hay al otro lado? Sería tremendo, fantástico, alucinante. El significado de la vida! Estudiar desde todos los puntos de vista, incluso desde el aire. Como militar, Diebenkorn fue un especialista en fotografía aérea! Como pintor, al igual que muchísimos de nosotros, también fue un rendido admirador de Matisse y su espíritu, al que todos esperamos, aquí en el “reducto conventual” de Maypearl, Texas (término de Waxahachie), para una próxima y alargada visita. Mientras yo sigo haciendo fotografía y pintando en mi estudio, rodeado de espíritus… ninguno parece malévolo. Algunos han hecho larguísimos viajes desde lejanas galaxias….

Luisma, Maypearl, TX                   30 de Enero del 2024

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Musicos

“Amanecer en el estudio. 2023” –Por un instante, la tormenta, Luisma y los duendes de la fotografía convierten el estudio en un cafetín parisino de los Años Treinta. Francoise Gilot acaba de entrar a tomar café con unas amigas… (iPad photog: luisjimenezridruejo.com)

“Amanecer en el estudio. 2023” –Por un instante, la tormenta, Luisma y los duendes de la fotografía convierten el estudio en un cafetín parisino de los Años Treinta. Francoise Gilot acaba de entrar a tomar café con unas amigas… (iPad photog: luisjimenezridruejo.com)

No me ha costado mucho recordar mis primeros contactos con la música. Dos ideas: la radio de galena debajo de la almohada, en los primeros compases de mis noches de verano en la calle Toro y el Kiosko de la Música, en el centro de la pérgola del Parque de La Alamedilla, en Salamanca (España). A los cuatro años de edad y ya un montón de músicos escondidos en la cama…Vivaldi, Granados, Glenn Miller… El otro recuerdo que me caballea en la imaginación: mi asistencia dominical, casi de culto, a los conciertos de la Banda Municipal de Salamanca, en el templete de la Alamedilla, escuchando desde los bancos corridos de granito con respaldos de frio hierro colado. Ensimismado en los rechamantes brillos de los instrumentos y los movimientos ágiles de las hombreras de aquella impoluta guerrera blanco-marfil, y la gorra de plato del mismo color, con su cintillo y su visera de charol negro… era el director Don Castor Iglesias Pollo, un nombre que no se me despinta; ni su Chabrier, ni sus Arlesianas de Bizet. El mínimo homenaje es recordar, sin problemas y al pronto, su nombre completo, y eso que no era ni un futbolista, ni un ciclista. Yo tenía entonces nueve o diez años. Después del pasodoble final, de propina, y alguna ocasional marcha americana de John Philip Sousa…aquel niño no quería irse hasta que no se marchaban todos los músicos, y quedaba el olor a pámpanos dulces del parque. Ah!  La música entró hasta en mis bolsillos, para siempre. Y conmigo va.

Ya mucho después… Corrían los famosos “Sesentas” del ya pasado siglo XX, el siglo de la Fotografía y ‘no hay dios que se lo crea”… Se me hace difícil aceptar que voy camino de los ochenta y además demasiado rápido; todo se me antoja vereda y atajo a la nada. Entonces…”cargando a cuestas” con mis recién estrenados años 22, aderezados con la promesa de un libertinaje de libertad no-vigilada y un ‘veremos’, mucho más prometedor… había llegado a un “Paris de la Francia” en ebullición política y artística. Véanse unos ‘pequeños’ detalles de contraste… Pasar, en menos de 48 horas, tren nocturno incluido, de la banda de bombo y platillo de José(a)”Perrerias’ en la fiesta de La Alberca (Castilla lindando con Extremadura) en Espana, con sus pasodobles a petición y su éxito veraniego: “La Chocolatera”. Decía, pasar “de sopetón” al Olimpia de París, repleto de una multitud vociferante y rítmica, que cantaban a coro con Mick, Brian y otros chicos ingleses (“The Rolling Stones”) en el escenario, por primera y última vez, con las palabras originales, su canción: “Let’s spend the night together”… y sí, también ellos alguna vez se han autocensurado…faltaría más. Que tiempo aquel…me fui uno y volví otro. La diferencia, ahora lo sé, la Fotografía. Y la música Luisma, y la música, siempre.   

“Atril de música…y pintura” (Photography: luisjimenezridruejo.com)

“Atril de música…y pintura” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

De vuelta a mis orígenes y adelantado a la historia, pretendía seguir con la vida ‘bohemia’, en el Madrid de “La Movida”. Estudiando poco y viviendo mucho. Parte de ello era mi asistencia fiel y regular a los conciertos dominicales de la ONE (Orquesta Nacional de España). Las únicas entradas asequibles a mí siempre parca bolsa, eran las de “gallinero”; que se ponían a la venta al módico precio de 10 pesetas (menos de un dólar actual) con carnet de estudiante. Aquello se llamaba: “Hacer la cola del Real”. La taquilla se abría a las 9 de la mañana de los jueves y la “cola” para dicha expendeduría se ‘organizaba’ hacia las 11 de la noche del miércoles. Allí al aire libre, frio, con olor a la manga del riego de madrugada y ecos de las músicas nocturnas de Boccherini, nos juntábamos un ciento de gentes jóvenes, melómanos que pasábamos el tiempo hasta la apertura de la taquilla discutiendo de música y de las artes en general. Así “conocí” y escuché a los más grandes de la época y de siempre…Rubinstein, Menuhin, Rostropovich, Von Karajan, y tantos otros que cimentaron mis conocimientos de música, educando mi gusto; ya que no era capaz de tocar un instrumento, nunca lo fui. Una gran frustración vital.

Y detrás de la música están los músicos. (¡Enhorabuena, Luisma, que no te pase ná…! “Si te seguimos, Maestro, es por lo bien que te entendemos”). Mis relaciones con ellos, los músicos, a veces extrañas, a veces increíbles, siempre sorprendentes y yo diría que: en general, buenas (¡?) En la misma época madrileña yo disfrutaba de lo que se podría llamar: músico de cabecera. Era Nicanor Muiños, excelente violinista gallego, compañero de pensión estudiantil en la habitación contigua y ‘despertador personal’ cada día, a las 8 de la mañana, “haciendo dedos” a los acordes de la Chacona de Vítale y La Oración del Torero de Turina, y así durante casi tres años…Con la pared de por medio, como sordina. Inolvidable. El recuerdo es diáfano, con olor a café portugués barato, aunque su cara se me ha perdido. No sé nada de él; hace cincuenta años y todavía me levanto algunos días silbando la Chacona. ¡Grande la música y los músicos! Inasequibles al desaliento…

“Instar #3” (acrylic on canvas, detail) Luis Jimenez Ridruejo. 2014

“Instar #3” (acrylic on canvas, detail) Luis Jimenez Ridruejo. 2014

Pasaron los días de Madrid y mucho tiempo después, hace 22 años y ya en USA, siempre con música. Houston, Dallas, Pittsburgh, posándome en lugares de grandes y acreditadas Sinfónicas. Yendo de sur a norte, estuve viviendo durante seis meses en pleno corazón de América. El sitio era Wheeling, en el Estado de West Virginia, un poblachón (ciudad le llaman ellos) de treinta mil habitantes, dormida un poco, demasiado, en el pasado y en el distintivo honor de haber sido, por un tiempo, capital de Norteamérica, los Nordistas, durante la Guerra Civil. Un lugar donde tienes la sensación de que, por el túnel de entrada a la ‘ciudad’, y en medio de un acre olor a trilita, va a aparecer—de un momento a otro— el presidente Lincoln subido en un armón de artillería, tocado con su sombrero de copa alta—en inglés: “stove-pipe hat (sombrero de tubo de chimenea de calefacción)…largando uno de sus responsos. Volviendo a la música…Wheeling, increíblemente, tiene una Orquesta Sinfónica, uno se pregunta de qué rincones del presupuesto sacan para pagar el asunto. El secreto posiblemente sea el pluriempleo. Encontrar un violinista en una ventanilla del Banco Wells Fargo, o a la trompa principal de cajera en el supermercado. ¡Esto es América!…

¡Ah!  La directora era Rachel Worby, buen músico, además de ser la cónyuge del Gobernador de West Virginia. Tuvimos una relación amistosa, de acera a acera en la calle Main, donde vivíamos y estaba asentado también el Teatro Principal (y único) de la villa, compartido fraternalmente con una de las principales emisoras de música Country and Western del país. Volvíamos caminando, todos los viernes de concierto, noche cerrada y calle arriba, cada uno por su acera, así durante los seis meses que duró mi estadía en la villa. Todas las vueltas a casa le aplaudía, o le hacía algún comentario sobre la “performance” del día, o sobre música española, era buena admiradora de Albéniz. Mi gran recuerdo de ella fue en medio de un concierto en el que paró, abrupta y sonoramente, la orquesta con un pisotón en el pódium y un estentóreo: ¡No!  Y tras unos fulminantes segundos de silencio, “mirando al tendido” reemprendió la música en el mismo arpegio. No olía ni a otoño, ni a invierno, ni a almendras amargas… Cuando desaparecí y nunca volví, supongo que alguna vez se preguntó quién sería aquel tipo que le hablaba desde la acera de enfrente. Años después, ahora sé que dirige un colectivo de artes en Pasadena (California). Es el poder de Internet…estamos todos en la nube, flotando.

Concierto Metallica: Orion (Arlington, TX. 18 de Agosto del 2023)

En el monitor…Concierto Metallica: Orion (Arlington, TX. 18 de Agosto del 2023)   Otro espacio del estudio, imagen digital, pluma y computador…La obscuridad rodeando todas mis galaxias favoritas, hasta en los puntos de luz mas lejanos. Este concierto estaba a solo 25 km de carretera y aglomeraciones en el estadio de Dallas-Cowboys, por eso no fui a verlo en vivo…Me he estoy volviendo muy comodón.

Y he vuelto a las andadas, a los principios—a la radio debajo de la almohada. Ahora es el IPad o simplemente la TV con sus cientos de canales y solo dos (!?) de música clásica, uno llamado: “Light” y el otro: “Symphonic” (!?) muy desiguales, eso sí: 24 horas/7 días, sin posibilidad de selección propia. ¡Algo es algo!  El mundo dentro de casa. La obscuridad rodeando una galaxia de luces LED parpadeantes, para dormir eternamente mecido por la música. Inciso: se nota que estoy escuchando el finale del “Anillo de los Nibelungos”? Excusa: hoy es el cumpleaños de Wagner] Imperecero placer de la música, compartido desde hace ya más de veinte años con  otro músico: S. (léase: Ese Punto) compañera y violinista (!), retirada por enfermedad de la práctica  del violín; sus manos ya no podían llegar al nivel “excelsior” que ella siempre ha querido para sí misma, en todo. Era una violinista fantástica—mandona—ese violín poderoso, de nivel concertino que todo director quiere poner detrás de la entera sección de cuerda para “tirar”de ella y conjuntar todos los violines, y en suma todo el elenco. La orquesta californiana la perdió y yo la gané, para tirar de mí musicalmente y resolver todas mis dudas y deficiencias. Hasta conocerla a ella, siempre creí que la música era un placer de disfrute individual. Y lo más grande, así son estos músicos, S. ya sobrevuela, certeramente, por encima de mi pintura, fotografía y escritura. Estética, composición, intuición. Un estuche que lo tiene todo. Impepinable. ¡Hágame un favor, ponga un músico en su vida! 

 

Luisma, Maypearl, TX    3 de Junio del 2020.    Revisado y reeditado en Septiembre del 2023.

 

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Hablar de Fotografía (II’)

Imagen # 4 “Lawrence de Arabia al viento de un oasis, en Zama II, galaxia de Eridane” Photography: luisjimenezridruejo.com

“Lawrence de Arabia al viento de un oasis, en Zama II, galaxia de Eridane”
Photography: luisjimenezridruejo.com

Algunos personajes, sobre todo las leyendas cinematográficas, escogen para su eternidad dorada—ellos pueden hacerlo—otros mundos del segundo universo. Distingos por celebridad. Ya me gustaría a mí poder escoger. Son quinientos años antes de la perpetuidad, y a quién le amarga un dulce? En uno de mis últimos sueños pude acercarme a Zama II, un planeta desértico, pero maravilloso. Sé de leyendas históricas de Tierra1 que pasan allí su eternidad, bañados por los veintiséis soles eridanos. Rommel, el mariscal de África; Gertrude Bell, la reina del desierto…Unos oasis deliciosos, temperaturas sin igual, fantásticos espejismos; cruceros navegando en los océanos de arena. En Zama había quedado con ella y “me ojeó la perdiz”—estará allí, a su aire, y no tendrás problemas para hacerle una foto—. Fuimos y pude tirar unas cuantas instantáneas—un instante de una inmortalidad—a un silencioso Lawrence, descansando ‘a la romana’ en unos pufs amarillos, vestido con túnicas rojas lisas, muy cumplidas y garbosas. Ensimismado, fumando quién sabe qué. La foto que “ví ” fue sencilla, como si fotografiara una flor en una playa del sur, de cualquier Sur. Plano general, no quiso primeros planos de su eternidad. Se le ha alargado un poco la nariz, nada grave, sigue reconocible. Y, además, cada siglo que pasa se va pareciendo más a Peter O’Toole. Que cosas!

Hablar, o tratar de Fotografía es siempre, parece ser primero al menos, hacerlo de composición de imagen, o encuadre si se quiere, golpe de ojo, visión selectiva. La organización de los motivos que hay a la vista en un asunto que queremos plasmar por cualquier método técnico, reproducirlo y, seguramente, conservarlo. Para poder verlo, una y otra vez, o que alguien más lo vea. Incluso para decirnos algo a nosotros mismos, o decirlo a ese alguien más que pregonamos. Una cuestión de expresividad.

Pero, que es lo que el ojo del fotógrafo nota al pronto, encarando el ocular, o al abrir la pantalla trasera en digital? Que percibe antes de disparar, y que lo decide a VER, seleccionar y ‘guardar’ esa foto? Será el color? Cuál era la acción mental cuando la foto solo era en ‘blanco y negro’ (a estas horas de grandes luces, siempre olvidamos los grises), aunque estaba allí, no lo recuerdo. Y luego, como se adaptó la mente a ‘pensar en color’? Tambien estaba allí y tampoco lo recuerdo. Mi generación es probablemente la última que distingue los dos métodos mentales. No debió ser un proceso doloroso. Ah! Las diapositivas proyectables, claro! A este propósito, nada como hacerse viejo, para tarde o temprano recuperar esa memoria primera, o perderla definitivamente. La primitiva fotografía en color, técnicamente, ha sido condenada a la degradación, ‘blanqueo’, y la desaparición, salvo copias digitalizadas tardías. Que pena!

Imagen # 5 “El ‘cartoon’ de Maypearl House” 2020 Photography: luisjimenezridruejo.com

“El ‘cartoon’ de Maypearl House” 2020
Photography: luisjimenezridruejo.com

‘La madre sin cara y el niño con mascarilla’, boceto de ‘grabado fotográfico’ a la manera de Leonardo (?!), el pintor e ingeniero. La imagen visualiza la ‘textura’ de un grabado renacentista, o de un boceto a carboncillo y tiza blanca, de la misma época. Por alguna razón me recuerda esta foto las manos hábiles de Da Vinci, en su dibujo preparatorio para una pintura de una Sagrada Familia, el llamado ‘cartoon’ de Burlington House (National Gallery de Londres). Leonardo lo dibujó en tiempos muy semejantes a los actuales y bien pudo haber llegado a ser así.  La madre solícita y sin rostro, y el niño con mascarilla protectora contra pandemias, que entonces se paseaban libres y ‘tan campantes’ por los palacios y las cabañas, decimando las poblaciones, como hoy. La familia se reduce a una moderna “madre soltera con niño”, composición piramidal, o cónica, simple…Mi fotografía se escapa de la condición renacentista, camino de la abstracción dura y pura. Falta de facies, ausencia de pose y gesto. El reflejo de los ‘movimientos de la mente’, la imaginación de Da Vinci. Expresión. Dejar el rastro del paso por este mundo, tan real como las galaxias reales o fantasmagóricas que contienen esos otros mundos que posiblemente nos contemplan; allá, o más allá de Andrómeda, Centauro, Casiopea… Campos de Agramante de una fotografía que nunca podré hacer y con la que siempre me ha gustado soñar despierto y trabajar para la posibilidad de ella. Algo delicioso, pero sin futuro… Pedía en el anterior post de cien a quinientos años de fotografía—por   pedir que no quede—imposible, claro.

Imagen # 6 “El alma de la galaxia de Lacerta” (cocina ‘Pollockiana’ con sabor a Miro) Photography: luisjimenezridruejo.com

“El alma de la galaxia de Lacerta” (cocina ‘Pollockiana’ con sabor a Miró). Photog: luisjimenezridruejo.com

Aquí se compone una visión del ‘alma’ de una galaxia lejana—todas lo son—, la galaxia de Lacerta (El Lagarto), que como es una constelación ‘moderna’ no se relaciona con ninguna leyenda antigua. Nada figurativo, y por mi cuenta, todo opinable. Por ello, me permito el lujo de asociarla con las pinturas abstractas de Jackson Pollock y Joan Miró, a modo de homenaje a sus envidiables e inspiradoras obras. Los grandes mantos verticales de matorral, alto y tupido, lo que yo llamo: la maraña. ‘Obras’de una reputada artista: la Naturaleza. La tengo a unos cuantos, pocos, pasos de distancia. Afuera de las ventanas del estudio, viven mañaneros cuadros de Miró, que se convierten en Pollock a la hora “bruja”. Milagroso. Escrutar lo que tus ojos ven e interpretar una realidad que invoca una abstracción, sea pictoricista o no.

Siguiendo las reglas, aparentemente, solo hay dos maneras de componer el fondo de una fotografía como esta, antes de afrontar el ‘tiro’: el fondo oscuro o el fondo blanco. La proterva (perverse—wicked) oscuridad, la negrura que no es exactamente negra—siempre le falta algún color—suele ser mi elección natural. En esta foto, sin embargo, me he ido al más exacerbado o exasperante blanco, quizás con un puntito de mezcla con azul celaje de Texas, marcando el centro de la composición. Raro firmamento con estrellas negras y nebulosas rojas, propias del ‘alma’ de la galaxia de Lacerta, la más imaginaria de las galaxias reales y la más “actual.”

“Orion’s storm colours” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“Orion’s storm colours” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Es una cuestión de inmediatez, la fotografía es un cúmulo de decisiones al instante; la del clásico ‘background’ es una de ellas, si se tercia que lo haya. Usamos ‘background’ quizás, y humorísticamente atendiendo al significado, en inglés más literal: ‘relleno del fondo’, aunque posiblemente sería más bonito, o poético, o clásico, o todo ello junto, tildarlo de ‘telón de fondo’. La regla del contraste  con los colores más ‘coloridos’. Para toda cuestión hay su regla, también en la fotografía. Y como diría la pintora Helen Frankenthaler : “Sigo las reglas hasta que de pronto voy en contra de todas ellas.” Amén. Su segundo apellido—ese que los americanos tienden a olvidar y en muchos casos, convenientemente, a hacer desaparecer— no sería…por casualidad: Mozart?

“Entrada a una fiesta exterior después de la prohibicion de publicidad exterior, en Terra5 de Andromeda” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“Entrada a una fiesta al aire ecuanimizado, después de la prohibicion de publicidad exterior, en Terra5 de Andromeda” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

En la pantalla de mi “ordenador/computador, aparece…un signo, un cartel, un mensaje—HDMI1—y un consejo/orden:

–‘Chequee’ las conexiones de cable y la configuración de la toma de corriente de su aparato (motor) de alimentación…”

“Chequear” es el ejemplo de un verbo que nos ha ganado la partida. Ya es inútil comprobar, verificar, revisar, controlar, marcar…” Todo es el dichoso verbo “Chequear”—por activa y por pasiva—y todo ello en inglés, claro…sencillo, pero en inglés, o en español atiborrado de anglicismos, para más delito. El mundo de la imagen ya es, también, en “inglés digital”…el mundo analógico disfrutó de unos siglos, más o menos ‘babélicos’ y ahora, ya es tiempo de cambio. Desde los relojes del Escorial, con su tic-tac de vidrio alemán roto (mejor: desmenuzado y hecho añicos) y una camara obscura que se echó una siesta de tres siglos más, hasta el “falso conteo” hacia atrás, del primer vehículo espacial camino de la Luna, sin sonido, solo imagen, una tras otra…Hemos quedado para poco, pero la Imagen, desde el Renacimiento y más, es “nuestra”, peninsular, romana, mediterránea, pictórica y fotográfica.

Así que os conmino a todos y a todas—pues no faltaría más—a encontrar tres o cuatro palabras, y algún ‘palabro’—a género cambiado, con el que algunas suenan: “de cojones” o “de puta madre”—para dar “la taba” al Inglés, en cuestión de Imaginación o de Imagen, y en Inteligencia Artificial, o AI. Ah! Y, ellos entienden perfectamente la sutil diferencia. Es como al punto… cuando antes decían: “Vamos Rafa…!  Y, ahora dicen: “Vamos Carlito! Sí, sí, así… Carlito, sin la ese—’porque  con ella sería plural (¡?), matizan. Y cuando les explicas su error (que viene de los portorriqueños neoyorkinos que confunden con su acento el italiano Carletto y el “gallego” Carlitos) te miran con aire displicente, el mismo con el que miran al pobre imbécil que tiene la mala suerte de no hablar inglés. La tradición de lo erróneo que prima y da grima. Si una imagen vale más que mil palabras… ¡Vamos! A por ella!  Sí-se-puede!!                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        Luisma, Maypearl, TX        31 de Agosto del 2020        Re-edición: 31 de Agosto del 2023

 

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Retrato de Pintor (XVI)

Retrato de Jackson Pollock, usado para el cartel anunciador de la retrospectiva especial en la Cadena TV-CBS-USA, en 1952. Photog: Tony Vaccaro (Getty).

Retrato de Jackson Pollock, usado para el cartel anunciador de la retrospectiva especial en la Cadena TV-CBS-USA, en 1952. Photog: Tony Vaccaro (Getty).

“Lo mejor de esta vida es que nada dura mucho.” Frase que atribuyo al escritor de Ohio: Donald Ray Pollock, sin ninguna relación con el pintor del mismo apellido, si no es la de pensar eso mismo y decirlo en público. Parece que Pollock, el pintor, también la usaba a menudo, quizás intuyendo en su propio caso, su particular espada de Damocles. O la relación de haber trabajado, ambos, en oficios de “cuello azul” durante sus años mozos. Acaso más en la situación del escritor, camionero hasta los cincuenta, de edad—cuando publica su primer libro y además con gran éxito internacional—que el hecho del pintor, trabajador en una papelera y ‘janitor’ (conserje-limpieza-mantenimiento) en el Museo de Pintura No-Objetiva, precursor del Guggenheim-New York, hasta donde ‘saltó’ directamente, obteniendo una beca “Guggenheim Fellowship” para dedicarse exclusivamente a la ‘Gran Pintura’. Por supuesto, quedaron colgando de las paredes del añoso museo, babas de los críticos y envidiosos comentaristas de siempre, los que atribuyeron su triunfo a su relación “personal” con Peggy Guggenheim. Sus éxitos en New York, París, Londres y la Bienale de Venecia, le hicieron llegar muy pronto a la fama y el reconocimiento mundial. Indescriptible debió ser la sensación de pasar de pasar y pasar el aspirador limpiando las salas, a verse colgando su pintura en ellas…

“Convergence” 1952 Pintura de Paul Jackson Pollock. Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, USA

“Convergence” 1952 Pintura de Paul Jackson Pollock. Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, NY USA

La vida de Jackson Pollock (Cody, Wyoming 1912- East Hampton, NY 1956) fue todo lo que queramos decir: Sorprendente aporte a las artes plásticas, archifamoso al final de su camino, reconocido mundialmente…Todo, menos un camino de rosas en una vida, lamentablemente, muy corta y ajetreada. Siempre de salud precaria y abrumado por el alcoholismo una y otra vez, y una existencia en derrota emocional, en muchas ocasiones inexplicablemente autodestructiva, por no hablar del accidente automovilístico que le costó el tránsito final, a los 44 años y en plenitud de su arte. No mucho tiempo antes y ansioso de tranquilidad, con el éxito de su pintura se trasladó a una solitaria zona de playas, al norte de New York City. “Me gusta estar en los Hamptons porque puedo ver el mar y el mar no puede verme a mí.” Una biografía, aunque llena, demasiado rápida…

“Maraña # 3” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“Maraña # 3” (Photog: luisjimenezridruejo.com)

Confieso que…la razón, o una de las razones—posiblemente la primera, aunque parezca mentira—fue el color dominante de muchos de los lienzos de Jackson Pollock en sus pinturas, incluido la base cruda del propio lienzo Era un color que ya para mí quedó denominado: “gris-Pollock”, el mismo color gris del papel de “envolver” (empaquetar) de las carnicerías y pescaderías del Mercado de Abastos de Salamanca, en España. Un gris que, para entenderme con otras gentes, yo llamaba: “perla” o “secante” Sobre todo los lienzos iniciales que ví, en reproducción fotográfica, en revistas americanas de Arte y Decoración, de los años sesenta del pasado siglo—el famoso y todavía hoy no bien ponderado Siglo XX—era donde copiábamos perspectivas de decoraciones para mansiones modernas de millonarios neoyorquinos y admirábamos colgados en sus paredes a De Kooning, Pollock, Frankenthaler, y todos los demás, para presentarlas en la Escuela de Decoración y Diseño, como originales de nuestro caletre, con “nuevos” colores:  grises-Pollock, purpuras-Rothko, azules-Diebenkorn…y aquellas diferencias provocaban el estilo personal y decidían por dónde íbamos a ir en nuestra futura obra personal. Lo sorprendente es ver y apreciar la inspiración e influencia de nuestros maestros cuando empezábamos algo nuevo o distinto de lo que ya habíamos hecho y como a su vez nuestras gotas salpican a los que vienen después. El año pasado veía con fruición señales claras de mi influencia en las fotografías de un artista chino, en su entrevista (en un muy correcto inglés) hablaba de triple plano de abstracción y mencionaba usar el estilo de medición de la luz (‘al cero’) gracias a un “fotógrafo español, que trabaja en USA.”   

“Lavender Mist 1950” Pintura industrial sobre lienzo. Jackson Pollock Colección MoMA (New York)

“Lavender Mist 1950” Pintura industrial sobre lienzo. Jackson Pollock Colección MoMA (New York)

No estoy muy seguro de que Pollock llegara a conocer estos  bosques terciados del norte de Texas—tras haber viajado mucho por todo su país—pero no me extrañaría; cuando tu imaginación se pierde en “The Enchanted Forest” de Jackson Pollock (‘el bosque encantado’ pintura de 1936) sin necesidad de ver ningún otro, a salvo de lo que  podamos encontrar más allá de Andrómeda y todas aquellas galaxias prometidas por la luz y la música que quedó para siempre y entonces, en las maderas de Stradivarius y Guarnerius y en los papeles pautados de Vaughan Williams. A mí, también me quedó la frustración del “violín bien temperado” y la guitarra del “Chota”, mi profesor de Flamenco… y tantos miles de otros artistas, con los colores, ideas, sueños, representaciones, juicios de sus pensamientos y los pensamientos de sus ocasiones, tonalidades, visos y en suma: motivos. Fuera cual fuese la herramienta en la extensión manual de su cerebro. La esponja de mar, los pinceles personales que descargaban exactamente el gesto líquido… No parece fácil adaptar la espátula, ni el cuchillo de empastar a la “Action Painting”. Los chorros delicuescentes del tubo de color y el vertido burbujeante, casi de sidra en vaso alto, llevaron a los amigos a ponerle un mote, un poco siniestro; le llamaban: “Jack, the Dripper” (Jack, el Salpicador).

“Maraña # 5 “Esperando, a Velázquez y Goya”(Photog: luisjimenezridruejo.com

“Maraña # 5 “Esperando, a Velázquez y Goya”(Photog: luisjimenezridruejo.com

Discutía continuamente con De Kooning y los del grupo de artistas que repoblaron los Hamptons, sobre un “quítame allá esas pobres pinceladas…” De esa forma buscaba un convencimiento, lejos de la apreciación del “gran público” que no siempre tenían. En ausencia de Pollock, De Kooning siempre le tildaba de #1, en un mundo de dos…y cuando todos esperaban su propio nombre, el holandés-americano citaba a Picasso y Matisse. De todas maneras el humor de Pollock no era su fuerte, a menos que fuera en los momentos—por demás frecuentes—en los que discurría por los derroteros del “In vino veritas” y, por ejemplo, reconocía su admiración por Picasso; o por la pintura de De Kooning, del cual alababa siempre sus “majestuosos amarillos….”

“Alquimia” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim- Venecia

“Alquimia” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim-Venecia, Italia

Bosques, campos, arroyos, pantanos, esa era su influencia de la naturaleza y es igual, o parecida, a la que tengo aquí en el sur, en Texas. Supuestamente, nuestro pintor dice: “I am Nature.” (Soy la naturaleza misma!)  Y, le contestaría: ‘Como fotógrafo, tienes que trabajar duro para encontrar la abstracción que el pintor crea de la nada con su “action painting.” El propósito de la fotografía es encontrar la abstracción donde el fotógrafo solo tiene, en principio, una realidad obligada; susceptible de ser cambiada por la mente en abstracción, por supuesto. De ese dicho, la fuente de sus imágenes, la única variación con la bucólica neoyorquina es la geografía y lo “social”…como si fuera poco! La abstracción con Pollock toma una nueva vía de entendimiento que parece permitir una connivencia de cierto realismo o figuración al modo accidental de la “trouvaille” y que, en su momento, fue el eje de las mayores críticas y sus diatribas con los críticos que no habían aceptado todavía el expresionismo abstracto.

“Enchanted Forest” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim Museum, New York 

“Enchanted Forest” 1947 Pintura de Jackson Pollock. Guggenheim Museum, New York

 

“El Bosque Encantado/Animado” 2023 (Photog: luisjimenezridruejo.com)

“El Bosque Encantado/Animado” 2023 (Photog: luisjimenezridruejo.com)

A pesar de su triunfo y sus grandes exposiciones, Jackson Pollock nunca quiso salir de E.E.U.U. ¿Quién sabe porqué, y si no sería su gran timidez? Aun así, su obra está presente en todos los grandes museos y viajará llevándole a los espacios intergalácticos, para ser apertura de la página de definición del Arte— o de su final, según se tercie— en cada civilización que salte a la palestra de los tiempos. Todas lo hacen, tarde o temprano. Amén. 

Luisma, Maypearl, TX      30 de Junio del 2023              

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