Algunos personajes, sobre todo las leyendas cinematográficas, escogen para su eternidad dorada—ellos pueden—otros mundos del segundo universo. Ya me gustaría a mí poder hacerlo, son quinientos años antes de la perpetuidad, y a quién le amarga un dulce? En uno de mis últimos sueños pude acercarme a Zama II, un planeta desértico, pero maravilloso. Sé de leyendas históricas de Tierra1 que pasan allí su eternidad, bañados por los veintiséis soles eridanos. Rommel, el mariscal de África; Gertrude Bell, la reina del desierto…Unos oasis deliciosos, temperaturas sin igual, fantásticos espejismos; cruceros navegando en los océanos de arena. En Zama había quedado con ella y “me ojeó la perdiz”—estará allí, a sus aires, y no tendrás problemas para hacerle una foto—. Fuimos y pude tirar unas cuantas instantáneas—un instante de una inmortalidad—a un silencioso Lawrence, descansando ‘a la romana’ en unos pufs amarillos, vestido con túnicas rojas lisas, muy cumplidas y garbosas. Ensimismado, fumando quién sabe qué. La foto es plano general, no quiso primeros planos de su eternidad. Se le ha alargado un poco la nariz, nada grave, sigue reconocible. Y, además, cada siglo que pasa se va pareciendo más a Peter O’Toole. Que cosas!
Hablar, o tratar de Fotografía es siempre, parece ser primero al menos, hacerlo de composición de imagen, o encuadre si se quiere, golpe de ojo, visión selectiva. La organización de los motivos que hay a la vista en un asunto que queremos plasmar por cualquier método técnico, reproducirlo y, seguramente, conservarlo. Para poder verlo, una y otra vez, o que alguien más lo vea. Incluso para decirnos algo a nosotros mismos, o decirlo a ese alguien más que pregonamos. Una cuestión de expresividad.
Pero, que es lo que el ojo del fotógrafo nota al pronto, encarando el ocular, o al abrir la pantalla trasera en digital? Que percibe antes de disparar, y que lo decide a VER, seleccionar y ‘guardar’ esa foto? Será el color? Cuál era la acción mental cuando la foto solo era en ‘blanco y negro’ (a estas horas de grandes luces, siempre olvidamos los grises), aunque estaba allí, no lo recuerdo. Y luego, como se adaptó la mente a ‘pensar en color’? Tambien estaba allí y tampoco lo recuerdo. Mi generación es probablemente la última que distingue los dos métodos mentales. No debió ser un proceso doloroso. Ah! Las diapositivas proyectables, claro! A este propósito, nada como hacerse viejo, para tarde o temprano recuperar esa memoria primera, o perderla definitivamente. La primitiva fotografía en color, técnicamente, ha sido condenada a la degradación, ‘blanqueo’, y la desaparición, salvo copias digitalizadas tardías. Que pena!
‘La madre sin cara y el niño con mascarilla’, boceto de ‘grabado fotográfico’ a la manera de Leonardo (?!), el pintor e ingeniero. La imagen visualiza la ‘textura’ de un grabado renacentista, o de un boceto a carboncillo y tiza blanca, de la misma época. Por alguna razón me recuerda esta foto las manos hábiles de Da Vinci, en su dibujo preparatorio para una pintura de una Sagrada Familia, el llamado ‘cartoon’ de Burlington House (National Gallery de Londres). Leonardo lo dibujó en tiempos muy semejantes a los actuales y bien pudo haber llegado a ser así. La madre solícita y sin rostro, y el niño con mascarilla protectora contra pandemias, que entonces se paseaban libres y ‘tan campantes’ por los palacios y las cabañas, decimando las poblaciones, como hoy. La familia se reduce a una moderna “madre soltera con niño”, composición piramidal, o cónica, simple…Mi fotografía se escapa de la condición renacentista, camino de la abstracción dura y pura. Falta de facies, ausencia de pose y gesto. El reflejo de los ‘movimientos de la mente’, la imaginación de Da Vinci.
Expresión. Dejar el rastro del paso por este mundo, tan real como las galaxias reales o fantasmagóricas que contienen esos otros mundos que posiblemente nos contemplan; allá, o más allá de Andrómeda, Centauro, Casiopea…campos de Agramante de una fotografía que nunca podré hacer y con la que siempre me ha gustado soñar despierto y trabajar para la posibilidad de ella. Algo delicioso, pero sin futuro… Pedía en el anterior post de cien a quinientos años de fotografía—por pedir que no quede—imposible, claro.
Aquí se compone una visión del ‘alma’ de una galaxia lejana—todas lo son—, la galaxia de Lacerta (El Lagarto), que como es una constelación ‘moderna’ no se relaciona con ninguna leyenda antigua. Nada figurativo, y por mi cuenta, todo opinable. Por ello, me permito el lujo de asociarla con las pinturas abstractas de Jackson Pollock y Joan Miró, a modo de homenaje a sus envidiables e inspiradoras obras. Los grandes mantos verticales de matorral, alto y tupido, lo que yo llamo: la maraña. ‘Obras’de una reputada artista: la Naturaleza. La tengo a unos cuantos, pocos, pasos de distancia. Afuera de las ventanas del estudio, viven mañaneros cuadros de Miró, que se convierten en Pollock a la hora “bruja”. Milagroso. Escrutar lo que tus ojos ven e interpretar una realidad que invoca una abstracción, sea pictoricista o no.
Siguiendo las reglas, aparentemente, solo hay dos maneras de componer el fondo de una fotografía como esta, antes de afrontar el ‘tiro’: el fondo oscuro o el fondo blanco. La proterva (perverse—wicked) oscuridad, la negrura que no es exactamente negra—siempre le falta algún color—suele ser mi elección natural. En esta foto, sin embargo, me he ido al más exacerbado o exasperante blanco, quizás con un puntito de mezcla con azul celaje de Texas, marcando el centro de la composición. Raro firmamento con estrellas negras y nebulosas rojas, propias del ‘alma’ de la galaxia de Lacerta, la más imaginaria de las galaxias reales.
Es una cuestión de inmediatez, la fotografía es un cúmulo de decisiones al instante; la del clásico ‘background’ es una de ellas, si se tercia que lo haya. Usamos ‘background’ quizás, y humorísticamente atendiendo al significado, en inglés más literal: ‘relleno del fondo’, aunque posiblemente sería más bonito, o poético, o clásico, o todo ello junto, tildarlo de ‘telón de fondo’. La regla del contraste con los colores más ‘coloridos’. Para toda cuestión hay su regla, también en la fotografía. Y como diría la pintora Helen Frankenthaler : “Sigo las reglas hasta que de pronto voy en contra de todas ellas”. Amén. Su segundo apellido, no sería Mozart?
Luisma, Maypearl TX 15 de Agosto del 2020
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