Tiene narices! Me parece que he descubierto porque quiero escribir tanto, porque he escrito y porque quiero seguir escribiendo. Creo que escribo para comunicarme conmigo mismo. Son como cartas y me las escribo para poder reconocer las cosas y hasta, incluso, para acordarme de ellas. Y además me escribo para tratar que mis cosas y mis recuerdos no palidezcan o desaparezcan; y para vivir, para vivir el momento. Ya lo cantaba el Emperador Marco Aurelio: “Es ahora, es todo lo que tenemos”. No hay nada más que esto y hay que vivirlo a tope, al minuto. “Cada cinco segundos”, decía Alan Alda, el actor de la serie M*A*S*H, hace algunos minutos en una entrevista en la tele. Eso es lo que me ha despertado el pensar y lo que me ha empujado a escribir, escribirme, estas líneas. Volveré a leerlas en cuanto pueda. Resultará como lo del tipo que se reía frente al espejo y se decía a si mismo: es que me acabo de contar un chiste que no conocía. Y todo por la alegría de estar vivo, que esto es todo lo que tenemos, el ahora del romano. Todo por no pensar en algo en lo que antes nunca pensaba; que si me queda poco o mucho y que cuando será. Al pronto me fijo otra vez en la tele y, erre que erre, un documental me informa que hoy, cada día, desaparecen 1000 veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Esa era la generación de mi padre, ya empiezan a sonar las explosiones cerca, cada vez más. Desde hace cuatro años, estoy viviendo otra vida, ya he vivido cuatro más de los que vivió mi padre y siempre me acuerdo de él al pensar en ello. Una vida completa, más concentrada, cada vez más simple y cada vez más bonitamente gozada. Es ahora, es ahora, esta noche, estos cincos segundos, estos momentos mientras suena una de mis primeras músicas, “In The Mood”, música de Glenn Miller y me acuerdo de tantas cosas. Viva mi vida!
“Cerca o lejos” (continuación, diez años después).
La foto de la cabecera de este post es una de esas fotos volanderas, con oficio y sin beneficio. Cada vez que pasas el ojo resbalando sobre ella te lo coge como en un puño y te lo sujeta mientras una cascada, allá abajo, desde la ventana en lo alto, fluye con los recuerdos inmarchitables de los primeros tiempos con S. (léase: Ese punto) Aquellos tiempos de felicidades imborrables como soles y lunas. Por cierto, mañana hay “luna roja” el eclipse que más nos gusta, aunque no será visible aquí, en America del Norte, solo en la del Sur. Tendremos que esperar hasta el año 2019. Una buena razón o excusa para aguantar el tipo. Tambien hay eclipses en mi otro mundo particular, el de mi imaginación, ese mundo en el otro mundo, el nuevo en el Nuevo. El mundo en el interior de la fotografía y la pintura que estoy haciendo. Enteras o detalles, añado un par de fotos de lo último que me ha entrado por la lente. Sin ánimo de ofender a nadie, creo que es bueno lo que estoy haciendo. Veinte mil fotos y algunas pinturas, en cuatro años. Esperemos que me dure el buen ojo y la buena mano.
Luisma, Maypearl (TX) 26 de Julio del 2018
P.S. Vamos, Luís, vete a la cama! Estás cansado.
Déjame en paz, ya dormiré cuando se me acabe la cuerda, además, yo duermo como un tiovivo, con música y dando vueltas, pensando durante mis sueños.
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